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«Todos queremos volver mientras no se demuestre lo contrario. Existe la presunción de retorno». Lo asegura Julio Ceballos que hace diecinueve años hizo la maleta solo con el billete de ida. Quería ponerse a prueba, desarrollar su carrera profesional y acumular experiencia. Finlandia, Alemania, ... Austria y finalmente China, donde dirige ahora la oficina del grupo Telepizza para toda Asia. Su caso simboliza el de miles de cántabros -no existe una cifra exacta ni real- que, como él, se vieron obligados a emigrar ante las escasas oportunidades que la región y el país les brindaban. El éxodo aumentó exponencialmente tras la crisis. La que se denominó 'la generación más preparada' tuvo que buscar su futuro lejos. Una bicoca para los países de acogida, que incorporaron mano de obra sobradamente cualificada sin haber tenido que invertir ni un solo euro en su formación.
«No solo fue una pérdida de capital humano, se produjo un desgarro social y una hipoteca del futuro: un despilfarro», explica Juan Carlos Zubieta, profesor y sociólogo de la Universidad de Cantabria. Ahora, los gobiernos central y regional se han propuesto recuperar este talento perdido.
1. Destinos Por orden, Reino Unido, Alemania, Bélgica, Chile y Estados Unidos.
2. Sectores Salieron ingenieros, profesores, expertos en marketing, comunicación y ventas, administrativos, arquitectos e investigadores científicos.
3. Estudios El 84% tienen estudios universitarios, el 12,5% formación técnica y el 3,5% estudios primarios.
4. 4.880 5¿Por qué regresar? El entorno familiar es la opción principal, seguida por un proyecto laboral y problemas de salud propios o de un familiar cercano.
6. Fortalezas Valoran volver por la calidad de vida, la gastronomía, el entorno natural, la habitabilidad de las ciudades, lo servicios, la cercanía con el País Vasco, las conexiones del aeropuerto, el coste más asequible de la vida y el potencial de tener centros de referencia como el Hospital Valdecilla.
7. Debilidades Destacan la falta de posibilidades aquí para conciliar la vida familiar y laboral, los bajos salarios comparados con los que ahora tienen, la falta de tejido empresarial, la mentalidad cerrada, el miedo al cambio, el cortoplacismo, el mercado laboral estanco y endogámico, la pasividad de los actores económicos y políticos ante la pérdida de población activa, la falta de inversión en desarrollo económico e innovación, el exceso de regulación para emprender y la dificultad para atraer nuevas empresas.
8. Su aportación Experiencia en mercados internacionales, innovación, contactos, conocimientos específicos, ingresos por impuestos y liderazgo.
El plan regional para 'Emigrantes y personas retornadas de Cantabria' se encuentra aún en fase de estudio. Ambos organismos se han apoyado en la plataforma volvemos.org, que crearon en 2016 el cántabro Raúl Gil Benito (ex director general de Juventud y también emigrante) y su compañero Diego Ruiz del Árbol, que realizó como primer paso una encuesta. La iniciativa nacional está algo más desarrollada. Abarca a diez ministerios y colaboran autonomías, ayuntamientos, agentes sociales y expatriados. Tiene una dotación de 24,2 millones de euros y quiere facilitar la vuelta de 23.000 españoles antes de que termine 2020. La cifra regional es más discreta, pero no menos ambiciosa. «Queremos facilitar el retorno de unos mil cántabros en una primera fase entre 2019 y 2020», afirma Francisco Fernández Mañanes, consejero de Educación y Cultura.
Volvemos.org tiene registrados 10.700 españoles repartidos por el mundo. De ellos, 137 cántabros. La edad media los paisanos apuntados ronda los 36 años, casi por igual hombres que mujeres, que pusieron rumbo, por este orden, a Reino Unido, Alemania, Bélgica, Chile y Estados Unidos. Muy formados académicamente. El 84% tiene estudios universitarios, el 12,5% formación profesional técnica y el 3,5% estudios primarios. Principalmente, salieron de Cantabria ingenieros (24,1%), profesores (14,4%), expertos en marketing, comunicación y ventas (7,2%), administrativos (6%), arquitectos (6%) e investigadores (6%).
