Borrar
Tres socias del Marisma, ayer, mientras hacen ejercicios respetando las distancias.

Ver fotos

Tres socias del Marisma, ayer, mientras hacen ejercicios respetando las distancias. Roberto Ruiz

La gota gorda a dos metros de distancia

Gimnasios en fase tres ·

Algunos centros ya han reabierto con estrictas medidas de limpieza, máquinas con carteles de «no utilizar» y delimitando espacios para garantizar las distancias

Laura Fonquernie

Santander

Jueves, 11 de junio 2020, 07:07

¿Empiezas hoy? ¿Y ya te sabes las normas?». Le preguntaba este miércoles una socia del Marisma Wellness Center de Santander -abrió el martes- a otra justo en la puerta mientras se saludaban con el codo. No fueron las únicas. Porque son días de reencuentros incluso en los gimnasios. Y, sobre todo, de acostumbrarse a los cambios que trae consigo la reapertura de la instalación cerrada durante meses por la crisis del coronavirus. Hay algunas novedades. Otras son medidas que ya se hacían, pero ahora se han intensificado, como la limpieza. Quien ande despistado o con dudas tiene a la entrada un cartel grande que recuerda los detalles más importantes: llevar la mascarilla, lavarse las manos y mantener siempre la distancia de dos metros. Esas tres claves se aplican a cualquier situación y también a los gimnasios donde, además, hay que desinfectar cualquier material antes y después de utilizarlo y llevar una toalla individual.

Ya en la puerta del Marisma, una trabajadora recuerda estos días a todo el que entra que se lave las manos con los dos dispensadores de gel colocados a la entrada. Y está preparada para responder cualquier duda. Luego el camino es fácil, basta con mirar al suelo y fijarse en la cartelería. Si alguien quiere acercarse a preguntar algo en la recepción, en caso de que haya cola, unas marcas con la frase «mantenga la distancia de seguridad», indican a cada uno dónde colocarse. Y para los que vayan directos a hacer ejercicio es obligatorio entrar con la pulsera o tarjeta. Este mecanismo «nos sirve para controlar el aforo», explica Isabel Vega, directora del centro. De momento no puede superar el 30%. No obstante, por la afluencia que suele haber en verano, lo más probable es que no se incremente. Los problemas podrían surgir si continúan las restricciones en octubre. Una vez dentro, los circuitos de entrada y salida están marcados con unas flechas amarillas pegadas en el suelo. Unas llevan a los vestuarios de las piscinas. Para este espacio «hemos puesta una persona de la limpieza de forma permanente», añade la directora. En cualquier caso, en el uso por parte de los socios, apelan a la prudencia y a la responsabilidad individual. Ya en la piscina no hay problema, es posible ir a nadar sin miedo. Y hacerlo como siempre. Eso sí, en la parte recreativa, unas corcheras separan en espacios individuales para garantizar que ahí también hay distancia.

¿Y las máquinas? Las bicicletas y elípticas se pueden usar una sí, una no. Está todo marcado con carteles que indican «no utilizar». Es decir, todo funciona como antes de la pandemia, pero ahora a dos metros de distancia. Y ayer ya había gente sudando la gota gorda en el gimnasio. Sobre las 11.30 horas Iciar Rivero, subida a una de las elípticas, contaba lo «bien organizadas y claras que están las medidas». Algo que le da «seguridad». Ella tenía «muchas ganas de recuperar la rutina» y la vuelta fue «estupendamente».

Ir al gimnasio no requiere cita previa salvo que se trate de clases programadas. Ahí sí porque el aforo está reservado para 30 personas, siempre que se respeten los dos metros. En el Marisma Wellness Center, han optado por marcar con cintas en el suelo el espacio individual de cada persona. De esta manera las clases son más ordenadas. ¿Hace falta mascarilla? Mientras se hace el ejercicio no, para desplazarse por el centro, sí. Y, por supuesto, obligatoria cuando no se puedan garantizar los dos metros de distancia. Además hay colocado dispensadores de gel por todas las esquinas. Para las manos y también botes para desinfectar el material que se utilice. «Limpia lo que toques», recuerdan los carteles.

Ahora solo falta que la gente se anime a volver al gimnasio. Como Manuel Ruiz para quien este miércoles era el primer día tras la pandemia. «La impresión es muy buena. Se hace raro volver así, pero está todo muy delimitado. No hay peligro», decía antes de continuar con su rutina. «Vamos con prudencia, pero lo veo todo bien», insistía.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

eldiariomontanes La gota gorda a dos metros de distancia