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Cinco semanas después de que se destapara el mayor caso de corrupción en Cantabria con el registro a la Consejería de Obras Públicas y la detención de un alto funcionario como presunto cabecilla de una trama organizada para la adjudicación de contratos, el Ejecutivo ... autonómico ha optado por ceder todo el protagonismo a la investigación judicial en la tarea de determinar las dimensiones del escándalo y ha puesto todos sus esfuerzos en evitar que un episodio similar vuelva a ocurrir. El bipartito, que ha renunciado a iniciar una auditoría interna, defiende que lo correcto en este momento es dejar trabajar a la Justicia y que, atendiendo al criterio de la separación de poderes, lo que le corresponde es reforzar unos controles que, como reconoció el propio Revilla, han fallado.
Con esa lógica se ha diseñado un nuevo manual de contratación. Una guía de buenas prácticas que supone una pequeña revolución en los procedimientos. El documento, que ya está en vigor tras su publicación el pasado viernes en el Boletín Oficial de Cantabria (BOC), pone el acento en distintos asuntos. Entre otras cosas, limita la capacidad de un único funcionario para actuar de forma libre y discrecional en la redacción de pliegos y, sobre todo, durante la fase de adjudicación. Básicamente, lo que hace es tratar de buscar una solución a cada una de las triquiñuelas que presuntamente utilizaba el jefe de servicio de Carreteras Autonómicas, Miguel Ángel Diez, para facilitar contratos a las cuatro empresas investigadas: La Encina, Cannor, Rucecan y API Movilidad. Y el Gobierno aprovecha esta modificación de la normativa para introducir algunas recomendaciones del Tribunal de Cuentas y del Tribunal Central de Recursos Contractuales en materia de arraigo territorial de los licitadores, de exigencia de medios personales y sobre la publicidad de los informes jurídicos que deben acompañar los expedientes.
1. Contratos menores Expedientes de menos de 5.000 euros para los que ahora habrá que solicitar al menos tres ofertas.
2. Contratos de emergencia Reducir su duración a un mes y limitar mucho más los casos con este procedimiento extraordinario.
3. Doble firma Dos funcionarios deberán validar los contratos de emergencia y, si es posible, también los contratos menores.
4. Seguimiento de la ejecución Más comprobaciones sobre el terreno para que los adjudicatarios realicen las obras y servicios tal y como se estableció en los pliegos cuando ganaron el concurso.
5. Criterios objetivos Limitar al máximo a la hora de adjudicar contratos criterios que requieran un juicio de valor y que tengan más peso los cuantificables.
6. Unidad de criterios Todas las consejerías y entes públicos utilizarán el mismo protocolo.
7. Formación Los funcionarios que participen en los procesos tendrán formación específica. También se creará un órgano asesor y para agilizar procedimientos.
8. Otros aspectos Se incluyen antiguas recomendaciones que estaban pendientes del Tribunal Central de Recursos Contractuales y del Tribunal de Cuentas.
A partir de ahí, también se suman otras prevenciones. Prevenciones que serán aplicadas en los procedimientos de todas las consejerías y entidades del sector público institucional, ya que una de las novedades es que unifica los criterios en toda la Administración regional. Por eso en su elaboración han colaborado todos los departamentos, aunque el peso de su diseño ha recaído en la Consejería de Presidencia (como responsable de la política de contratación y del funcionariado) y en la de Obras Públicas (la que maneja anualmente más contratos y la casa donde se produjo el presunto caso de corrupción).
Una de las formas de proceder de Diez era que las empresas 'amigas' consiguieran obras recomendando bajadas exageradas sobre el presupuesto para compensarlas posteriormente con contratos menores y de emergencia inflados artificialmente. Ahora, con este nuevo protocolo, el funcionario lo tendría más difícil. Con los contratos menores -aquellos con un coste inferior a los 5.000 euros-, la Administración estará obligada a pedir al menos tres ofertas y quedarse con la más ventajosa desde el punto de vista económico. En caso de que se escoja otra, deberá acompañarse de un informe justificativo. Y se intentará que en el proceso participen dos funcionarios.
Eso es lo que el Ejecutivo regional ha venido en llamar la 'doble firma'. Doble firma que se exigirá sí o sí para los contratos de emergencia -tienen un procedimiento simplificado-, que también requerirá tener sobre la mesa tres ofertas antes de resolver. Hasta ahora, las consejerías eran libres de pedirlas o no. Tras la aprobación del protocolo, será obligatorio. De igual forma, se limita los supuestos en los que se puede declarar la emergencia: solo «a causa de acontecimientos catastróficos o por situaciones que supongan grave peligro». Ese contrato tendrá un límite de un mes para iniciar la ejecución de las prestaciones y cesar cuando la situación haya desaparecido.
Más cosas. Por ejemplo, se realizarán programas de formación para los funcionarios que realicen labores de contratación, habrá un mayor control sobre los servicios y obras contratadas durante la fase de ejecución para que se cumpla lo firmado, se dará más peso a los criterios objetivos en la redacción de los pliegos para reducir al máximo los que requieran de juicio de valor y, por último, se creará un órgano para asesorar en la contratación y agilizar los procesos cuando estos se eternicen o atasquen. Todo ello, según la consejera de Presidencia, Paula Fernández, para que Cantabria tenga «una contratación más transparente y con más control sobre los expedientes e informes».
La nueva consejera de Obras Públicas, Jezabel Morán, participó en su primer acto como responsable del departamento el 22 de marzo, justo un mes después de la entrada de la Policía Nacional y la Agencia Tributaria a la sede de la calle Alta. Tras la visita a unos trabajos de abastecimiento en Oruña, la regionalista avanzaba que «en pocos días»tendría listo el nuevo manual de contratación, que permitiría reactivar las 30 obras cuya adjudicación estaba paralizada porque en ellas participaban alguna de las compañías constructoras bajo sospecha. Ahora, con este protocolo ya aprobado, el Gobierno regional podrá reactivar los expedientes. Una treintena de actuaciones por 78 millones de euros que se encontraban en 'stand by' se retomarán en el punto en el que estaban, pero ya aplicando el nuevo protocolo de contratación que ha redactado el Gobierno de Cantabria para evitar que se repitan episodios como el 'caso Obras Públicas'.Las que no se podrán poner de nuevo en marcha son las once obras en las que, además de las cuatro empresas, también había participado el funcionario detenido, Miguel Ángel Diez. Esos expedientes, valorados en 32 millones de euros y a los que se podrían sumar otros dos, han sido trasladados al juzgado y su futuro –si decaerán y tendrán que redactarse desde el inicio– depende de la instructora del caso, Mercedes Compostizo. Morán recuerda que hay otro grupo de contratos paralizados:los que no tienen nada que ver con los protagonistas del caso, pero que se han visto afectados por los cambios de cargos públicos en la Consejería.
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