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Después de promesas en campañas electorales, de ideas lanzadas al viento, de proyectos a futuro o de sugerencias sin concreción, el Gobierno sacará a licitación en marzo lo que se ha definido como Plan Director-Residencia Cantabria. En la práctica, unos trabajos distribuidos en tres ... lotes y que cuentan con un presupuesto de 611.000 euros para saber cómo está exactamente el edificio que cerró sus puertas en 2016 –si merece la pena rehabilitarlo o es mejor tirarlo y edificar de nuevo–, qué hacer con él y, sea lo que sea, cómo hacerlo. Un avance concreto para diseñar un camino que, con plazos sobre el papel, llevaría a empezar las obras en torno a abril de 2027.
El objetivo es «volver a dar uso» a la Residencia. Lo explicó el vicepresidente Pablo Zuloaga en un acto organizado junto a la entrada de las antiguas Urgencias. El escenario de la rueda de prensa –del letrero de urgencias sólo queda 'encia', hay restos del techo de la marquesina en el suelo o puertas clausuradas– acompañaba la descripción que el también consejero de Universidades, Igualdad, Cultura y Deporte hacía del inmueble. Un edificio en régimen de cesión por parte del Gobierno de España construido entre finales de los sesenta y principio de los setenta, estructura metálica, amiantos, deterioro, peligro de desprendimiento en las fachadas... Justo a eso va dirigido el primer lote del Plan. Concretar las «patologías» y decidir si lo que se haga será «rehabilitación o nueva construcción». Con una adjudicación prevista en septiembre y tras un plazo de nueve meses y medio, los resultados de ese trabajo estarían disponibles en julio de 2024.
Pablo Zuloaga
Vicepresidente del Gobierno
Lo segundo sería un «estudio de usos». En forma, según explicó Zuloaga, de «encuesta con la participación de todos los agentes públicos» y «abierta a la ciudadanía». Aquí señaló que fue clave –«la llave»– que el ministro José Luis Escrivá se comprometiera a ampliar el uso de las instalaciones de una finalidad «estrictamente clínica», a sanitaria en general. Para «gestión, formación, innovación, investigación...». Desde ese visto bueno, se pusieron en marcha. «Caben muchos usos en 32.0000 metros cuadrados edificados» (son los que ocupa el edificio de la Residencia, sin contar los inmuebles que están en el entorno, que están ya dedicados a otras finalidades). A falta de concretar los detalles de esa encuesta se trataría de que las opciones y la decisión «salgan de las personas responsables en materia sanitaria». Y citó. Servicio Cántabro de Salud, Idival, Ibbtec, colegios de Medicina o Enfermería, Universidad de Cantabria, Valdecilla... O explorar con el CSIC (Consejo Superior de Investigaciones Científicas) la «posibilidad de nuevos centros de investigación». «Escuchar a los profesionales», dijo.
Zuloaga habló de la posibilidad de trasladar aquí la Consejería de Sanidad (dejaría libre el edificio que ocupa actualmente, propiedad del Gobierno, y permitiría el traslado de alguna de las que están de alquiler, con el consiguiente ahorro), de una expansión de centros como el Idival o de las especialidades universitarias... Incluso, valoró la propuesta que hizo Revilla en su momento de una residencia de acompañantes de pacientes de Valdecilla o un hotel para los propios pacientes (aunque señaló como problema el transporte desde el hospital, en este caso). Opciones abiertas con resultados previstos en septiembre de 2024.
El tercer lote, dependiente de las conclusiones de los otros dos, indicaría cómo derribar o construir (ya teniendo en cuenta en todo caso el futuro uso). Y cuánto costaría. Zuloaga lanzó una cifra estimada –con todas las reservas– de 65 millones de euros.
«Los técnicos han verificado que el edificio no está enfermo, sino que presenta en muchos aspectos un estado de ruina», destacaba Julián Pérez Gil, gerente del SCS a mediados de 2016. Lo decía al hablar de un informe técnico encargado en esas fechas por la institución que concluía que reformar el edificio salía más caro que derribarlo y volver a construirlo de nuevo. En concreto, se hablaba por entonces de 39 millones de euros como coste de la rehabilitación y de 26,8 millones del derribo y de la construcción.
Los tres lotes Salen a licitación en marzo y se adjudicarán en septiembre/octubre
Las fechas El estudio de patologías, en julio de 2024. El resultado de la encuesta, en septiembre. Y el anteproyecto de cómo hacerlo, en diciembre
A partir de ahí Licitar el proyecto (abril de 2025), terminar su redacción (agosto de 2026) e iniciar las obras (abril de 2027)
«La idea es tener un anteproyecto redactado a finales de 2024, con el proyecto redactándose en 2025 y una posible adjudicación de la obra en 2026. El paso es comparable al que se dio la pasada legislatura con el Mupac, que hoy ya está adjudicado». La garantía, explicó, «es que tenemos proyecto». «Para dejar atrás el 'yo haría' y saber qué se puede hacer y cómo». Y también financiación. Porque, relató, con La Pasiega y el Mupac resueltos, habrá «solvencia suficiente» en el Gobierno de Cantabria y también «seguro» apoyo del Gobierno de España.
La alcaldesa de Santander, Gema Igual, ha exigido al Gobierno cántabro «la máxima agilidad» para actuar en la Residencia Cantabria y ha solicitado tanto al presidente Miguel Ángel Revilla como al vicepresidente Pablo Zuloaga que mantengan informado al Ayuntamiento sobre sus planes sobre el edificio y cuente con el Consistorio a la hora de decidir sobre los usos que se vayan a proyectar en el mismo.
«No podemos seguir asistiendo al progresivo deterioro de un inmueble de esa magnitud y esa importancia para la ciudad sin hacer nada para remediarlo o para darle una utilidad adecuada a ese espacio», ha señalado Igual en nota de prensa.
La alcaldesa ha recordado que en «todas» sus reuniones con Revilla y Zuloaga ha insistido en que el Ayuntamiento debe ser partícipe en todas las decisiones que afecten a la Residencia Cantabria «por su ubicación estratégica y por su relevancia para Santander».
Además, en abril del pasado año Igual presentó al ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá, un «original proyecto» de arquitectura sostenible para el edificio, que permitiría aprovechar la construcción existente con una «novedosa» técnica de edificación que ampliaría el espacio disponible añadiendo nuevas piezas prefabricadas en las fachadas del actual inmueble.
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