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Los parques eólicos de Bustafrades y Cerro Airo estaban ya en situación de coma profundo después de que la Dirección General de Biodiversidad del Gobierno de Cantabria emitiera una declaración de impacto ambiental desfavorable a principios de año. Tras ese varapalo, sus posibilidades ... de salir adelante eran ya mínimas. Lo que hizo ayer la Consejería de Industria es certificar su muerte y enterrarlos definitivamente. El departamento que dirige Eduardo Arasti publicó en el Boletín Oficial de Cantabria la resolución por la que se deniegan sendas autorizaciones. En la práctica, esto supone que la comunidad autónoma renuncia a la creación de 55,5 megavatios de producción renovable a través de los trece aerogeneradores que estaban proyectados.
La única opción de que revivan es que los promotores vayan a los tribunales, porque la decisión de Industria agota la vía administrativa. Solo quedaría interponer un recurso de alzada en el plazo máximo de un mes. En el pasado, los promotores de parques eólicos que ya tuvieron la misma suerte renunciaron a esta opción, algo que tiene todo el sentido dado que la Ley de Evaluación Ambiental dice que el informe de impacto, aunque no sea 100% vinculante, es «preceptivo y determinante».
De los dos ahora rechazados, el de mayor tamaño era el de Bustafrades. Promovido por Green Capital Power, su intención era instalar once molinos con una potencia de 49,5 megavatios en los municipios de San Pedro del Romeral, Luena, Arenas de Iguña y Molledo. Según los técnicos de Medio Ambiente, su creación generaría un impacto «crítico y no mitigable» con las medidas propuestas por la empresa, dado que la ubicación de sus aerogeneradores se planteaba a menos de 500 metros de 297 cabañas, algunas de ellas viviendas en núcleos de población dispersa como Aldano, Pandoto y Carrascal de Cocejón. Además, el informe explicaba que el proyecto se iba a ubicar «en uno de los territorios más singulares y característicos de Cantabria, los Valles Pasiegos, donde se localiza uno de los componentes fundamentales del paisaje y del patrimonio etnográfico de la región, como son las cabañas y los cabañales, constituyendo un elemento de gran relevancia regional y nacional».
En el caso de Cerro Airo, que iba a afectar únicamente a terrenos de Campoo de Yuso, el motivo fue que sus dos aerogeneradores -de tres MW cada uno- iban a estar a menos de un kilómetro de las localidades de Aldueso y Villapaderne, «no permitiendo dicha proximidad descartar molestias significativas a sus habitantes, afecciones que no pueden ser prevenidas, corregidas o compensadas».
En estos momentos hay siete parques eólicos con declaración favorable en Cantabria. De salir todos ellos adelante -la Administración ya no pone pegas, pero los promotores tienen ahora que materializar sus intenciones-, la región contará próximamente con 60 nuevos molinos que sumarán 262,6 megavatios.
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