Los hijos de Jesús Mari piden a Carmen Merino que diga dónde está el cuerpo

Ese anonimato estuvo a punto de romperse cuando el letrado que representa a Carmen Merino propuso como testigos para el juicio a la hija y el hijo de Jesús Mari. Su objetivo era demostrar la «mala relación» que tenían con su padre, un hecho que puso de manifiesto la acusada en su declaración y que los familiares del finado matizaron al señalar que «simplemente no tenían relación», a raíz de que Jesús Mari se separó de a su anterior mujer.

Sin embargo, esta circunstancia no fue un impedimento para que los dos vástagos decidieran personarse en la causa como acusación particular con el fin buscar justicia. «¿Si no tenían afecto por su padre por qué iban a contratarme?», planteó su abogada, Ana Quintana, durante su alegado final, en el que dejó claro que el daño moral -por el que solicita una indemnización para cada hijo de 35.000 euros- es «obvio».

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Cuando conocieron este viernes la decisión del jurado, los hijos de Jesús Mari no pudieron ocultar su satisfacción. Aunque los jueces legos no compartieron el criterio de las acusaciones, que solicitaban 25 años (el fiscal) y prisión permanente revisable (la acusación particular) por un delito de asesinato con alevosía, los vástagos del finado al menos vieron como se condenaba a Carmen Merino, la única sospechosa del crimen. «Están encantados, contentos», trasladó su abogada ayer a El Diario Montañés.

Esa satisfacción fue mayor, según detalló Ana Quintana, porque por la tarde, cuando al jurado le surgió la duda sobre una cuestión referente a la autoría del crimen, «todos pensamos que la iban a condenar por encubrimiento». Eso suponía que, como mucho, le podrían haber castigado con tres años de cárcel, pena que ya ha cumplido y que la dejaría en la calle.

Sin embargo, ese mal presagio no se cumplió y las acusaciones y los hijos de Jesús Mari respiraron aliviados. Ahora, lo que reclaman a Carmen Merino es que diga dónde están los restos de su padre «para enterrarlo dignamente». «También están inquietos y angustiados por saber cuándo van a recuperar el cráneo de su padre», traslada su letrada.