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R. T. P.
Santander
Lunes, 23 de diciembre 2024, 18:52
La Consejería de Ganadería del Gobierno de Cantabria inició ayer el pago de un millón de euros a 918 titulares de ganaderías extensivas porque contribuyen «a la conservación de la biodiversidad en zonas con presencia del lobo». La medida, que corresponde a la convocatoria de ... 2023, busca «compatibilizar la conservación de la fauna silvestre y el desarrollo económico de las zonas rurales». En lugar de pagar los daños, lo que pretende en este caso el departamento que dirige María Jesús Susinos es fomentar que la ganadería extensiva, la más afectada por los ataques del cánido, así que las subvenciones se otorgan en función de las cabezas de ganado que cada propietario pastorea.
El Ejecutivo explicó ayer que los pagos son de «concesión directa» y que la cuantía viene determinada por una prima anual por cada res. Además, para poder acogerse a la ayuda, es necesario que las explotaciones se encuentren en alguno de los municipios incluidos en la denominada zona 1 del Plan de Gestión del Lobo de Cantabria que lleva en vigor desde 2019. Esta área –a falta de una futura actualización para incluir más ayuntamientos– está integrada por 36 municipios, más la Mancomunidad Campoo-Cabuérniga, que ocupa una superficie de 3.024 kilómetros cuadrado, el 56,84% de la superficie de Cantabria. Según el citado Plan, este territorio se caracteriza «por coincidir con el área actual de presencia permanente de la especie y en ella merodean los grupos de lobos con cría confirmada en los últimos años». Las citadas ayudas son independientes de las indemnizaciones por daños y de las subvenciones para la adopción de medidas preventivas contra los ataques.
Las ayudas
La Consejería de Ganadería también concretó ayer los abonos: «20 euros por cabeza de ganado ovino o caprino, 15 euros por cada una de equino y 10 euros por cada ejemplar de ganado bovino». Al respecto, la titular del área, María Jesús Susinos, destacó «la importancia que tienen estos pagos para que la presencia de un depredador como el lobo no haga inviable o comprometa de manera relevante el mantenimiento y mejora de esta actividad productiva en Cantabria».
Para la consejera, «los problemas que causa el lobo en la región no sólo se limitan al ganado, sino que suponen un perjuicio para mantener el relevo generacional en la actividad tradicional de la ganadería extensiva de sus familias».
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