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Mientras las listas de espera quirúrgicas y los consultorios rurales se acumulan en la agenda de problemas de la presidenta de Cantabria, su gran proyecto sanitario de la legislatura empieza a dar pequeños pasos en los despachos. El plan del futuro Parque Científico y Tecnológico ... de la Salud proyectado en el edificio de la Residencia Cantabria, cerrado y en ruinas desde 2016, se encuentra ahora en una fase de consultas a «profesionales cualificados» para esbozar su diseño, según ha podido saber El Diario Montañés.
El consejero de Salud, César Pascual, ya avisó de que este tipo de infraestructuras necesitan de «un largo plazo» para materializarse, por lo que habrá que esperar en torno a 20 o 25 años, como mínimo, para ver terminado y a todo ritmo este Parque Científico en Santander. Pero hasta entonces, el Gobierno pretende ir completando distintas etapas para lograr «la instalación de empresas de tecnologías médicas que generen empleo de calidad, así como compañías de salud digital vinculadas a las nuevas tecnologías, big data, internet e Inteligencia Artificial», como explicó María José Sáenz de Buruaga.
De momento, el Ejecutivo está en la fase de definición y redacción del proyecto, recogiendo «aportaciones de científicos» y expertos. Esa es la única información que el PP ha facilitado al Parlamento al cumplirse la fecha límite de tres meses, acordada en octubre, para presentar allí el proyecto junto al cronograma para su puesta en marcha y un plan de inversiones necesarias para hacerlo.
Desde la Consejería de Salud fueron un poco más concretos y explicaron que se está trabajando en la definición de los tipos de centros que se instalarán allí, y que el proyecto podría estar terminado a lo largo de este año.
En cualquier caso, diferirá bastante de la idea que el expresidente Miguel Ángel Revilla tenía en la cabeza para dar uso a la Residencia. El líder del PRC quería levantar allí una residencia y un hotel para alojar tanto a familiares de pacientes que vengan a Santander a tratarse desde fuera de la ciudad como a estudiantes e investigadores que desarrollen su labor en el hospital o en alguno de los institutos especializados.
Santander y Granada
El Parque Científico de la Salud que tiene en mente Buruaga integrará las actuales facultades de Medicina y Enfermería y el Hospital Virtual y Valdecilla con el edificio de la Residencia, donde se instalarán las empresas de investigación. Un «ecosistema sanitario» que no se mirará en el modelo del Parque Tecnológico de la Salud de Granada, el más importante de España, pese a que en un primer momento se especuló con ello, confirmó Buruaga a este periódico.
La principal diferencia entre ambos serán las cifras, ya que el proyecto de Santander será más modesto. En Granada cuentan con 625.000 metros cuadrados de campus divididos en tres usos: docente (98.000 m²), sanitario (120.000 m²) y de investigación y desarrollo empresarial (170.000 m²). Cuando esté concluido todo el recinto, se prevé una inversión global superior a 700 millones de euros. Por su lado, la Residencia Cantabria cuenta con 40.000 metros cuadrados, y los expertos consultados señalan como objetivos razonables contar, en ese plazo de veinte años, con 60 empresas radicadas en el parque, con plantillas de unas 4.000 personas –un 30% de ellas dedicadas a la investigación–, y facturaciones en torno a los 80 millones de euros, con una inversión en I+D de otros 40 millones.
Mudanza, derribo y dinero
Antes de todo eso, el Gobierno de Cantabria deberá resolver varios asuntos relacionados con la Residencia. El primero, la reubicación de los cerca de 80 trabajadores de la Gerencia del Servicio Cántabro de Salud (SCS) que siguen trabajando en el edificio adosado. Y en segundo lugar, el derribo del inmueble.
Fue en noviembre de 2021 cuando el Servicio Cántabro de Salud (SCS) comenzó a vaciar por completo el interior del edificio para mejorar la seguridad de la infraestructura, sin uso desde hace ocho años, cuando se trasladaron al complejo hospitalario de Valdecilla Pediatría y Obstetricia, los últimos servicios que atendieron allí.
Tras las elecciones del pasado mes de mayo, el Gobierno del PP tomó la decisión de derribar la Residencia y renunciar al estudio sobre el estado del inmueble, un contrato valorado en 610.000 euros que sacó el bipartito la pasada legislatura sin que ninguna empresa mostrase interés.
Pascual justificó esta decisión con un informe técnico del SCS de 2016 en el que ya se apuntaba que, desde el punto de vista económico, reformar el inmueble resultaba más caro que echarlo abajo y volver a construirlo de nuevo. En concreto, se hablaba por entonces de 39 millones de euros como coste de la rehabilitación y de 26,8 millones el del derribo y la nueva construcción.
Además, a la presidenta le tocará pelear en Madrid ayuda económica para sacar adelante este proyecto, muy complicado de asumir en solitario por Cantabria. Buruaga ya adelantó que una de los primeros temas que pondrá sobre la mesa de Pedro Sánchez –si es que en algún momento logra reunirse con él por primera vez– es la petición de facilidades administrativas para el futuro Parque Científico. Eso como mínimo, sin descartar la firma de un convenio de ayudas para su financiación.
El Parlamento de Cantabria también aprobó esta legislatura una petición para que el Ejecutivo del PP negocie con el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones la cesión de forma perpetua del edificio y de los terrenos anexos, a lo que ya se comprometió con el anterior Gobierno.
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