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En una celebración desangelada, hace un año, Gobierno y oposición no quisieron hacerse sangre. Cada uno en su papel, se habló más de unidad que ... de conflicto. Este miércoles, teniendo en cuenta que la Bien Aparecida marca el arranque del curso político, la cosa no fue tan amigable. Revilla (PRC) prometió un «presupuesto expansivo», se mostró confiado en una recuperación rápida y confió en que la pandemia esté «más o menos, en fase terminal». El vicepresidente Pablo Zuloaga (PSOE) se aferró, por su parte, a las cifras de vacunación y a datos como la afiliación a la Seguridad Social. Hay problemas, sí. Pero mensaje optimista. Una visión diferente a la de la oposición. El PP pidió al bipartito que «se ponga de una vez a trabajar», Cs advirtió de que «en el otoño nos vamos a topar con la cruda realidad» y Vox prometió control a los «dos gobiernos simultáneos que coexisten en detrimento de Cantabria y que están descontrolados».
El que dijo que el curso político se presenta «calentito» fue Félix Álvarez. Y, tras oír a todos, la definición del portavoz naranja tiene pinta de cumplirse. «Aunque de este bicho no se puede decir nada seguro, tenemos la sensación de estar en la fase terminal. Ahora hay que pensar en el relanzamiento económico y en volver a la normalidad», dijo un Revilla «optimista» que apostó por «ir abriendo todo poco a poco» y destacó el papel de Europa. Habrá, dijo, partidas para la protonterapia de Valdecilla, el Mupac («estará el año que viene en obra»), La Pasiega («próximamente iremos a Madrid a intentar firmar un convenio para que el Gobierno de España haga la estación intermodal») y un nuevo Plan de Carreteras. Zuloaga remató las intenciones diciendo que el Gobierno «tiene que dar respuestas a las consecuencias que ha tenido la crisis sanitaria en el mercado laboral y en la situación económica de las familias». Habló del acceso de los jóvenes al mercado laboral, de brecha salarial con respecto a las mujeres y de no descuidar los servicios públicos. Pero, todo, en positivo. De la mano de Madrid y de la UE.
Del bipartito a los portavoces de la oposición. Para María José González Revuelta (Buruaga no pudo asistir finalmente por una cuestión personal) «es imposible que a estas alturas Cantabria no sepa cuál va a ser el futuro de esta coalición de Gobierno y cuáles son sus planes. Que nos limitemos a ver a Miguel Ángel Revilla en las televisiones con sus soluciones milagrosas, pero que no arreglan los problemas de nadie». Félix Álvarez (Cs) aseguró que «las cosas no pintan tan bien» y deseó que los fondos europeos «realmente sirvan para cambiar el modelo económico de la comunidad y no se conviertan en un Plan E como el de Zapatero». Además, pidió a la Virgen, «más que al Gobierno de Cantabria, que se arregle el problema de la electricidad, que podría causar auténticos estragos y ser una rémora para la recuperación económica».
«Se confirma que, pese a los políticos, la vida sigue su curso», dijo Cristóbal Palacio (Vox) al ver la estampa de la fiesta. «Se inician los periodos plenarios, que serían relevantes si el Parlamento fuera relevante. Pero que, desgraciadamente, nos sirven sólo como actividad de control de lo que hace el Gobierno regional. Lo relevante es que la sociedad civil se pone en marcha y cuanto antes recuperemos el pulso antes arrancará Cantabria», aseguró.
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