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La Conferencia de Presidentes número 27 llega a Santander con la etiqueta de la más conflictiva en sus veinte años de historia. La polarización política nacional marcará un cónclave en el que Pedro Sánchez y sus ministros esperan salir de La Magdalena con algún acuerdo con los presidentes autonómicos. Algo que se antoja muy complicado, pero no imposible. Aquí te damos todas las claves para entender una cumbre que llega en un momento trascendental.
El escenario de los más de seis horas de cumbre a puerta cerrada será la sala Bringas-Riancho, la más grande del edificio, con 153 metros cuadrados y capacidad para 130 personas. El diseño será igual que en las anteriores cumbres de La Rioja, Salamanca y La Palma. Todos los presidentes autonómicos repartidos en dos mesas paralelas, una enfrente de la otra, con Pedro Sánchez en el centro, solo entre las dos, con sus ministros detrás de él. Será allí mismo donde se sirva, sin detener la cumbre, el almuerzo a los asistentes.
Aunque cada presidente puede venir a Santander acompañado por cuatro personas de su equipo, ninguna de ellas podrá acceder a la reunión por motivos de espacio. Moncloa habilitará una 'sala de escucha' para que puedan seguir desde allí las intervenciones en directo.
También se han habilitado las salas que servirán para las ruedas de prensa posteriores al cónclave. El Hall Real se habilitará como sala principal de ellas. La primera en intervenir será, como anfitriona, la presidenta de Cantabria, María José Sáenz de Buruaga. Después lo hará el representante del Gobierno central. El resto de líderes autonómicos lo hará, en el orden de aprobación de sus estatutos de autonomía, desde la salas secundarias: el salón de baile de la planta principal y otros espacios reservados en la primera planta.
A menos de 24 horas para convertirse en el epicentro de la política nacional, el Palacio de La Magdalena ya está inmerso en los preparativos para acoger la Conferencia de Presidentes, una cumbre tan masiva –150 dirigentes y más de 200 periodistas– como fundamental para desbloquear algunos de los problemas más acuciantes de España: la vivienda, la sanidad, la financiación autonómica y la inmigración.
Será el gran caballo de batalla de la cumbre. La financiación singular prometida a Cataluña ha enfrentado con Moncloa al resto de autonomías, que, a su vez, están divididas entre las que no quieren un cambio de modelo y las que se sienten malpagadas ahora. Cantabria perdería casi 600 millones con el pacto fiscal que firmaron PSC y ERC para hacer presidente de la Generalitat a Salvador Illa. Es decir, que dejaría de ingresar en torno a un 30% del dinero que ahora mismo llega desde Madrid.
El principal problema es la imposibilidad de cubrir todos los puestos vacantes por la falta de profesionales médicos. Lo que ocurre en Cantabria, con las peores listas de espera de su historia, se repite en el resto de comunidades autónomas, que apuntan como principal culpable al Ministerio de Sanidad. Le acusan de no acoplar las plazas de estudiantes de Medicina a la demanda real en un momento en el que se aproxima un aluvión de jubilaciones.
El problema de saturación de los centros de menores extranjeros no acompañados que existe en Canarias. En verano hubo un pequeño acuerdo para 'repartir' por todo el país la ínfima cantidad de 260 menores -Cantabria aceptó 29, que aún no han llegado-, pero es del todo insuficiente. Lo que dicen las comunidades del PP es que no se oponen a la modificación de la Ley de Extranjería que reclama Sánchez para que este reparto sea automático, pero ponen condiciones añadidas para luchar contra la inmigración ilegal.
Es el tema con el que el Gobierno quería monopolizar la Conferencia. El problema de acceso a la vivienda de los jóvenes y la escalada de precios se han convertido en un problema de Estado. Pero las soluciones propuestas, como topar el precio del alquiler, no gustan a todos por igual. La posición de Cantabria es clara: la aprobación de la Ley nacional de Vivienda ha sido contraproducente y ha reducido la oferta de pisos en alquiler por el miedo de los propietarios a amenazas como la de la okupación.
Será un 'picoteo' rápido durante las seis horas de reunión, sin parar la cumbre para no incumplir el horario, pero Pedro Sánchez, los presidentes autonómicos y los ministros que protagonizarán el cónclave de Santander comerán buen producto local.
Según ha podido saber este periódico, el menú, completamente sin gluten y servido por el catering 'Pide como en casa', de la empresaria Mayte Urraca.
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Mikel Labastida y Leticia Aróstegui (diseño)
Óscar Beltrán de Otálora y Gonzalo de las Heras
José A. González y Álex Sánchez
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