Antonio Vilela es desde hace tres décadas la cara visible de la Asociación de Maltratados por la Administración (AMA), el colectivo de afectados por las sentencias de derribo. Hoy confiesa que hace diez años estuvieron a punto de convertirse en un partido político.
–Es la historia interminable. 'Cuéntame' lleva casi 20 años, nosotros 30, y estamos como en el primer capítulo, esperando una solución.
–En esta campaña se agitan banderas, se habla en nombre de la Nación, se invoca a los muertos, la Constitución está en boca de todos … ¿Lo suyo es una minucia, no?
–Después de este vía crucis por el Parlamento de Cantabria, Congreso, Senado y Parlamento Europeo, aquí seguimos. Somos la prueba de la inoperancia, de la incompetencia… de los que se esconden detrás de las palabras, las banderas y las resoluciones, pero a la hora de verdad 'si te visto no me acuerdo'.
–Se diría que a los políticos no les interesan las cosas del comer.
–Los políticos no vienen de Marte, aunque en algunos casos lo parece. Dejan lo complicado para la siguiente legislatura.
–¿A ustedes hace mucho que les han dado la espalda?
–Cierto, alguno nos ha dicho que les da hasta vergüenza vernos. Recuerdo un diputado que nos comentaba que cada vez que nos veía por el Parlamento se le abría la úlcera. Hace mucho tiempo que somos de cristal, ni nos ven, ni nos quieren ver.
–¿Aprovecharán las elecciones para ajustar cuentas?
–Ya nos gustaría. Realizaremos 'la ruta de los inocentes' por las instituciones para que sepan que algunos seguimos vivos.
–Con lo que han pasado, no tendrán muy buena imagen de nuestros representantes.
–Los partidos premian la mediocridad y no hacer sombra al líder, así nos va. Pero de algunos hemos aprendido. Voy a tener un recuerdo para Rafael de la Sierra, que está pasando momentos complicados por una enfermedad. Siempre tengo presente su consejo: «Ser muy pesados, molestar lo máximo posible, es la forma de que no nos olvidemos de vuestra situación».
–Bertín lleva a su casa a Casado, Rivera y Abascal, ¿a quién invitaría usted?
–A Verónica Ordóñez, Verónica Samperio, Rubén Gómez, Miguel Ángel Palacio, Rafael de la Sierra, Juan José Barruetabeña, José Manuel Igual, Íñigo, Javier y Paula Fernández… Algunos veteranos con los que hemos compartido muchos momentos, aunque no se ha cumplido lo que nos han prometido.
–Hubo una época en que invitaban a los políticos a barbacoas en verano. ¡Qué tiempos aquellos!
–Hacíamos una paella popular en Argoños. Queríamos que vieran quiénes eran las personas que estaban sufriendo las consecuencias de sus actuaciones en las instituciones. Varios años participó el entonces presidente del Gobierno Ignacio Diego y amigos de otras ONG.
–Siempre han sido muy contenidos en sus protestas: marchas kilométricas, alguna concentración. Visto el resultado ¿no han pensado en pasar a mayores?
–Siempre hemos tenido muy claro que nuestra protesta tenía el límite de la legalidad. Eso desgraciadamente no se premia, todo lo contrario. En lugar de pasar a mayores, nos hemos hecho muy mayores.
–Incluso derraman alguna lagrimita cuando los políticos les piden perdón. ¿No pecan de ingenuos? Ya no tienen edad para ser tan cándidos.
–Después de tres décadas sufriendo lo que no está escrito, el pasado mes he visto a muchos amigos llorando en el Parlamento por unas palabras de agradecimiento que nos dedicaron. Después de tanto tiempo tenemos los nervios destrozados y con la edad empezamos a chochear.
–¿El conflicto de los derribos es una suma de complicidades?
–Aquí todos están implicados, Gobierno, ayuntamientos, justicia, demandantes. Todos los partidos veteranos tienen algo que esconder. Es la historia de una vergüenza institucional. Hacen como lo monos de Gibraltar (ciegos, mudos y sordos)
–Alcaldes, promotores, gobiernos...¿quién está en la cúspide?
–El pecado original es de los ayuntamientos, pero la gran culpa es del Gobierno de Cantabria, porque tiene los medios y no los ha usado para solucionar el grave problema que han causado.
–Pero nadie ha pagado...
–Esto es un grave déficit de la justicia. Ellos disfrutando de lo robado a todos los ciudadanos y nosotros vivimos en una condena permanente no revisable.
–¿Por qué las urnas no los castigan?
–Me cuesta contestar. El señor Revilla, que se presenta por décima vez a la Presidencia del Gobierno y ahora es muy posible que gane las elecciones, lleva 35 años de diputado y si le oyes parece la renovación en la política. Lo que habla muy mal también de los demás. Es un problema también que los partidos estén tan divididos. La sociología tiene un buen campo en Cantabria para el estudio.
–Tres décadas después, los jueces dicen ahora que la única puerta para buscar amparo es la Justicia Europea. ¿Es tragicómico, no?
–Eso nos ha llegado al alma, es como si nos dijeran «váyanse a tomar por Europa». Para llorar y no echar gota
–¿Igual si AMA se convierte en partido político tiene más suerte?
–Estuvimos a punto en 2009, pero el esfuerzo era demasiado grande, y los medios que disponíamos muy escasos.
–Dígame, ¿va a ir a votar con el látigo?
–Soy pacífico y reflexivo. Estoy entre ese 41% de indecisos.
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