La Guardia Civil de Cantabria ha destruido este año casi 3.000 armas de fuego, blancas y prohibidas

Este año el instituto armado ha llevado a cabo la destrucción de casi 3.000 de estas armas. Lo ha hecho en dos fases, la primera de las cuales se produjo en el mes de marzo, en el que se redujeron a chatarra 1.433 armas; la segunda se ha desarrollado durante octubre, en concreto el pasado día 27 de octubre, cuando se destruyeron 1.542 elementos en aplicación del Plan de Control de Armas de fuego (PICAF).

Dichas armas se encontraban depositadas en la Intervención de Armas y Explosivos de la Guardia Civil de Cantabria, por diferentes motivos. Unas, al ser entregadas por sus propietarios, bien por perder las condiciones psicofísicas para su tenencia o por no querer continuar con las mismas. Otras, en cambio, fueron intervenidas por la Guardia Civil u otras fuerzas de seguridad en el desarrollo de sus funciones, por estar relacionadas con hechos delictivos o infracciones administrativas.

De las armas destruidas este año, más del 50 % fueron armas de fuego largas (escopetas y rifles) y cerca del 40 % armas blancas y prohibidas. El resto fueron armas cortas (pistolas y revólveres). Su destrucción fue realizada por el método de fundición, gracias a la colaboración de la empresa Global Steel Wire de Santander. En la destrucción realizada el pasado viernes, se fundieron 658 armas de fuego, entre largas y cortas, y 884 armas blancas y prohibidas.

Con las armas destruidas este año, en aplicación del Plan de Control de Armas de fuego (PICAF), la Guardia Civil de Cantabria ha destruido en los últimos cinco años unos 17.000 kilos de armas.

Con este plan de control, se pretende prevenir el tráfico ilegal de armas de fuego, la no recuperación de las inutilizadas y la no transformación de las consideradas detonadoras en armas de fuego de pequeño calibre.

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