«Nos podían haber avisado antes»

Todavía no ha tenido tiempo para hablar con el resto de la familia, de dos domicilios diferentes, y buscar una alternativa tras este cambio a tan sólo tres días de la celebración. «Nos podían haber avisado antes», se lamenta, pero asegura que buscarán una forma para cumplir con la nueva norma «por el bien de todos». Como la de Isabel, muchas familias cántabras tendrán que cambiar sus planes para cumplir con la reducción de comensales y volver a casa antes del toque de queda, ahora adelantado a las 00.30 horas. Otra clienta del mercado asegura que en su familia no tendrán que hacer modificaciones porque desde un primer momento eran «cuatro en casa». Pero sí su hermana, que iba a cenar junto a la familia de su marido y ahora tienen que «amoldarse» porque son «cuatro de una casa y cinco de otra» y si se reuniesen, «estarían incumpliendo la norma», apunta.

La mayoría de los consultados ayer por este periódico admite que no tendrá que cambiar su plan para celebrar la última noche del año, ya que son seis o menos comensales. Por su parte, los vendedores del Mercado de la Esperanza explican que, de momento, no han percibido una cancelación de pedidos o cambios en las compras tras la nueva restricciones, y que «la cantidad que antes se llevaba uno para toda la familia, ahora lo comprarán entre dos por separado». Algunos ciudadanos reconocían ayer que la medida ha llegado «demasiado tarde» y que no cambiarán su idea inicial para celebrar la Nochevieja, aunque superen en «un par» de familiares el nuevo limite permitido de seis comensales.