«Lo que más tira es volver cerca de los tuyos», explica desde Perú Esteban López que trabaja en OHL en una de las diez explotaciones mineras más grandes del planeta, Antamina. Fue ascendiendo y llegó a tener a más de 1.600 personas a su cargo como gerente de contratos. Incluso tenía posibilidad de seguir ascendiendo en la cadena. Ahora está preparando los papeles para regresar, «pero no porque nadie del Gobierno se haya puesto en contacto conmigo, porque me ha salido trabajo en una empresa de ingeniería que un amigo tiene en Santander», admite. En los resultados de la encuesta hay un dato demoledor: el 94% no ha contactado nunca con ningún departamento del Gobierno regional. Este fuerte desarraigo institucional se acrecienta por el hecho de que tampoco ellos han recibido ninguna comunicación.
La familia y los amigos son el principal desencadenante, según el estudio, por el que se plantean volver, con una puntuación de 4,6 sobre 5. Le siguen de lejos el encontrar un proyecto laboral, los problemas de salud (propios o de familiares cercanos) o que su pareja resida en Cantabria. «Para que regresen, el sistema productivo tiene que ofrecer oportunidades de trabajo atractivas», explica Zubieta. Y es ahí donde el Gobierno y el tejido empresarial debe hacer un esfuerzo. «El talento no va a regresar a cualquier precio», añade Raúl Gil, fundador de volvemos.org. «Cantabria aún no está preparada», incide Esteban López, a punto de partir desde Perú. «Lo que comentan algunos compañeros que han regresado es que en el trabajo de allí se aburren», añade. Les asusta el 'presencialismo', la falta de conciliación y la escasa amplitud de miras. La CEOE, por ejemplo, trabaja dentro del 'Plan 2030' en un proyecto propio denominado Red Talento Cántabro Emigrado. Julio Rodríguez colabora desde China. «Queremos mapear el capital humano ligado a la región. La respuesta está siendo emocionante», afirma.
Los emigrantes perciben mejor desde fuera las debilidades. Los puntos negros. Ya saben que aquí gozarán de «buena calidad de vida, con un buen entorno natural y ciudades habitables», como destacan los encuestados, pero también señalan la «mentalidad cerrada, cortoplacista y de miedo al cambio o la falta de posibilidades para la conciliación de la vida familiar y laboral, el bajo poder adquisitivo, la población envejecida y la pasividad de los actores económicos y políticos ante la pérdida de población activa de Cantabria».
No se sabe con exactitud la cifra de cántabros expatriados. El único dato disponible es el del padrón de españoles residentes en el extranjero: 2,5 millones, de los que 44.880 son cántabros. Muchos nunca se han registrado en los consulados, por lo que el dato no es fiable ni exacto. «Queremos que les llegue un mensaje nítido: el Gobierno va a trabajar por su vuelta», explica el consejero Mañanes. Pero, para conseguirlo espera que «los resultados electorales no influyan». Que la iniciativa se convierta en una prioridad para el siguiente Gobierno.
Lo que sí han ideado es el sistema. Desde volvemos.org recomiendan uno similar al puesto en marcha en Castilla-La Mancha. Allí se inscribieron 450 personas y ya han retornado con empleo 240. Apostarán por «un servicio de mediación laboral, con empleados públicos que guíen a las personas en búsqueda de oportunidades en los sectores públicos, privados o el emprendimiento», explica el consejero. «Es alucinante la conexión que se genera cuando un funcionario te llama, por ejemplo por Skype, para comunicarse contigo», añade Raúl Gil.
Lo que Fernández Mañanes descarta son las ayudas directas a las empresas por la contratación «porque, a la postre, no son tan decisivas». En estos momentos, el Gobierno de Cantabria, añade, «trabaja en la identificación de recursos dentro de cada uno de los departamentos que puedan ponerse a disposición de los emigrantes, tras tener en cuenta las necesidades detectadas en la investigación».
El sociólogo Juan Carlos Zubieta asegura que el regreso no deber ser considerado únicamente en concepto de «capital humano» y, por tanto, solo en términos económicos. «Hay que valorarlo desde el punto de vista demográfico, que es muy importante: los jóvenes que regresen van a contribuir a paliar el problema del envejecimiento», añade. Además, tras su estancia en el exterior, incide el profesor de la Universidad de Cantabria, ayudarán a expandir «una actitud más abierta, una visión más amplia y una mayor capacidad de aceptación de lo diferente». Aunque también advierte de que «en ocasiones, regresar es volver a emigrar», por lo que es importante crear el marco adecuado para que esta situación incida de la mejor manera posible en ellos.
Capacidad de liderazgo, nuevas metodologías de trabajo, conocimiento específico de sectores, ingresos por impuestos, contactos para negocios o innovación y experiencia en mercados internacionales son otros de los factores positivos que aportarían, según la encuesta que maneja el Gobierno.
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