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Pedro Herrero (izq.), Rocío Cardeñoso, Gema Igual, Nicolás Olea y Natalia Constanzo, durante la presentación de la guía. Daniel Pedriza
La guía para la prevención del cáncer

La guía para la prevención del cáncer

La Fundación Cántabra de Enfermería presenta el manual elaborado para ayudar a evitar los tumores a través de consejos sobre alimentación, ejercicio, cuidado emocional y salud medioambiental

MARÍA CAUSO

SANTANDER.

Sábado, 30 de noviembre 2019, 08:01

Cada hora se diagnostican en España treinta tumores, uno cada dos minutos. El cáncer es la principal causa de muerte. Y la prevención, la pieza clave para no llegar al temido diagnóstico, que en Cantabria golpea cada día a quince personas. Contribuir a reducir el porcentaje de tumores evitables, que se estima en el 40%, es el objetivo que persigue la Fundación Cántabra de Enfermería a través de una guía que recoge consejos y hábitos saludables para «cuidar la salud de las personas y poder sumar años de vida». «Es una iniciativa bonita porque va a generar salud y a ayudar a pensar en positivo», explicó la enfermera y coordinadora de este proyecto, Natalia Constanzo, durante la presentación de la guía, el jueves, en el Palacio de Exposiciones.

Constanzo hizo hincapié en que «el cáncer solo depende un 5-8% de la genética, el resto se atribuye a nuestras costumbres y hábitos diarios». «No estamos haciendo lo suficiente en materia de prevención», añadió. Y recordó el dato que lo ratifica: «Uno de cada tres cánceres se pueden prevenir», según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Por eso, un grupo de trabajo de la Fundación se ha volcado durante un año y medio en este proyecto que quiere disminuir la incidencia de esta enfermedad a través de la educación en salud. El resultado es este manual, titulado 'Enfermer@s y ciudadanos juntos contra el cáncer', que se divide en cuatro grandes bloques.

CONSEJOS

  • 1 Seguir una dieta basada en verduras, frutas y legumbres y cocinar con aceite de oliva virgen extra.

  • 2 Practicar deporte moderado o caminar dos horas semanales para prevenir el sedentarismo.

  • 3 Evitar reutilizar botellas de plástico, no fumar y no consumir bebidas alcohólicas en exceso.

  • 4 Practicar técnicas de control y manejo del estrés como mindfulness, musicoterapia o yoga.

  • 5 Beber agua, café o té con poco o nada de azúcar y tener un descanso nocturno reparador.

  • 6 Evitar las sustancias químicas presentes en algunos cosméticos, telas, muebles o pesticidas.

El primero está dedicado a la alimentación, una pieza clave. «Hay que comer menos y mejor», reza el documento. La teoría de la dieta mediterránea se aplica a esta guía de consejos. Cocinar con aceite de oliva, comer amplia variedad de verduras y frutas, consumir cereales integrales o escoger proteína saludable como pescados, aves y verduras. Además, se recomienda beber agua, café o té «con poco o nada de azúcar». Una vez ajustada la dieta, de la que conviene suprimir las bebidas azucaradas, los refrescos, los alimentos ultraprocesados y los fritos en general, hay que reservar tiempo para el ejercicio físico -segundo apartado que desarrolla la guía enfermera-. El fortalecimiento de los huesos, el control del peso, el aumento de la fuerza muscular y la mejora del autoestima son algunos de sus beneficios. «Caminar 75 minutos a la semana a paso ligero aumenta dos años la esperanza de vida» y «andar dos horas semanales reduce el riesgo de sufrir un infarto cerebral», recoge el manual.

El tercer bloque es el de salud medioambiental y hábitos tóxicos. Y es que nuestro cuerpo está expuesto de forma continua a miles de sustancia químicas que absorbemos y que alteran el funcionamiento de los órganos e interfieren en el metabolismo. Esta problemática la esgrimió en detalle Nicolás Olea, catedrático de Radiología de la Universidad de Granada y delegado en la Comisión Europea de Prevención de Tóxicos, durante su ponencia. «Las consecuencias de la exposición a contaminantes son el aumento de enfermedades de las hormonas como el cáncer de mama o de próstata». El doctor hizo hincapié en el plástico, en los cosméticos o algunos textiles como portadores de sustancia derivadas del petróleo y, por tanto, perjudiciales. «No se puede estar a salvo». No obstante, Olea invitó a presionar para que los sistemas de control sean «más estrictos» y que «tengan en consideración la prevención a esta exposición». Igualmente, señaló que «hay causas prevenibles» y que la guía informa a los lectores de «dónde están los riesgos». Además, el manual expone las consecuencias del tabaco y los tipos de cáncer con los que se relaciona, describe las enfermedades vinculadas al consumo de alcohol y aconseja proteger los ojos y la piel de los rayos de sol.

El cuidado emocional forma parte también de la prevención. «La salud no consiste solo en no estar enfermo, sino en mantener un estado de bienestar físico y mental», indica la guía, porque «un manejo adecuado de las emociones mejora la calidad de vida». Para tener una buena salud emocional se recuerda que es importante tener un proyecto de vida y un descanso reparador, vivir en un entorno social adecuado y controlar el estrés a través de terapias de relajación.

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