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A. Machín
Santander
Miércoles, 28 de junio 2023, 07:11
Cuando los representantes del Gobierno de Cantabria en funciones salieron de la reunión con los de Iberia –fue mediada la pasada semana–, la huelga de ... pilotos de Air Nostrum no estaba todavía desconvocada y el problema de los precios desorbitados de los billetes en julio para volar a Madrid desde el Seve no estaba solucionado (ahora ya lo está, como contó ayer El Diario). Más allá de eso, desde el Ejecutivo aseguran que su objetivo en esa cita era transmitir a la compañía que habrá «penalizaciones» por los «incumplientos» que tienen contabilizados respecto al contrato de promoción de la ruta a Madrid –que exige un mínimo de frecuencias en la ruta–. Eso e insistir en los compromisos, precisamente, de ese contrato. Vigilar para que se cumplan. «Cumplirlo es la forma de mejorar la oferta, porque está claro que no es un problema de la demanda en Cantabria», explica Eva Bartolomé, responsable en el Gobierno de las negociaciones con las compañías. Ella apunta que los que le suplan a partir de ahora –con el cambio de Gobierno, que será efectivo en unos días– «tendrán que seguir haciendo lo mismo». Vigilar, estar informados y presionar para que la ruta siga mejorando (o, al menos, que no empeore).
«Tenemos que hacer cumplir y valer las condiciones del contrato que, para nosotros, son de mínimos. Pero entendemos que algunas tienen cierta complejidad», expone Bartolomé. Habla, como ejemplos, de la pernocta en el aeropuerto (que supuso cambiar el horario de la instalación) o de ese mínimo de tres frecuencias diarias con horarios que permitan margen para ir y volver en el día. Y también de las dificultades de las compañías en cuanto a la flota, tocada tras la pandemia. En ese sentido, Bartolomé resume que, «entendiendo esas dificultades» actuales, su labor es exigir el cumplimiento de los mínimos pactados. «Para no perjudicar al mercado cántabro por problemas que no son nuestros».
Lo sucedido estas últimas semanas es un ejemplo. La huelga de Air Nostrum y las cancelaciones sobrevenidas. Empezaron en febrero, con días puntuales de dos salidas (y no tres), y se han recrudecido en junio. Los servicios jurídicos del Ejecutivo sostienen que la penalización a Iberia es coherente ateniéndose al documento porque la huelga no es directamente en la compañía (afecta a Air Nostrum, a quien ellos, Iberia, tienen cedida la ruta). O sea, que el problema es suyo. Ese fue uno de los asuntos que se trató en el encuentro, el segundo en poco tiempo.
Bartolomé insiste en que el Gobierno tiene claro el valor estratégico de la ruta a Madrid. La más importante en el aeropuerto. Por motivos empresariales –el viaje de negocios o el vinculado a las administraciones– y turísticos. La capital, a través de los enlaces, es la puerta al resto del mundo. Tanto es así que en el concurso de promoción de las rutas nacionales, por primera vez público, la de la capital iba en un lote único. Por sus especiales condiciones y por los mínimos de conexión que se exigían. Ella entiende que «mejorando la oferta, aumenta la demanda». Es decir, que si hay más aviones o más grandes (los de Iberia en vez de los de Air Nostrum), los cántabros los llenarán. «Es lo que ocurre en todas las rutas que tenemos». Por eso considera que no es un problema de la «demanda de Cantabria». Ahí descansa su argumentario a la hora de sentarse a la mesa con Iberia.
Y ahí está justo el segundo motivo de la reunión. Insistir en los mínimos que fija el contrato respecto al número de frecuencias, «para, a partir de ahí, ir mejorando». «Si los potenciales clientes que cogen el avión en esa ruta ven que los precios son muy altos o existe un riesgo habitual de cancelaciones, irán abandonando el servicio. Y al que deja de ser usuario le cuesta volver». Por eso, estabilizar ese servicio y los precios resulta esencial.
¿Se cumplirá? De momento Iberia no tiene, por ejemplo, más que una salida en todo el mes de agosto a las 06.30 horas, una de las mejoras que se había conseguido (eran tres por semana, con la pernocta de un avión en el Seve). Bartolomé asegura que en el encuentro, desde la compañía aseguraron que cumplirían durante el verano con el mínimo de tres salidas diarias y que, incluso, está previsto poner cuatro en distintas jornadas (sí que están a la venta). Y que para la próxima temporada de invierno, la idea –según Bartolomé– «es mantener ese compromiso».
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Ana del Castillo
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