Cantabria ya está en epidemia de gripe

Las Urgencias pediátricas han sido las primeras en notar la llegada del virus, aunque por ahora de forma esporádica y sin desencadenar situaciones de saturación, sostienen desde el área pediátrica de Valdecilla. El buen tiempo con el que han arrancado las Navidades se ha convertido en el mejor aliado para las autoridades sanitarias, conscientes de que este diciembre con dos festivos enlazados con el fin de semana y la gripe a punto de estallar conformaba la combinación perfecta para atascar las Urgencias. «La situación va a ser complicada», aventuraba el gerente del SCS, Benigno Caviedes, días atrás, después de tener que hacer encaje de bolillos para cuadrar las carteleras de la plantilla de los servicios de urgencias de Atención Primaria (SUAP) con los escasos sustitutos disponibles. Sin embargo, el puente largo de Nochebuena, con los centros de salud cerrados al declararse el día 24 como festivo para los profesionales sanitarios (a diferencia de otros inviernos), ha sido «bastante llevadero» tanto en los hospitales como en los SUAP, señala. Cierto es que la gripe aún no ha entrado en ebullición y que tampoco ha hecho frío, que es el factor que favorece las concentraciones de gente en interiores y, por tanto, los focos de contagio.

De ahí que del 22 al 25 de diciembre la afluencia de urgencias haya entrado «dentro de lo habitual o incluso por debajo». En total, en Valdecilla se han recibido 1.847 urgencias en esos cuatro días, entre niños y adultos, y «no ha habido falta de camas en ningún momento», precisa Caviedes. El hospital ha registrado una media de 300 urgencias diarias en el servicio de adultos (el embudo aquí es difícil de gestionar cuando se superan las 400) y en torno a 150 casos en el área pediátrico, lejos por tanto de los picos de actividad que obligan a tomar medidas adicionales para absorber la acumulación de la demanda, como abrir los boxes de reserva o doblar habitaciones utilizadas como individuales.

Desde la Gerencia reconocen, no obstante, que en la tarde de ayer tuvieron que hacer frente al primer pico de actividad intensa de estas Navidades. Aunque por la mañana, sólo había un ingreso pendiente de subir a planta y la situación estaba despejada, el ajetreo empezó tras la sobremesa. Hasta el punto de que a las siete de la tarde el balance provisional de la jornada llegaba a las 441 urgencias totales, contando en ese dato a 76 niños. A esa hora coincidían en las salas de espera y los pasillos de Urgencias más de doscientos pacientes, pero el bajo número de ingresos -35 adultos y 5 menores- «indican que predomina la patología banal». Uno de los cambios introducidos dentro del plan de choque diseñado por el hospital para afrontar la previsible oleada de urgencias con la que se despedirá el año y se recibirá al 2019 -coincidiendo con la expansión de la gripe- ha sido habilitar salas de espera diferenciadas, en función de la patología y la gravedad, y limitar el número de acompañantes a uno por paciente para aliviar los momentos de mayor presión asistencial.

La situación también ha estado «controlada» en Sierrallana y Tres Mares, apunta Caviedes. En concreto, el hospital de Torrelavega ha atendido 1.078 urgencias en estos cuatro días de puente, entre ellas 368 niños, «un poco por encima de lo normal, sobre todo en pediatría, y eso que aún no se ha visto mucha gripe». En el centro de Reinosa las asistencias urgentes han sumado 348, a una media de 90 al día. Cifra similar a la que atiende el Hospital de Laredo, donde «tampoco ha habido problemas durante el puente. Hemos tenido camas libres», sostiene su gerente, Ander Larrazabal.

Menos optimistas se muestran los responsables sanitarios de cara al último fin de semana del año, donde esperan una demanda mayor. Y la gripe será una de las principales responsables. Por eso la consejera de Sanidad, María Luisa Real, recordó ayer que aún está activa la campaña de vacunación, que oficialmente termina el viernes, aunque se seguirán suministrando vacunas hasta que se acaben las dosis al quedar aún un «importante remanente». De las 112.000 vacunas adquiridas este año por el Gobierno de Cantabria, se han utilizado 95.700. La consejera insistió en aconsejar la vacunación a todas las personas en situación de riesgo y a los mayores de 60 años porque es «la única medida realmente preventiva, científicamente comprobada».