La «gran cita» de los traumatólogos

Como impulsor de la primera unidad de artroscopia de la sanidad pública del país, que puso en marcha en Valdecilla, Gómez Cimiano señala que «al principio era como operar de noche y con niebla, mirando por el agujero de la óptica y muchas veces acabábamos abriendo igual, mientras que ahora tenemos a nuestra disposición los monitores 4K, que nos ofrecen imágenes nítidas que aportan una mayor precisión en la cirugía», comenta delante de uno de los expositores donde las casas comerciales mostraban sus novedades aprovechando la «gran cita» de los traumatólogos de toda España, que cuenta también con ponentes internacionales. Un foro que se acompaña de Curso de Enfermería en Artroscopia y Rodilla, en su edición número 28, organizado por personal de Valdecilla, Sierrallana y el Hospital de Laredo. En total, son más de un millar los profesionales que participan desde el miércoles en este encuentro científico que se clausura hoy (14.00 horas).

«Se trata de una puesta al día y de compartir conocimientos, porque se ha ido desarrollando instrumentación alrededor de estas técnicas y la evolución es continua», destaca. Por eso, se ha buscado que las sesiones programadas sean «más dinámicas y participativas», un «acierto» que alaban los congresistas.

«Empezamos con la artroscopia en la rodilla, y después lo demás vino rodado. Cuando dimos el salto al hombro, recuerdo que el jefe de Traumatología que tenía entonces me preguntó '¿Qué nos vais a dejar a nosotros?', y le respondí: «Las prótesis, porque la artroscopia tendrá capacidad para hacer todo lo demás que se consigue con la cirugía abierta. Y en estos años se ha puesto todo el empeño para desarrollar sistemas para operar sin tener que abrir ninguna articulación».

Aunque admite que «costó mucho» abrirse camino, se despejó en cuanto se vieron las ventajas en tiempo de recuperación y estancias hospitalarias. «El cambio fue brutal. En una intervención de menisco, por ejemplo, se pasó de abrir la rodilla y poner una escayola durante un mes a operar por la mañana mediante artroscopia y que el paciente se pudiera ir por la tarde a su casa andando», subraya Gómez Cimiano, hasta el año pasado jefe de servicio de Traumatología y Ortopedia de Valdecilla. A partir de ahora, apunta, «el reto» de esta técnica de mínima invasión va más allá de las articulaciones: «No tiene límites».

Aunque la «gran estrella» en las consultas de los traumatólogos «seguirán siendo las prótesis», admite, debido al progresivo envejecimiento de la población. Y esa, precisamente, es la otra gran pata del congreso. «Los diseños protésicos van mejorando y se buscan materiales que duren más tiempo y, sobre todo, que consigan hacer frente al gran caballo de batalla que es la integración en el hueso, puesto que no deja de ser un cuerpo extraño que se coloca al paciente. De ahí que la investigación en este campo vaya encaminada a lograr que el cuerpo reconozco esa prótesis como algo propio». Las llamadas prótesis bisagra de rodilla, los nuevos horizontes en cirugía de cadera y el papel que jugará en ella la artroscopia en la próxima década, o el manejo de las lesiones deportivas son algunos de los múltiples temas abordados en uno de los congresos sanitarios más multitudinarios del año.