Halloween, una Nochevieja en otoño
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Aunque no alcanza aún la rentabilidad de fin de año, para muchos negocios es ya la segunda gran cita anualUn estudio de la Asociación Noche Madrid concluía que la facturación prevista para la noche de Halloween en el ocio nocturno de la ciudad crecería un 16,8% respecto a 2019. Eso y que, por primera vez, la caja sería mayor que en Nochevieja. ... En Santander la cosa no llega a tanto, pero se acerca. «El segundo día más importante del año», concluye Ángel Suárez, responsable de cuatro locales en la capital cántabra. Lleno absoluto. Confirmado. Y más gente que nunca por la calle. El impacto del terror da vida a muchos sectores. «En la sociedad global, y en la sociedad capitalista de consumo de masas, lo económico lo impregna todo. Lo económico-material-superficial desplaza a lo espiritual-sentimental-profundo». Lo dice Juan Carlos Zubieta, catedrático y sociólogo de la Universidad de Cantabria.
«En este festejo, como también sucede con las fiestas navideñas –prosigue Zubieta–, en la mayor parte del mundo occidental, los ámbitos económicos que se ven implicados son: el turismo (viajes, hoteles, restaurantes…), los espacios de ocio (bares, discotecas), la ropa y los complementos (para el disfraz, para la reunión social), la comida (para celebrar lo extraordinario y recordar la tradición), la cultura (películas y televisión) o las actividades sociales (fiesta y celebración en colegios, Ayuntamientos…)». Los tentáculos de las calaveras y la sangre de bote abarcan mucho.
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Para muestra, la madrugada de ocio. «En cuanto a volumen de gente, la noche la planteamos igual que la de Nochevieja. Mismo número de entradas, de refuerzo de personal,...», relata Suárez, que sí matiza que es, sobre todo, una cita «de gente joven». En el Coppola o el Rocambole –dos de sus locales–, las entradas para la fiesta que organizaron estaban agotadas «desde hace una semana». «Y estos días había gente por las redes buscando, como en la reventa de los partidos de fútbol». Es, por tanto, la misma afluencia que en Nochevieja (lo que da de sí el aforo). «Aunque los ingresos son menores porque los precios son más bajos (el tipo de entradas suele ser con derecho a alguna consumición y no a barra libre)». Puede ser –precisa– un 50% de lo que se hace en fin de año. Pero eso es mucho. «El que no tuviera montado algo con antelación lo habrá pasado mal para poder ir a alguna parte».
Ángel Suárez
Empresario de ocio nocturno
Juan Carlos Zubieta
Sociólogo y Catedrático de la UC
Con sus particularidades. Es una fecha concreta –a diferencia de lo que pasa, por ejemplo, en Semana Grande– y este año ha caído bien (hay movimiento desde el viernes). Además, «empieza temprano». «Si en una noche normal en fiestas o un sábado se va a un pub a las dos de la mañana, en este caso a las once ya había gente para recoger las pulseras (entradas) y asegurarse sitio». Que se lo digan a los cientos de chavales que hacían cola en torno al Sümmum, en Casimiro Sainz, a las doce (el vídeo ha circulado por las redes en las últimas horas). Con el mismo aforo –obviamente– la forma de facturar más es con más horas de trabajo. «Sin llegar a nivel de Nochevieja, sí que ha superado a citas como San Juan», apunta Manu Andoni Ruiz, de la Federación del Taxi. Y más cosas. Si el público más joven llenó sus locales habituales y algunos que aprovecharon la ocasión a costa de bajar su media de edad, el resto se concentró en lo que quedaba, en sitios para gente algo más mayor. Como el Rosé o La Tienduca (también de Suárez).
La noche, queda claro, está absolutamente asentada. «Entre las cosas que ha acelerado la pandemia también está esta. Aquí en Cantabria, la única ventana en la que se pudo abrir en 2021 fue la de Halloween. Fue la primera gran noche para muchos chavales. Y eso ha creado ahora una tendencia», resume Suárez.
Zubieta, para explicar el fenómeno, recurre a cuatro conceptos. De un lado, sincretismo y globalización cultural. Pero también que «necesitamos divertirnos», la fiesta. «Para tener un desahogo y hacer una parada en la gris cotidianeidad». Y la fiesta –cita– tiene tres elementos básicos (entre otros). Reunión con personas a quienes apreciamos, comida extraordinaria y ropas diferentes (disfraces). «La circulación económica –cuarto elemento– es enorme y, por tanto, las implicaciones y los intereses, también».
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