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Es comprensible el deterioro de prestigio que ha sufrido la figura del Presupuesto regional, hasta el punto de que los propios políticos lo califican de papel mojado cada vez que la Consejería de Economía lo presenta en octubre. Entre las hipérboles con las que ... cada año se califica a las cuentas -siempre son las más altas de la historia, las más inversoras y las más sociales-, el desfase entre los créditos iniciales y definitivos y el nivel de ejecución a final de año, es casi imposible que las cifras presentadas a bombo y platillo coincidan con las reales. Y este año no parece que vaya a ser distinto. Según los datos publicados en el Boletín Oficial de Cantabria (BOC) a fecha 30 de noviembre, «la mayor inversión de la historia para impulsar el crecimiento de la región», como la calificó en su momento la exconsejera María Sánchez, apenas se ha ejecutado un 35%. A no ser que en este último mes se dispare el gasto, parece claro que al Gobierno autonómico le sobrarán muchos de esos 281,5 millones previstos para nuevos proyectos. Ese dinero volverá a la caja común o se utilizará para cubrir capítulos en los que el presupuesto inicial se haya quedado corto.
No es la primera vez que ocurre esto con el llamado Capítulo 6 del Presupuesto, donde se recogen las partidas de las obras que tiene previsto realizar el Ejecutivo a lo largo del curso. Muchas para reformar y crear nuevas carreteras, puentes o infraestructuras hidráulicas o portuarias, pero también las actuaciones que realiza Educación cuando construye un nuevo colegio o los centros de salud, museos y bibliotecas. Pues bien, durante la última década (2012-2021), Cantabria ha reservado 1.748,5 millones de euros para estas inversiones, pero solo dio salida a 1.330,7 millones, el 76% del total.
51,8%se ha ejecutado de los 104,9 millones previstos para fomento del empleo.
59,9se ha utilizado del dinero previsto para acceso a la vivienda y fomento de la edificación.
84millones ha crecido el Presupuesto de Economía debido a los sobrantes de otras áreas.
29,8se ha ejecutado del dinero para Política Exterior (ONG, turismo, delegaciones...).
Y tampoco es el único desfase que podemos encontrar en ese balance de casi final de año. Algunos de los más llamativos los encontramos en la Consejería de Empleo y Políticas Sociales, donde hasta la fecha sólo se ha utilizado el 41% de los fondos disponibles. El departamento dirigido por la consejera Eugenia Gómez de Diego no ha llegado a utilizar el 60% del dinero previsto para el acceso a la vivienda y fomento de la edificación, y solamente la mitad de los previsto para el fomento del empleo.
Desde la Consejería aseguran que la ejecución final, sumando este último mes que queda del año, será «bastante mejor, ya que es habitual que suceda así». Y explican que en diciembre se están dando salida a concesiones de volúmenes económicos importantes, como la escuela de talento joven, por 11 millones de euros, o formación para desempleados, por 14 millones.
También llama la atención el fuerte incremento presupuestario que ha tenido a lo largo del año la Consejería de Economía, que empezó 2022 con una cartera de 40 millones y lo acaba con 125 millones y solo el 22,8% ejecutado. Desde el equipo de la consejera Ana Belén Álvarez explican que se debe a los sobrantes, es decir, a aquellas partidas que no se han ejecutado de otros departamentos y que se agrupan en Economía. Este año, por ejemplo, una parte se utilizará para abonar el incremento salarial del 1,5% a los empleados públicos. Y también para un tratamiento oncológico de alto coste, para el refuerzo de personal en educación -bajada de ratio-, para gastos de farmacia y para la Universidad de Cantabria.
Ya el pasado mes de noviembre, durante las comisiones parlamentarias previas a la aprobación del Presupuesto, el PP llamó la atención sobre el bajo porcentaje de ejecución de las inversiones, un 25,9, a fecha 30 de septiembre. La consejera de Economía pidió calma y recordó que el año anterior, en 2021, se llegó a utilizar el 87% de ese mismo capítulo.
Pero incluso en algo tan objetivo como los números, cada partido lo lee con un prisma distinto. Basta con detenerse en las 'obligaciones de pago', que es el dinero que ya está comprometido para hacer frente a esos gastos, o con el porcentaje de 'disposiciones', que es más elevado. Este corresponde al dinero que, como su nombre indica, ya está preparado para ser empleado. Es probable que llegue a ejecutarse durante el ejercicio, pero no siempre es así, por lo que no resulta tan fiable. Depende de si se usa uno u otro, el porcentaje de cumplimiento es mayor o menor.
El Presupuesto que se presentó el año pasado hacía un esfuerzo importante por intentar reducir la deuda de Cantabria, que en el segundo trimestre de 2021 alcanzó su récord histórico con más de 3.500 millones. Este año comenzó con una cantidad más baja, 3.258 millones, y la expectativa de amortizar 450 millones para reducirla un 14%. «Presentar el mayor gasto social hasta la fecha es compatible con la inversión más potente para reducir la deuda», dijo entonces la consejera. La realidad es que, efectivamente, se han amortizado 450 millones en préstamos a largo plazo hasta el 30 de noviembre, pero también se han solicitado otros 417,4 millones más, por lo que la bajada real se ha quedado en poco más de un 1% del total (33,7 millones).
Por consejerías, hasta el 30 de noviembre, la que tenía un mayor grado de ejecución de su presupuesto -no sólo de inversiones, también en gastos de personal, gastos corrientes o transferencias a entidades públicas o privadas- era la de Educación (89%), ya que casi todo su presupuesto va a pagar nóminas de los profesores, mientras que las que menos habían cumplido con sus planes iniciales y habían usado menos dinero del disponible eran las ya comentadas de Economía y Políticas Sociales.
Industria, por ejemplo, tiene ejecutado un 74% de los fondos pese a que aumentó 43 millones el crédito definitivo durante el año. De 139 pasó a 183 millones debido a los fondos europeos que han ido llegando y el dinero de las ayudas de Sodercan. Un montante que se ha destinado a los planes de sostenibilidad turística y subvenciones para empresas. Obras Públicas, por su lado, ha gastado el 71% de su presupuesto que, como recordó su titular, José Luis Gochicoa, «no es para pagar nóminas, somos una Consejería plenamente inversora, con todo lo que supone de permisos de obras, complicaciones, subidas de precios...». Durante toda esta legislatura Obras Públicas ha estado por encima del 85% de ejecución de su presupuesto anual.
La comunidad autónoma tampoco crecerá lo vaticinado por la exconsejera de Economía cuando presentó el documento el año pasado. María Sánchez calculó un salto del 8,4% para superar los niveles de PIB previos a la pandemia. Sin embargo, en el último Pleno del Parlamento, el Gobierno se felicitó por haber logrado un 4%. Es decir, la mitad. Aunque para ser justo nadie contaba entonces con la guerra de Ucrania ni con esta escalada de precios.
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