Una gran familia de 150 personas

Salmón al horno con hierbas aromáticas para la cena de Nochebuena y cordero guisado con patatas para la comida de Navidad. Estos son los platos principales de los menús que la Cocina Económica de Santander ha elaborado para recibir a los 150 comensales que acudirán al comedor social en estas dos fechas tan señaladas de las Navidades.

En los fogones, las cocineras Isa y Priscila preparan los platos con «mucho amor» -dicen- porque «son días especiales para todos y queremos que los disfruten». El objetivo prioritario de la entidad solidaria durante estas fechas es «estar muy pendiente de aquellos a los que se les note tristes y decaídos por estar alejados de sus familias. Viven unas circunstancias muy duras y son unas fechas muy emotivas y sensibles para todos», explica la directora, Sor Clara Gallego.

La cifra de 150 comensales no asusta en esta cocina porque es prácticamente la que reciben a diario. En estos días esperan una veintena más de lo habitual, que procede de los seis pisos de acogida que tiene la entidad en Santander. «Estos días tan señalados la gente no quiere sentirse sola y prefiere verse arropada rodeada de gente», indica Gallego.

«En la Cocina Económica les esperamos a todos con los brazos abiertos para cenar juntos en un ambiente agradable y cantando villancicos, como la gran familia que somos», señala por su parte el director gerente de la entidad, Jesús Castanedo.

Cocinar para una «familia» tan amplia no es una tarea sencilla. Al frente de la logística se encuentra Sor Ángela. «Hemos elegido los menús en función de las donaciones recibidas. Una persona ha pagado por segundo año consecutivo la factura del cordero de la comida de Navidad», detalla la religiosa. «Gracias a las generosas aportaciones de particulares y empresas, en especies o dinero, es posible realizar nuestra labor», destaca.

Esta noche, para la cena de Nochebuena, el menú es especial. Comenzará con unos entrantes de jamón y queso; a continuación, llegará un primer plato de sopa de marisco, «algo caliente para templar»; seguido de un segundo plato de salmón al horno y compota navideña con higos, naranja, ciruelas y frutos secos y otros dulces de postre.

Al día siguiente, para la comida de Navidad, se comenzará con gambones a la plancha, seguido de coliflor gratinada y cordero asado con patatas. Este día de postre habrá melocotón en almíbar, turrón y polvorones.

También habrá un menú especial en Nochevieja, Año Nuevo y el día de Reyes Magos. Además, para desayunar el día de Navidad y en Reyes se repartirá un roscón individual a cada uno y habrá regalos para todos: calcetines, bombones y otros detalles.

La mitad de quienes forman la cola frente al comedor social de la Cocina Económica son personas nacidas en Cantabria y el resto, extranjeros. Los más jóvenes son un grupo de emigrantes que ha llegado a España sin el acompañamiento de sus familias; los demás tienen una edad comprendida entre 45 y 65 años. A diferencia del año pasado, en el que las limitaciones de aforo del comedor redujeron el número de usuarios, este año la organización estará al completo. «Siempre cumpliendo a rajatabla las medidas de seguridad, el uso de la mascarilla y la distancia», resalta Castanedo. El gerente subraya que «la Cocina Económica pertenece a Cantabria y tenemos la responsabilidad de canalizar su solidaridad de la mejor forma posible».

Ocho voluntarios ayudan a servir platos, recoger y organizar el comedor. Sin ellos esto no sería posible. La voluntaria de mayor edad, 76 años, se ayuda de un bastón para desplazarse. A pesar de sus dificultades, no fallará a su cita solidaria esta Nochebuena, a partir de las ocho de la tarde.

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