Los guardianes de la costa

La costa está en sus manos. La erosión de las playas, desde el Puntal hasta la República Dominicana, o las soluciones para combatir inundaciones o tsunamis son algunos de los ejes en los que se estructura su trabajo, basado en la investigación, la transferencia tecnológica y la formación en torno a cinco áreas: Análisis numérico y experimental de morfodinámica litoral; Diseño de infraestructuras y actuaciones costeras; Gestión Integrada de Zonas Costeras (GIZS); Seguimiento y monitorización de la costa; y Riesgos naturales y antrópicos. Así lo explica Mauricio González, responsable de este grupo donde unen sus conocimientos ingenieros civiles, tecnólogos, físicos, oceanógrafos y geógrafos, a los que se suman abogados o economistas de otros equipos del IH. «La gran ventaja del Instituto es que podemos desarrollar proyectos de forma multidisciplinar, es lo que nos permite ser competitivos», destaca.

La costa juega un papel de importancia indiscutible en la vida del ser humano desde muchos puntos de vista (socio-económico, comercial, recreacional, residencial, turístico, medioambiental...). Y es uno de los lugares donde más se evidencia la evolución de la naturaleza: su erosión es una de las principales preocupaciones mundiales hoy en día. «La sociedad es cada vez más consciente de la necesidad de asegurar la estabilidad de las costas y su biodiversidad mediante actuaciones sostenibles y una gestión medioambiental adecuada, para lo cual es imprescindible comprender los procesos litorales y sus efectos en la costa», explica González. Y centra su reflexión en España, donde el turismo es uno de los pilares «más importantes» del Producto Interior Bruto: «30 millones de personas vienen cada año a España por sus playas y cada metro cuadrado que se pierde, es dinero que desaparece. Nosotros evaluamos cómo va retrocediendo la costa hoy en día y cómo va a ser dentro de 30-40 años teniendo en cuenta el efecto del cambio climático, y el coste que todo ello tiene. Además, cuanto más atrás está la costa, mayor es el riesgo de inundaciones», reflexiona.

La faceta investigadora les ha llevado a desarrollar modelos que les permiten abordar todos los problemas que se dan a largo del litoral, incluida la parte de riesgos, donde se han convertido en una referencia internacional en el ámbito de los tsunamis, habiendo participado en los sistemas de alerta español y europeo que coordina la Unesco y siendo protagonista de numerosos proyectos. Proyectos que, a la vez, desvelan carencias que llenan con nuevas investigaciones. «Nuestras tesis no sólo terminan en artículos que se publican en revistas científicas, sino que desarrollan herramientas metodológicas que nos permiten resolver problemas reales», analiza González.

Por ello, la transferencia de tecnología es el segundo pilar del grupo de Ingeniería y Gestión de la Costa. Aquí es donde se incluyen, por un lado, el desarrollo de herramientas y tecnologías –«proporcionamos los mecanismos para que los gestores que tienen que tomar las decisiones lo hagan con base a conocimientos técnicos»–; y, por otro, las asistencias técnicas, resolver problemas reales en distintas partes del planeta.

Una de las grandes aportaciones científicas realizadas por este departamento ha sido el desarrollo del Sistema de modelado costero, modelos numéricos a partir de una infinidad de datos (de olas, de corrientes, de niveles...) que «nos permiten estudiar los problemas en la costa a diferentes escalas». El investigador reconoce que este sistema «es uno de los que más visibilidad nos ha dado», como demuestra que se utiliza en más de 60 países, con más de 1.000 usuarios. «Tenemos todas las herramientas y los datos para cualquier estudio que vayamos a desarrollar en una isla del Pacífico, en África o Latinoamérica», ejemplifica. Este Sistema de modelado costero es además «un auténtico referente en España», ya que se convirtió en motor del desarrollo de la Ingeniería de Costas.

Más ejemplos. Han impulsado diferentes modelos y herramientas para enfrentarse a los tsunamis, entre ellos una premiada app que alerta de su amenaza en tiempo real cuando ocurre un terremoto o maremoto en cualquier lugar del mundo. O el proyecto diseñado para el sultanato de Omán, un sistema de alertas y un mapa de inundaciones, riesgos y actuaciones que deben tomarse para protegerse de los tsunamis. Y para Catar, desde el IH han desarrollado un plan para la gestión integrada de sus zonas costeras que expone qué áreas van a tener problemas en el futuro en cuanto a erosión, en qué lugares se pueden construir puertos y en cuáles no, en qué territorios se puede urbanizar y cuáles deben ser protegidos medioambientalmente. En definitiva, «qué es lo que hay que hacer para que pueda tener un desarrollo sostenible en los próximos 30-50 años». Un trabajo ambicioso similar a otro realizado en Egipto.

La tercera pata de su trabajo es la formación, pilar «fundamental» que permite transferir las herramientas, tecnologías y conocimientos que desarrollan en el IH, a través del Máster de Ingeniería de Costas y Puertos y de distintos cursos internacionales. «Hay gobiernos que nos solicitan cursos a medida», expone González.