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Poco después de las nueve de la mañana se hizo el silencio en la primera planta de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de la UC. Comenzó entonces el llamamiento de los alumnos que ayer se examinaron de las tres pruebas iniciales de acceso ... a la universidad en esta sede de la capital cántabra. Apenas se escuchaba un «vamos, Natalia» o un «suerte, Nerea» cuando la profesora al cargo del aula 16 iba llamando a los estudiantes, que esperaban su turno nerviosos y abanicándose con los apuntes de Historia de España a la velocidad de la luz.
Esa fue la primera prueba de la convocatoria ordinaria de la EBAU 2023 en Cantabria, que se celebra hasta mañana en quince sedes de siete municipios y a la que concurren tres mil bachilleres y estudiantes de ciclos superiores. Y puede que sea, además, la última convocatoria con ese modelo tradicional de exámenes, ya que la previsión del Ministerio es adaptarla a la evaluación y aprendizaje por competencias que trae consigo la Lomloe, la nueva ley educativa que ha comenzado a implantarse este año escolar en los cursos impares de todas las etapas educativas –y que, a partir de septiembre, llegará a los pares–. Y si bien estaba previsto que la EBAU 2024 absorbiera ya los primeros cambios de modelo –hay un borrador sobre la mesa y se han ido probando diferentes fórmulas de examen–, lo cierto es que la convocatoria de elecciones nacionales el próximo 23 de julio ha paralizado la publicación del decreto, congelando de este modo los plazos para su implantación.
«Tenemos un nuevo Bachillerato por la nueva ley educativa, la Lomloe, y estamos a la espera de esa nueva EBAU, de esa evaluación por competencias, en estos momentos paralizada por el momento electoral en el que estamos», indicó ayer la vicerrectora de Estudiantes y Empleo de la Universidad de Cantabria, Marta García Lastra, a pie de aula para comprobar que la EBAU empezaba con normalidad. «Lo previsible es que el año que viene haya una forma diferente de evaluar, pero tenemos mucha incertidumbre en este momento por el adelanto de las elecciones», agregó García Lastra.
Solo cuando todos los chicos y chicas se hubieron sentado en sus aulas de examen, Carmen López Mateo hizo lo propio en un banco del pasillo de la Facultad. Profesora de Historia en el IES Lope de Vega de Santa María de Cayón, ella se encargó ayer de atenuar los nervios de los bachilleres a su cargo, de entregarles algún que otro bolígrafo extra, de comprobar con ellos la documentación o de darles la hora a cada poco. «Los profesores venimos a apoyarles por si surge cualquier problema; y también para acompañar al alumnado que tienen una adaptación de la EBAU. Es un día importante para ellos. Muchos se juegan entrar en una carrera o lograr un beca», contaba Carmen una vez completada la primera fase de su misión: velar por que todos los alumnos se sentasen a las 09.30 horas en su pupitre de examen, identificados y habiéndose sacudido un poquito la angustia que traían consigo.
Hoy y mañana les volverá a acompañar en este tránsito hacia la educación superior. Ya lo ha hecho durante todo el curso, trabajando a fondo la materia y probando con simulacros de exámenes EBAU. «Historia (de España) incluye muchísima materia, de la Prehistoria a Mariano Rajoy», apunta López Mateo, así que el hecho de que en esta prueba los contenidos estén bien delimitados y haya bastante opcionalidad es, a priori, un acierto.
A las once de la mañana, los aspirantes ya mostraban otras caras. Superar el primer examen, ubicarse en el aula de referencia y comprobar que las preguntas responden a los contenidos impartidos en el aula, alivia enormemente los nervios. Además, la retahíla de temas que cayeron en la prueba de Historia de España dejó contentos a casi todos. Ajustándose a los dos bloques del examen, se podía elegir entre las diferencias socioeconómicas del Paleolítico y el Neolítico, la Guerra de la Independencia, las Constituciones de 1812 y 1978, el reinado de Isabel II, el bienio reformista de la II República, las grandes fases de la Guerra Civil Española…
«Me ha salido bien, estoy contenta con el examen. Está muy definido lo que entra», celebraba Blanca al término de esta primera prueba. «El examen se ajusta a lo que hemos visto en clase. Además, en Historia dependes de ti mismo. En Historia es eso: estudiar y estudiar», apoyaba Ángela, una de sus compañeras.
López Mateo y el resto de profesores de Secundaria que acompañaban ayer a los bachilleres celebraron con ellos este primer éxito en la EBAU 2023. Abrazos, palmadas en la espalda y corrillos se sucedieron a las puertas de la Facultad de Ciencias Económicas, una de las ocho sedes que la UC ha habilitado este año para las pruebas de acceso a la universidad. Sin embargo, había que centrarse con rapidez en la siguiente prueba de Lengua Castellana y Literatura, quizá algo más compleja en las formas que la primera. Así que los apuntes volvieron salir de las mochilas y los bolsos.
Como en casi todo, había división de opiniones en cuanto al autor o la obra más fáciles de analizar. Las apuestas estaban entre Machado, Lorca o García Márquez. «Ojalá caiga '[La casa de] Bernarda Alba», deseaba en voz alta una de las alumnas. «Yo prefiero 'Crónica de una muerte anunciada'», contraponía un compañero.
Al final, cayó la primera, junto con el 'Réquiem por un campesino español', de Ramón J. Sender, y un poema de Antonio Machado. Con este último se produjo un pequeño susto. El fragmento inicial de 'Campos de Castilla' previsto en el examen tuvo que sustituirse por otro titulado 'Allá, en las tierras altas' dado que el primero no entraba en el temario de la EBAU. La situación se resolvió sobre la marcha, con rapidez, y la organización amplió en media hora el tiempo de examen para que nadie perdiera comba.
Carmen López Mateo estuvo pendiente del bache, hablando con los coordinadores de las pruebas y con sus alumnos. El grupo EBAU del IES Lope de Vega parecía una piña, todos pendientes entre sí, comentando las pruebas y alegrándose por los éxitos ajenos. Hoy volverán al campus de Las Llamas para seguir con las pruebas. Como tantas veces les repitió ayer su profesora, «a por ello».
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