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‘El samuín’ volverá a reivindicar hoy las tradiciones celtas y cántabras de la Noche de Difuntos. Sane
Halloween impone su ley

Halloween impone su ley

Cantabria se rinde a un fenómeno «creciente» que llena agendas de ocio y multiplica las ventas

Martes, 31 de octubre 2017, 07:11

Hasta hace no mucho, Halloween era en España un fenómeno apenas conocido salvo para los amantes del cine fantástico o de terror. Sonaba a algo lejano. Fueron los pubs irlandeses los que empezaron a introducir en nuestra geografía esta tradición. Una excusa como cualquier otra para incitar al consumo en la noche previa al 1 de noviembre festivo. Y de ahí, de la mano de la globalización y de la comercialización imparable de la sociedad capitalista, se ha pasado hoy en día a un negocio creciente que seduce a niños, jóvenes y no tan jóvenes. La tradición católica de celebrar el Día de todos los Santos ha perdido terreno frente al jolgorio festivo y profano de Halloween, que ya ha impuesto ley y que extiende sus tentáculos más allá de una jornada.

Cantabria no se libra de la invasión de disfraces, caramelos, calabazas, tratos y sustos: muchos colegios dieron el paso el viernes a las primeras vacaciones del curso con fiestas de disfraces, con los zombies y seres terroríficos como grandes protagonistas; los ayuntamientos organizan actividades para escolares en casas de cultura, centros cívicos o parques en torno a esta tradición importada; los comercios, ya sean grandes superficies o la tienda de chinos del barrio, cambian su fisonomía y dedican secciones específicas al inagotable merchandising de Halloween; las tiendas de disfraces hacen su agosto en octubre; la publicidad te llena los ojos y los oídos con ofertas ‘terroríficas’; y esta noche saldrá de marcha mucha más gente que un fin de semana normal: los hosteleros anhelan cifras «como las del verano».

«La secularización social, el miedo a la muerte, la globalización y la comercialización explican el cambio de tradiciones», afirma el sociólogo Juan Carlos Zubieta

«En tienda –también tienen venta on line–, nosotros facturamos más en Halloween que en Carnaval», subraya Carlos Hermoso, de la tienda de disfraces ‘El Informal’, de Santander. Para hacerse una idea, el negocio de estas fechas supone un 35% del volumen de todo el año e incluso han contratado a cuatro personas para echar una mano. «Y cada año va a más», explica. «A pesar de que la gente lo deja todo para última hora, ya hemos vendido algo más que en 2016 y eso que entonces hubo un crecimiento espectacular con respecto a 2015», defendía ayer desde el mostrador de la calle San Fernando. El disfraz del payaso de ‘It’ es la sensación, por delante de ‘Harley Quinn’, la antiheroína de cómic que aguanta el tirón que le proporcionó el estreno de la película ‘Escuadrón suicida’.

«En la tienda facturamos más en Halloween que en Carnaval y supone alrededor del 35% del negocio de todo el año», explican desde la tienda de disfraces 'El Informal'

Mientras, el Hotel Santemar tiene ya más de 200 reservas para su ‘terrorífica’ fiesta de esta noche, cena incluida, en la que los huéspedes «no serán recibidos con la hospitalidad deseada». Quedan algunas plazas libres, pocas, para aquel que aún quiera apuntarse. «Al caer el 1 de noviembre en miércoles y no haber puente, pensamos que quizás este año no iría tan bien», señala Francisco Agudo, director del hotel santanderino. Pero no, todo lo contrario: la iniciativa ‘Happy Halloween’ volverá a crecer. «Empezó hace cinco años siendo una apuesta arriesgada y mira ahora...», indica.

Cambio de tradiciones

¿Qué justifica este cambio de tradiciones en torno a la festividad de Todos los Santos? «Para comprender esta gran transformación es preciso prestar atención a cuatro factores: la globalización, la comercialización de todos los ámbitos de la vida, el miedo a la muerte –«se la quiere espantar con la broma»– y la secularización de la sociedad», responde el sociólogo Juan Carlos Zubieta, profesor de la Universidad de Cantabria.

«Estamos en la aldea global y las pantallas del cine, de la televisión y del ordenador nos socializan con mensajes, imágenes y costumbres de otras culturas. La actual sociedad lo comercializa todo, hasta la muerte. Los norteamericanos, los abanderados de la sociedad de consumo de masas, nos han vendido Halloween, y nosotros lo hemos comprado», asevera.

«Empezamos hace cinco años con la fiesta, era una apuesta arriesgada. Y mira ahora, pese a que no hay puente, la gente no falla», relata Francisco Agudo, director del Hotel Santemar

La globalización y la comercialización van unidas a un cambio social y cultural que se ha producido en España en las últimas décadas y «que ha afectado a las costumbres, a los valores y a la concepción del mundo», explica Zubieta. «Hemos pasado de ser una sociedad tradicional a una postindustrial-postmoderna, en la que el individuo no quiere oír hablar de la muerte. Se trata de algo de mal gusto, que hay que ocultar. El deterioro físico, el envejecimiento y la muerte, chocan el narcisismo dominante, con la aspiración de ser eternamente jóvenes», indica el director del Taller de Sociología de la UC sobre un fenómeno que lleva consigo, de forma paralela, «un alejamiento de la doctrina de la iglesia y de las tradiciones relacionadas con la muerte y los difuntos, y un distanciamiento de la tradicional reflexión sobre el significado de la muerte, que implica, al mismo tiempo, no reflexionar sobre el sentido de la vida».

La alternativa cántabra

La Asociación para la Defensa de los Intereses de Cantabria (ADIC) no se ‘rinde’ frente a la invasión norteamericana y hoy vuelve a organizar –ya van siete ediciones– el Festival Infantil Cultural ‘El Samuín en la Noche de Difuntos en Cantabria’, donde se recuerda el origen celta de la celebración –pese a su expansión de manos de la cultura de masas norteamericana– y su presencia en la cultura tradicional cántabra. Será, de 18.30 a 21.00 horas, en el patio de los colegios Magallanes, Antonio Mendoza y Cisneros de Santander, a través de talleres de elaboración de calaveras con verrugonas o de deshojar panojas de maíz, narraciones de cuentos y tradiciones relacionadas con los personajes terroríficos de la mitología cántabra y música.

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