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Juanma Brun, Verónica Ordóñez, Lidia Alegría, Alberto Gavín, Mónica Rodero, Luis del Piñal, Mercedes González recuerdan los primeros años de Podemos Cantabria y dan su versión sobre las victorias y derrotas sufridas en estos diez años. Otros nombres clave para entender la historia de Podemos Cantabria, como José Ramón Blanco y Alberto Bolado, han declinado participar en este artículo.
Juanma Brun Exsecretario general de Podemos Santander (2014-2015)
-¿Cómo recuerdas aquellos primeros años de Podemos en Cantabria?
-La primera parte fue muy positiva. La de los círculos, las asambleas... Nos sentíamos importantes y capaces de transformar las cosas. Luego llegó el momento de las candidaturas y empezó a salir lo peor de casi todos. Dejó de ser un proyecto para la gente para convertirse en un proyecto laboral para muchos.
-¿Cuáles han sido las victorias del partido en la región en esta década?
-Poner el foco en la desigualdad y la corrupción, aunque logros hubo pocos. En el Parlamento podían haber ejercido mayor presión. Estuvo la dimisión de Marcano, pero no creo que inflyeran mucho en las políticas. Sí fue una plataforma interesante para lograr candidaturas municipales fuertes e integradas por ciudadanos que hicieron cosas interesantes.
-¿Y sus errores? ¿Por qué perdió la fuerza política que llegó a tener?
-Lo que mal empieza mal acaba. La expectativa era tan alta que, cuando no se llegó, la sensación de frustración fue grande. Y, además, muchas de las cosas prometidas, los dirigentes no estaban dispuestos a hacerlas, como el empoderamiento, darle voz a la ciudadanía... Se terminaron encastillando en sus puestos. Así que normal que haya perdido fuerza.
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Gonzalo Sellers
Mercedes González Coordinadora general de Podemos Cantabria (2022-Actualidad)
-¿Cómo recuerdas aquellos primeros años de Podemos en Cantabria?
-Con ilusión. Para mí, personalmente, era la primera vez que militaba en un partido, y desde luego lo hice aportando y ayudando en todo lo posible para la construcción de este espacio que ya es parte de la historia de España. Aunque en Cantabria, principalmente, fue casi al contrario que en otros lugares; hubo problemas internos muy pronto, circunstancia que ya hace varios años quedó atrás. El partido goza desde hace tiempo de una paz interna que nos permite centrarnos en lo importante: en dedicarnos a hacer política y no a mirarnos el ombligo.
-¿Cuáles han sido las victorias del partido en la región en esta década?
-En Cantabria estuvimos una legislatura en el Parlamento de Cantabria y se consiguieron muchas cosas positivas, con una Ley de Realojo y Retorno que posiblemente fue uno de nuestros mayores logros. Sin embargo, creo que el hecho de haber propiciado la apertura de ciertos debates en nuestra sociedad es algo fundamental que ha conseguido Podemos. Nadie se habría atrevido a llevar al Gobierno de Cantabria ante el Defensor del Pueblo por no cumplir con el PROT 20 años después de su aprobación y que este nos diera la razón, o poner sobre la mesa las actuaciones negligentes que propiciaba la Ley del Suelo, así como exigir sin descanso una sanidad pública de calidad. Al final no es tan importante (que lo es, por supuesto) lo que se lleva en el programa, como la firme determinación de cumplirlo, y desde Podemos no nos tiembla la mano para nada.
-¿Y sus errores? ¿Por qué perdió la fuerza política que llegó a tener?
-Creo que parte de los errores de Cantabria fueron los egos, las luchas por un 'poder' que no era tal. Hubo gente que no entendió que Podemos es un partido y una herramienta para mejorar la vida de la gente, para conseguir avances sociales y desde luego mirando siempre por los intereses de los y las cántabras.
