Fundamentalmente son dos los motivos que se plasman en los informes para rechazar esta ubicación. Guillermo Blanco hizo suyos los argumentos: «Es una isla fluvial, que ya dice bastante, y además, la zona está cargada de residuos industriales. Ahí están los depósitos de Solvay de muchísimos años». Según informó el consejero, Madrid ya está al corriente del contenido de estos documentos. Eso no quita que, por desgracia para los partidarios de buscar otro emplazamiento, «estos informes son preceptivos pero no vinculantes» o, dicho de otra forma: «El Ministerio podrá tenerlos en cuenta o no». De momento, Blanco se limitó a decir que abordará todos los «pormenores» cuando se reúna con la ministra Ribera.
Toca esperar. A la espera de noticias sobre la nueva sede, el consejero volvió a manifestar su inclinación por la ubicación actual de la EDAR, junto a la ría de San Martín, un lugar que «es el que tiene menor impacto social y ambiental». Dicho eso, agregó: «Hay que respetar la sentencia que cae sobre la actual ubicación, pero es una opinión que tenía antes de ser consejero y no voy a cambiarla ahora». El Gobierno tampoco contempla, pese a ello, proponer otra lugar alternativo.
«Los informes técnicos no son favorables a construir la EDAR en la isla de Solvay, pero no son vinculantes»
Guillermo Blanco | Consejero de Medio Ambiente
Es más, el desencuentro no afecta sólo a la isla de Solvay. Tal y como aseguró ayer el titular de Desarrollo Rural, de los diez lugares que se han barajado hasta el momento para reubicar la planta, Blanco dejó claro que, «personalmente, no me ha gustado ninguna», antes de recordar el papel exclusivamente informativo que corresponde al Ejecutivo regional en esta materia.
Cuando funcione
Hay una cosa en la que el Gobierno de Cantabria sí puede pararle los pies al Ministerio de Transición Ecológica. «Para que la demolición de Vuelta Ostrera se lleve a cabo, la nueva tiene que estar construida y en funcionamiento», como volvió a dejar claro este miércoles el consejero. Esa es una preocupación que también ha mostrado más de una vez el alcalde de Suances, Andrés Ruiz Moya (PSOE). «Hay que tener construida la nueva depuradora antes de demoler nada», estableció. A lo que no se opone el regidor es a la construcción de la nueva EDAR en la isla de Solvay, en suelo suancino: «Es la mejor ubicación para todos».
«De las diez ubicaciones que se han barajado, personalmente, no me ha gustado ninguna»
Su opinión es drásticamente diferente a las que llegan desde Polanco, municipio vecino a la isla y, por tanto, preocupado por un hipotético emplazamiento del complejo en esta isla. Su alcaldesa Rosa Díaz (PRC) abogó por contemplar todas las alternativas que existen «y que continúan en estudio» al tiempo que razonaba que, en función del lugar elegido, la decisión «implicaría» otro tipo de demolición. En una cosa coincidieron ambos regidores: adjudicar la redacción del proyecto de derribo sin conocer aún dónde se va ubicar la nueva estación es una decisión «precipitada».
Los detalles llegaron este miércoles. La Dirección General del Agua -Ministerio de Transición Ecológica- adjudicó la redacción de la demolición de la Vuelta Ostrera a la empresa vasca Fulcrum, Planificación, Análisis y Proyecto S.A., por valor de 178.001 euros. Tal y como figura en el anuncio de formalización del contrato publicado ayer en el Boletín Oficial del Estado (BOE), al proceso concurrieron once empresas y Fulcrum fue elegida tras presentar una propuesta 120.000 euros inferior al presupuesto base de licitación.
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