El Gobierno se personará en el caso del crimen de Liaño como acusación popular

Mientras se siguen practicando diligencias, la madre y los otros dos hijos de Eva Jaular (uno de ellos es menor de edad) ya han acordado personarse en el procedimiento como acusación particular.

Y lo han hecho asignando cada uno de ellos a un abogado, con lo que serán tres los letrados que se encargarán de representar a la familia de Eva y su hija.

Por su parte, tal y como ya avanzó hace dos semanas el vicepresidente regional, Pablo Zuloaga, el Gobierno de Cantabria también se personará en la causa y lo hará como acusación popular, tal y como hiciera en su momento cuando tuvo lugar en Laredo el primer crimen de violencia de género en España en 2019, cuyo autor confeso fue condenado el año pasado a 27 años de cárcel.

Según confirmaron a El Diario Montañés fuentes del Ejecutivo regional, el Consejo de Gobierno aprobará el trámite, previsiblemente, en su próxima reunión del jueves, 13 de enero. Una vez que lo haga podrá proponer, al igual que las acusaciones particulares, la práctica de diligencias complementarias a las que acuerde el Juzgado.

Lo cierto es que la investigación está en su fase inicial. Fuentes del caso confirman que el caso está «muy verde» todavía ya que, por el momento, «todo son indicios». El hecho de que el detenido negase la autoría de los hechos ante la Guardia Civil, en un primer momento, y se acogiese a su derecho a no declarar ante la magistrada del caso, dificulta sobremanera la instrucción.

Las pesquisas iniciales se centraron en encontrar el arma del crimen. «La madre fue degollada y la bebé apuñalada», deslizó el presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, durante la concentración de repulsa que se celebró en Villaescusa dos días después del suceso. No obstante, será la autopsia la que determine la causa de la muerte de Eva y su hija, y cómo se produjo.

Este examen también permitirá saber la hora aproximada de la muerte, otro de los interrogantes que tienen que resolver los investigadores. A las doce del mediodía del 16 de diciembre (un día antes de encontrarse los cuerpos), Eva llamó a la Guardia Civil desde el restaurante La Caracola de Somo alertando de que su expareja estaba en su casa y que la había increpado con actitud violenta. Aguardó unas horas hasta que a media tarde los agentes confirmaron que lo habían expulsado de la vivienda. Confiada, ella volvió al domicilio sobre las cinco y media de la tarde. Horas después, cuando ya había caído la luz, los agentes se personaron una segunda vez en la vivienda, supuestamente avisados por la mujer. «El hombre salió de la casa con una mochila y se despidió, confirmando a los agentes que ya se iba, que no iba a hacer nada y que no pasaba nada», apuntó un testigo. Ese fue el último momento en el que al menos los guardias civiles vieron con vida a Eva.

Al día siguiente, a las diez de la mañana, su madre y su hermano fueron a la casa, que estaba destrozada, pero sin rastro de ella ni de la bebé. Ya estaban muertas, con lo que el crimen tuvo que producirse entre el segundo aviso de Eva y la llegada a su casa de los familiares. Los vecinos aseguraron a este periódico que no oyeron nada por la noche. ¿Cómo cometió el asesino el doble crimen? Parece que fue con un arma blanca. ¿Y dónde? Es evidente que el autor intentó ocultar los cuerpos, ya que aparecieron cubiertos con una lona en el patio de la vivienda.