Hemos pasado 10 años difíciles, donde cada día se nos ha intentado destruir desde todos los frentes posibles. Más de 20 imputaciones falsas que han abierto de manera recurrente portadas y telediarios en una obscena colaboración, sin precedentes en nuestra democracia, del poder mediático, judicial y político. Podemos vino a acabar con la mascarada del bipartidismo, y se ha maniobrado todo lo posible para evitarlo y 'matar' política y socialmente a Podemos. Aun así, aquí estamos y aquí seguimos, modestamente después de las últimas operaciones, pero con mucha más militancia que otros partidos. Y, desde luego, estoy convencida de la necesidad de que tengamos un cambio relevante en la política cántabra en 2027, y que ello pasa por que Podemos tenga más fuerza que nunca. Somos muy conscientes de que eso se consigue trabajando y demostrando a la ciudadanía que las razones de hace 10 años siguen intactas, y que no nos hemos movido ni un milímetro de nuestro objetivo principal: seguir luchando para mejorar la vida de la gente.
Alberto Gavín Excoordinador de Podemos Cantabria (2017-2018)
-¿Cómo recuerdas aquellos primeros años de Podemos en Cantabria?
-Fueron para casi todos unos años excitantes y convulsos, de desafíos, trabajo duro de base y de poner todas nuestras capacidades al servicio de un partido que estaba destinado a cambiar el país. La energía del 15M nos hacía pensar que era posible atravesar barreras antes inimaginables como el bipartidismo y poner de una vez al gobierno a trabajar por y para el beneficio de la mayoría de la población
-¿Cuáles han sido las victorias del partido en la región en esta década?
-Demostramos que era posible llevar la voz de la gente a las instituciones, que el chiringuito de los partidos tradicionales no era un coto privado, sino que es posible entrar y cambiar la manera de hacer política. Que el 'sí se puede' era posible. En Cantabria entramos con fuerza y conseguimos que el Gobierno de Revilla cambiara su orientación y tuviera un discurso más social. En esos años incluimos cláusulas progresistas en un buen número de iniciativas legislativas, pactamos elevar la Renta Garantizada, impulsamos la Ley de Realojo y Retorno, defendimos la sanidad pública, el gasto en dependencia…
-¿Y sus errores? ¿Por qué perdió la fuerza política que llegó a tener?
-Creo que, a nivel regional, se cayó pronto en una lucha de egos de la que algunos no supieron salir. Esa estrechez de miras nos sacó de las instituciones en 2019, algo que no debió de pasar, y no nos permitió continuar la labor iniciada en el Parlamento. Políticamente creo que el pacto de investidura con Miguel Ángel Revilla en 2015 tuvo que realizarse con más garantías o haber entrado en el Gobierno. En la práctica, eso nos restó capacidad de influir y nos restó credibilidad. No obstante, la fuerza sigue ahí latente, quien sea capaz de volver a movilizarla podrá volver a captar ese voto.
Lidia Alegría Exsecretaria general de Podemos Santander (2016 - 2021)
-¿Cómo recuerdas aquellos primeros años de Podemos en Cantabria?
-Creo que el 90% de los que empezamos lo definirían igual. La palabra que lo resume es 'ilusionante'. También hubo un componente grande de esperanza ante un momento de gran desánimo y descontento en la sociedad, pero también lo recuerdo como un momento de mucho trabajo. De repente, había mucha gente y había que organizar un partido de cero para afrontar el construir un partido que tuvo que enfrentarse a muchas elecciones al poco de nacer.
-¿Cuáles han sido las victorias del partido en la región en esta década?
-El gran logro de Podemos a nivel estatal fue demostrar que el 'statu quo' del bipartidismo podía romperse y que, por lo tanto, existe la posibilidad de producir un cambio con el solo hecho de introducir debates y propuestas que antes ni se planteaban y que son de gran importancia para la ciudadanía. Eso también sucedió en Cantabria, aunque no existiera la fuerza necesaria para producir un cambio real. Y, por desgracia, Podemos lo ha partido y creo que ningún otro partido progresista va a lograrlo en mucho tiempo.
