Secciones
Servicios
Destacamos
Si en algo coinciden los familiares, amigos y allegados de los fallecidos por covid que han participado en esta sección –tanto en la primera ola como en la segunda– es en lo doloroso y diferente de las despedidas. Algunos no pudieron siquiera darles el ... último adiós; y otros, aunque sí lo lograron, fue de manera fría, distante. Son espinas que quedan clavadas. No recibir el cariño en masa es un debe en el balance de los que se quedan, aunque no sea culpa suya. «En treinta años, mi padre no se perdió ni un solo entierro en toda la zona. Era muy cumplidor», afirma Javier Calderón. Es hijo de Fernando Calderón Fuentevilla, que murió el pasado 3 de noviembre en el Hospital Sierrallana de Torrelavega, donde llevaba un par de semanas ingresado.
Fernando era muy conocido en Cudón, el pueblo del municipio de Miengo donde vivía. «Le encantaba hablar con la gente, pero muchísimo. Si le acompañabas al médico, no perdía ocasión para entablar conversación», relata su hijo al otro lado del teléfono. Atiende la llamada de este periódico junto a su madre y una vecina, Olga, que le hace un encargo. «Por favor, dile al periodista que, sobre todo, Fernando era una buena persona», se la escucha decir de fondo. Fernando nació el 3 de junio de 1938 en el mismo Cudón. Se casó con Encarnación Menocal en Bárcena de Cudón, de donde es ella. Tuvieron tres hijos, Fernando, Javier y David, y cinco nietos. «Eran su debilidad. Les había hecho aquí, delante de casa, un campo de fútbol junto a la huerta. Peleaba con ellos porque el balón a veces se les caía dentro y se la estropeaban, pero en realidad estaba encantado», añade Javier.
En aquella época los viajes de novios tenían destinos sencillos si se comparan con los cruceros y viajes transatlánticos de ahora. Fernando y Encarnación escogieron Madrid. Por conocer una gran ciudad. El resto de su vida lo dedicaron a trabajar. No les quedó más remedio, como a la mayoría de su época. «Se quedó sin padre a los diez años, así que a los catorce comenzó su andadura laboral», recuerda su hijo Javier. «El siempre fue albañil. Trabajó en la empresa de Segundo Fernández, en Torrelavega. Primero iba hasta allí en bicicleta, luego compró una moto y más tarde un Seat 600», añade. Para completar el salario tenía vacas, que atendía cuando acababa la jornada en el andamio. «Pero por problemas de espalda se jubiló a los cuarenta y tantos años en la construcción y, como le quedó una pensión muy pequeña, puso más animales. En realidad, esa era su única afición», relata su hijo. Porque a Fernando lo que más le llenaba era estar entre el ganado.
«A la tele apenas le hacía caso y tampoco era de ir a los bares», cuentan los suyos. Lo que no perdonaba una vez retirado era ir los miércoles a Torrelavega, al ferial de ganados. «A las ocho de la mañana se juntaban dos o tres amigos –con Luis 'El Pasiego' se entendía bien, afirma Javier– para ver las vacas, charlar y observar los tratos. Después, cogían el coche y se iban de comida por ahí a algún restaurante. Recorrieron toda la región. Lo mismo les daba llegar a Reinosa que a Selaya. Lo pasaban en grande», recuerda su hijo.
Mientras trabajó apenas tuvo tiempo para viajar, ni siquiera a la playa que tenía a menos de tres kilómetros de casa. Después, sí. «Lo suyo le costó convencer a mi madre para ir a los viajes del Imserso», recuerda Javier. Destinos con sol en los que despedirse, al menos durante dos semanas, de los rigores de la humedad y el frío del norte en los meses más sombríos del año. Benidorm o Mallorca fueron dos de los lugares que más visitó en compañía de su mujer. También aprovecharon el tiempo libre para ir de comida entre semana con los vecinos, con los que siempre se llevó bien.
Ahora los suyos lamentan su marcha. «Tenía buen carácter, aunque le gustaban las cosas bien hechas. Si tenía que hacerlo, te echaba la bronca. Pero al rato se le había pasado por completo».
Correo electrónico de contacto Si ha perdido a un ser querido y quiere contar su historia, puede escribir al correo: homenaje@eldiariomontanes.es
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.