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En las cajas de cartón está escrito con rotulador el supermercado del que procede cada una. Todas se pesan antes de sacar los alimentos para pasarlos a los arcones donde se guardan clasificados por tipos. Las pistas de dónde está cada producto la da el ... papel pegado en el exterior. En el folio puede leerse palabras como: arroz, pañales, aceite... Así, poco a poco, el almacén del Banco de Alimentos de Cantabria, ubicado en Tanos, empieza a llenarse con la llegada de los primeros kilos procedentes de la Gran Recogida de Alimentos que arrancó el viernes. La organización lanzó un SOS a la población y el mensaje ya ha dado sus primeros resultados. Conforme avance la semana llegarán más palés. Se trata de donaciones que permitirán llenar los numerosos arcones «vacíos». «Hace falta de todo», reconoció la semana pasada Antonio Soler, secretario del Banco.
Aunque todavía no hay datos totales porque queda mucho por recibir y clasificar, al menos este lunes sobre las 12.00 horas, en el almacén ya habían pesado unos 8.000 kilos de comida. Entre las decenas de cajas y toneladas de alimentos pasan las horas, medio escondidos, los voluntarios del Banco de Alimentos que se distinguen por los chalecos fosforitos. Para todo el equipo que trabaja en la iniciativa estas son semanas de mucho trabajo. Y no importa la tarea. Primero por los preparativos y después por el inventario que toca hacer para ordenar la comida que luego se repartirá entre los beneficiarios de la organización. «A partir de ahora empiezan a llegar todas las donaciones del fin de semana», explicaba este lunes Antonio Soler, secretario de la organización.
No obstante, por mucho que suponga más trabajo, cada palé que entra en la instalación son buenas noticias porque «estábamos muy escasos», reconoce Alfredo García, voluntario desde 2020. Las decenas de cajas que ocuparán estos días parte del espacio son una oportunidad para llenar los arcones que tienen una pegatina roja con la palabra 'vacío'. Son días de no parar, muy «intensos», pero con tareas que pesan un poco menos cuando saben el motivo. Este año está especialmente motivado después de haber visto cómo «se han involucrado muchos jóvenes» en la campaña, contaba este lunes antes de subirse al elevador para continuar con el trajín de la mañana.
No obstante, aunque la recogida física ya no sea posible en la mayoría de las superficies de la región que participan en la recogida, Soler quiere recordar que hasta el próximo 6 de diciembre se admiten los bonos en caja. Ese dinero crea un «crédito» a favor del Banco de Alimentos. Una donación que «para nosotros nos resulta más cómodo porque luego pedimos según nuestras necesidades», reconoce. Y, además, se traduce en menos trabajo de pesar y clasificar alimentos.
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