Los trenes gratis aumentan el número de viajeros en Cercanías un 51%

Analizando los resultados por líneas, un total de 1.353.930 viajeros se desplazaron en los servicios de la C1 Santander-Reinosa en 2023, lo que supone un incremento del 56,8% en comparación con la demanda registrada en 2022. El número de usuarios de la línea C1 fue de 863.515 en 2022 y de 608.485 en 2021.

En cuanto a las líneas C2 (Santander-Cabezón de la Sal) y C3 (Santander-Liérganes), la suma de ambas arrojó una cifra de 3,89 millones de clientes, un 49,5% más que los contabilizados durante el año anterior, cuando fueron 2.603.720. En 2021, la cifra alcanzó los 2.382.420.

Según se indicó desde la empresa, la utilización de los trenes de Renfe en Cantabria ha permitido evitar la emisión a la atmósfera de 16,15 millones de kilogramos de CO2 y el consumo de casi 6,9 millones de litros gasolina al haber ahorrado de la circulación más de 3,5 millones de vehículos de las carreteras de la región.

La gratuidad de los billetes es la principal causa del crecimiento de los usuarios. Se trata de una medida puesta en marcha por el Gobierno central en el último cuatrimestre de 2022 en respuesta a la situación de crisis económica y al encarecimiento de los combustibles agudizados por el estallido de la guerra en Ucrania.

El Estado se comprometió a mantener esta gratuidad tras el estallido del escándalo de los trenes. El Diario Montañés reveló que la fabricación de las nuevas máquinas de Cercanías para reforzar el servicio en Cantabria y Asturias sufriría un retraso de años debido a que a la hora de diseñarlos no se habían tenido en cuenta las características de las infraestructuras de la vía, hasta el punto de que sus medidas resultaban excesivas y no cabían por los túneles.

El escándalo se debió no solo al garrafal e inexplicable error, -la auditoría interna que encargó el Ministerio de Transportes revela que la empresa adjudicataria supo el error de tamaño antes de firmar el contrato-, sino también al retraso en comunicarlo y buscar una solución una vez fue detectado. La gravedad del caso se llevó por delante al presidente de Renfe, Isaías Táboas, y a la secretaria de Estado de Transportes, Isabel Pardo de Vera, mientras la entonces ministra de Transportes, Raquel Sánchez, se comprometía ante Miguel Ángel Revilla y Adrián Barbón, a la sazón presidentes de Cantabria y Asturias, a acelerar las inversiones, dar cuenta de los avances y mantener la gratuidad del servicio hasta la llegada del primero de los nuevos trenes, que se prevé se produzca en 2026.

Precisamente la ejecución de mejoras en la obsoleta red de Cercanías, y en concreto la duplicación de la vía entre Santander y Torrelavega -una obra con una inversión prevista de 138 millones-, obligó a que los usuarios tuvieran que efectuar transbordos en Maliaño, ya fuera cambiando de tren o enlazando a bordo de un autobús, durante la ejecución del tramo entre Santander y Muriedas.

Los trabajos en la vía entre la capital cántabra y Muriedas dieron comienzo el 10 de junio de 2023. Un mes después, Renfe constató un descenso del 40% del número de usuarios por las incomodidades causadas por las obras, que se traducían también en un aumento en la duración de los trayectos.

Esta situación, que se prolongó hasta final de año, con esa caída en el número de viajeros por los transbordos, no ha impedido que las cifras globales de usuarios en la red de Cercanías cántabra hayan experimentado ese aumento del 51% respecto a 2022.