-¿Y sus errores? ¿Por qué perdió la fuerza política que llegó a tener?
-Creo que Podemos falló en Cantabria en no ser percibido como un partido estatal y más como un partido que defiende los intereses de Cantabria, sobre todo por problemáticas internas. Cosa que han venido replicando otros nuevos partidos que decían querer ser diferentes como Más País o Sumar. Podemos tuvo sus errores gordos, y bien es cierto que a lo que otros partidos por asuntos serios no han sido noticia, a Podemos se le ha crucificado por cosas que luego se han demostrado en tribunales que no eran tal. En todo caso, la gestión interna de Podemos ha sido, en muchos aspectos, desastrosa y se ha llevado por medio a mucha gente que tenía mucha capacidad y ganas.
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Ángela Zubieta / Gonzalo Sellers
Mónica Rodero Excandidata de Podemos a la Presidencia de Cantabria
-¿Cómo recuerdas aquellos primeros años de Podemos en Cantabria?
-Con muchísima alegría y esperanza. Yo venía de militar en la plataforma Frente Cívico, impulsada por Julio Anguita, y veía como una parte de la sociedad cántabra había reaccionado hacia una misma dirección, con la intención de ser sujetos implicados en hacer política desde la sociedad civil.
-¿Cuáles han sido las victorias del partido en la región en esta década?
-La irrupción de Podemos en el Parlamento de Cantabria abrió de par en par las puertas de la institución, a las organizaciones y sociedad civil en general. Por primera vez nuestras voces tenían presencia y eran escuchadas de primera mano poniendo en valor los problemas reales de la ciudadanía de Cantabria. Uno de los mayores logros alcanzados fue la aprobación de la Ley de Realojo y Retorno, donde por primera vez la ciudadanía víctima de decisiones tomadas desde el gobierno en cuanto a expropiaciones, por proyectos de interés regional, tenían y recibían un trato y una respuesta de la administración a la altura de lo que suponía perder sus pertenencias.
-¿Y sus errores? ¿Por qué perdió la fuerza política que llegó a tener?
-Podemos tuvo un impacto social en todos los niveles y, de pronto, una organización recién nacida se vió implicada en procesos electorales consecutivos que atrajo a gente de diferentes ideologías e intereses. Creo que el debate político y los consensos, así como los cuidados entre compañeras, se dejó de lado durante mucho tiempo. Se han cometido errores fruto muchas veces de la inexperiencia, que han tenido una repercusión mediática y social que ha calado gran parte de la sociedad. Se centró la atención en los problemas internos, dejando de lado las políticas que se estaban llevando en las instituciones, generando desconfianza en la sociedad poco politizada. No supimos 'vender' nuestros logros. Recuperar la confianza es sin duda una de las tareas más importantes de Podemos Cantabria en los próximos meses.
Luis del Piñal Exconcejal de Bezana y excoordinador de Podemos Cantabria (2020-2022)
-¿Cómo recuerdas aquellos primeros años de Podemos en Cantabria?
-Podemos nació como un proyecto muy ilusionante que creció a unas velocidades nunca vistas antes para un partido político en España. De sus primeros momentos la mayoría de la gente creo que guardamos buenos recuerdos, pues para muchos eran sus primeros acercamientos a la política y, en realidad, el hacer política es algo muy bonito. Y en esos tiempos se estaba haciendo de una forma alternativa a lo que venías acostumbrados a ver.
-¿Cuáles han sido las victorias del partido en la región en esta década?
-Siendo sincero, creo que se hizo muy buen trabajo intentando hacer una oposición responsable en el Parlamento de Cantabria. Puede que, como les pasa a todas las fuerzas políticas que no están representadas en los ejecutivos, sino sólo en los legislativos, se te quedara la sensación de haber materializado muy pocos de los proyectos presentados. Personalmente, de lo que más orgulloso me siento es de haber estado dos legislaturas gobernando en un municipio que logramos cambiar de los pies a la cabeza. Me encanta ver todo lo que se hizo y que los vecinos te sigan parando por la calle para comentarte lo que les gustaron los proyectos que se hicieron, aunque me apartara de la política municipal hace ya tiempo. Esos cambios tangibles, visibles, me encantan.
