

Secciones
Servicios
Destacamos
El fuerte brote de gripe aviar en Estados Unidos, país en el que cada día se registran decenas de contagios y donde ya se ... ha reportado un primer caso de muerte en un humano relacionado con el virus H5N1, y su rápido avance por Europa, donde su incidencia acrecienta los temores a una pandemia, ha colocado a las granjas avícolas españolas en la misma posición delicada en la que la enfermedad las sitúa cuando las autoridades elevan el nivel de riesgo, y a los patronos del sector en estado de alerta. De alerta máxima. «Aquí no te puedes descuidar, porque el día que te toca, entonces la has liado».
Responsable de La Gallinuca, que es una granja afincada en el barrio de Ontonilla de Agüero, el avicultor Miguel Ángel Jiménez tenía correteando por su terreno a 3.300 gallinas que cada año le dan 90.000 huevos camperos. Ya no. Desde el pasado lunes las tiene a todas encerradas en una nave por orden de la Consejería de Desarrollo Rural.
«Estoy muy preocupado, sí. Pero más que porque se me infecten los animales, que también, porque me cambien la denominación del huevo», puntualiza. «Nosotros producimos aquí huevos de los llamados camperos, huevos de gallinas que han sido criadas en libertad y alimentadas con productos ecológicos». De demorarse el confinamiento, «las gallinas ya no se considerarían gallinas criadas en libertad sino gallinas criadas en interior y, por tanto, sus huevos dejarían de ser camperos y pasarían a ser huevos de suelo». Y esa variación, explica inquieto el empresario, «provocaría una caída del precio de nuestro producto».
Para que eso no llegue a ocurrir, a Jiménez le ofrece la Consejería una solución de urgencia; le permite dejarlas salir a la finca siempre y cuando ese espacio reúna una serie de requisitos que pasan por la instalación de voladeros, es decir, de mallas metálicas que cubran todo el terreno por encima de sus cabezas para impedir así cualquier contacto de las gallinas con las aves silvestres, potenciales portadoras de la gripe aviar.
«Pero, en nuestro caso, esa solución es inviable económicamente», dice espantado el avicultor, que admite que no tiene los cerca de 60.000 euros que le costaría cubrir con ese aparataje los más de 8.000 metros cuadrados que tiene su finca.
Así que tiene a las gallinas encerradas y el alma en vilo porque «el contagio de una sola gallina te supone sacrificar a las 3.300» con lo que ello lleva implícito: «no tienes gallinas que pongan, no tienes huevos para vender, no tienes dinero con el que pagar el alquiler del local y las nóminas de los empleados...».
Según el último informe emitido por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA), entre el 1 de julio del año pasado y el 15 de enero de 2025, esto es, en los últimos seis meses y medio, en Europa se han comunicado alrededor de un millar de focos de gripe aviar –341 en aves de corral y 684 en aves silvestres–, 21 de ellos correspondientes a España, donde el virus solo está circulando entre las aves silvestres. «En las últimas semanas se ha producido un aumento en el número de casos detectados, lo que indica una tendencia al empeoramiento de la situación con el consiguiente aumento del riesgo para España», admite como conclusión el informe del MAPA, que mantiene la guardia alta.
«Desde luego, para el que le surja un contagio es una chapuza», dice serenamente Montse Muñoz, dueña de Granja Doña Rafaela, una explotación asentada sobre un terreno del barrio Casuso del municipio de Marina de Cudeyo con mil gallinas camperas. Que el virus todavía no haya penetrado en España le da a la avicultora «una cierta tranquilidad», aunque eso no quiere decir que en su granja no se hayan adoptado las correspondientes medidas preventivas.
«La preocupación varía dependiendo de factores muy diversos; dónde esté asentada la granja, el tipo de producción que tenga, lo que vaya a durar esta alerta... A no ser que la situación se agrave, no tenemos que inquietarnos más de lo debido», dice la empresaria en la confianza de que esta, como la de los años anteriores, sea una falsa alarma.
Aún de acuerdo con ella, Alfonso Domínguez pide no confiarse. «Con la gripe aviar no te puedes descuidar, porque el día que te toca, entonces ya la has liado», dice precavido el propietario de Gallineros El Redal, en Luey, una zona próxima a la costa occidental y por tanto de riesgo, donde el avicultor tiene alrededor de 600 aves entre faisanes, perdices, palomas, patos, ocas y gallinas de Guinea, entre otras. «En mi caso el contagio es improbable porque la mayoría de estas aves viven siempre encerradas. En libertad, se me escaparían», explica Domínguez, que no quiere ni pensar en un posible brote en sus instalaciones porque «aquí no hay segundas pruebas». A la primera, dice sobrecogido, «se los cargan a todos».
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Noticias seleccionadas
Ana del Castillo
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.