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A falta de una estadística más completa sobre la intensidad con que circula el covid en Cantabria, queda la sensación generalizada entre la ciudadanía de estar rodeada por casos de contagios, una situación que recuerda a la vivida el pasado mes de enero, cuando la ... fuerza de la sexta ola de la pandemia, protagonizada por la variante Ómicron, multiplicó las infecciones hasta hacerlas incontables y elevó la incidencia hasta tasas nunca vistas. Pero las nuevas directrices sanitarias en la gestión de la enfermedad, lo que se ha dado en llamar gripalización, establecen una diferencia abismal entre aquella oleada y la actual, especialmente notable en el ámbito laboral: el número de bajas por covid registradas durante el mes de abril suponen la décima parte de las que el virus causó en enero.
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La mayor flexibilidad en la convivencia con el coronavirus explica esta drástica reducción: desde que, a finales de marzo, entraron en vigor las nuevas medidas previstas por Sanidad, la enfermedad por covid en pacientes asintomáticos o con síntomas leves dejó de ser causa de baja laboral, con la única excepción de quienes trabajan en ámbitos vulnerables como hospitales, centros sociosanitarios y centros de día, centros penitenciarios y otros con personas institucionalizadas, así como quienes están empleados cuidando a personas vulnerables: todos los demás deben acudir a su puesto, eso sí, extremando las precauciones, aunque la Consejería recomienda que se opte por el teletrabajo siempre que sea posible.
En total, han sido 2.436 las bajas laborales provocadas por el coronavirus durante el pasado mes de abril, lo que se traduce en una media diaria (a veinte días) de 125. Son cifras muy alejadas de las que se soportaron en el arranque del año: enero cosechó 21.930 bajas, con una media de 1.104 bajas diarias.
125es la media de bajas diarias que se registraron en abril
1.104es la cifra media de bajas que se produjeron cada día durante el mes de enero
Aquella avalancha de contagios diarios –miles, que sobrepasaron la capacidad de diagnóstico y rastreo del sistema sanitario–, generó otra paralela de tramitación de bajas laborales que, al tener que ser gestionadas por los médicos de cabecera, que venían a dedicar una tercera parte de su jornada a realizar este papeleo, contribuyeron a colapsar la Atención Primaria.
No obstante, se puede intentar comparar la situación sanitaria entre los meses de enero y abril de 2022 a partir de la incidencia en mayores de sesenta años, la única que actualmente contabiliza de forma exhaustiva Sanidad: según datos del Instituto Cántabro de Estadística (Icane), la incidencia acumulada a catorce días entre los cántabros de ese tramo de edad rozó los 2.400 casos por 100.000 habitantes en los momentos más duros de enero; en abril, la tasa solo llegó a la mitad, 1.207 en el peor día, la jornada del 29.
«Sí que se nota que la carga administrativa y burocrática ha disminuido. Hay una disminución notable de las bajas pero habrá que ver hasta dónde llega esta ola en la que estamos inmersos. Por eso recomendamos a la población la prudencia y mantener medidas de seguridad», señala Teresa Ugarte, gerente de Atención Primaria del Servicio Cántabro de Salud (SCS). «Hay una diferencia sustancial entre la sexta ola y este momento, y es que hay muchas menos bajas de covid. Se ha gripalizado la situación».
Al ser la Sanidad un área en que el covid es motivo de incapacidad temporal en las plantillas, sí existe cierta preocupación por la proliferación de contagios entre los profesionales: actualmente, hay 231 sanitarios y 34 no sanitarios de baja.
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Esta circunstancia, según asegura Ugarte, no está afectando sensiblemente a la prestación de servicios, y la actividad se está manteniendo con normalidad en los centros sanitarios. «La carga de trabajo se esta asumiendo bien, gracias en gran parte al esfuerzo de los profesionales. En Atencion Primaria, las bajas se notan en mayor medida en Urgencias y 061».
Las bajas a causa del covid en 2020 y 2021 en España costaron a trabajadores, empresas y Administración, al menos, una media de 794 euros por cada una y un total de 4.828 millones de euros para ambos ejercicios, según un estudio publicado ayer por los Gestores Administrativos. Estos profesionales puntualizan que este es el cálculo para el coste más bajo, tomando el salario mínimo interprofesional (SMI) de 2020 como referencia, pues para cifrar el coste real habría que disponer de los datos salariales de los afectados.
De acuerdo con este estudio y según datos de la Seguridad Social, en 2020 se produjeron 2.887.120 bajas por covid, que representan el 34,2% de las bajas totales durante el ejercicio. En 2021 fueron 3.194.502, que representaron el 38,08% del conjunto total de bajas del año.
El informe de los Gestores Administrativos muestra que Cantabria fue una de las comunidades con menores gastos derivados de las bajas por covid en ese periodo, con un coste estimado de 52,6 millones, solo por encima de La Rioja, con 43. En el extremo opuesto, Cataluña afrontó un coste mínimo de 1.001 millones de euros, seguida por Madrid (885,3 millones), Andalucía (653,5 millones), Comunidad Valenciana (447 millones) y País Vasco (329,3 millones).
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