-¿Y sus errores? ¿Por qué perdió la fuerza política que llegó a tener?
-Desde un principio no supo capitalizar los grandes valores humanos con los que contaba. Cosa que admito que tampoco era fácil. Un partido que salía de la nada y de repente, contaba con miles de militantes pero ninguna estructura. Esto acabó haciendo que se generaran un montón de tensiones innecesarias. Aunque, bajo mi punto de vista y seguro que es algo que otros entrevistados no comentan, el mayor error que se comete en Cantabria es desincentivar las candidaturas municipales que se querían presentar como Podemos o similares en 2015. Esto, acabó generando una sangría de militancia en las bases, debido a que había mucha gente que quería aportar ideas y mejoras para sus barrios o pueblos, pero se veían incapaces de hacerlo debido a que no contaban con unos canales fuertes para hacerlo. Entiendo por qué se hizo, pero siempre me pareció un error. Tener a tantísima gente motivada y deseando hacer política cuatro años sin unas buenas herramientas para ello acabó generando que muchos se fueran y ya no volvieran. Y siempre es más difícil conseguir que alguien 'vuelva', a que 'venga'.
Verónica Ordóñez Exdiputada (2015-2019)
-¿Cómo recuerdas aquellos primeros años de Podemos en Cantabria?
-Lo recuerdo, sobre todo, como una etapa ilusionante y convulsa. Con muchísimo debate organizativo y político. Con hambre de cambiar las cosas y de construir una respuesta política a la indignación y el hartazgo que el 15M puso encima de la mesa.
-¿Cuáles han sido las victorias del partido en la región en esta década?
-La primera de las victorias fue conseguir entrar en el Parlamento y empezar a poner encima de la mesa temas como la ordenación del territorio, la vivienda, el patrimonio, la ecología, el feminismo, la RSB... asuntos olvidados por los partidos hegemónicos de nuestra tierra y, a la vez, con tanto impacto en la vida de las personas. Abrimos las comisiones legislativas a las aportaciones de la sociedad civil y a personas expertas, que no es poco. Y con su ayuda aprobamos, aunque después la derogasen, la legislación en realojo y retorno más avanzada de Europa. Conseguimos que el Estado se comprometiese con la reindustrialización del Besaya y de Campoo.
Fueron muchas victorias, algunas pequeñas, otras de mayor envergadura. Pero para mí lo más importante es que todo lo que hicimos, lo hicimos de la mano de la sociedad civil de Cantabria. Fuimos su voz, tal y como prometimos. Seguimos siendo la voz de muchas. Y yo no tengo ninguna duda de que volveremos a serlo de nuevo dentro del Parlamento, tal y como lo seguimos siendo en los municipios en los que tenemos representación
-¿Y sus errores? ¿Por qué perdió la fuerza política que llegó a tener?
-Yo creo que el error más grande que ha cometido Podemos en su historia es la cantidad de violencia que ha tolerado dentro del partido. Violencia que ha dejado a muchas compañeras por el camino y que nos ha herido fuerte a muchas otras que aquí seguimos dando la batalla desde la militancia. La misma violencia que pasa en el resto de los partidos, pero que muchas decidimos que en Podemos no tenía cabida.
Pero yo no achacaría sólo a esa mala gestión interna de las relaciones entre compañeras la perdida de fuerza. Es innegable que el lawfare judicial, político y mediático nos ha golpeado con fuerza y que eso ha tenido consecuencias en la opinión pública, tanto en el Estado como en Cantabria. Pero, frente al entierro que esperaban, cada día demostramos que somos más fuertes de lo que creen y que seguimos siendo muchas las que vamos a seguir dando la batalla hasta que la dignidad, la justicia y la democracia sean costumbre en nuestro país y en nuestra tierra.
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