La historia que hay detrás de la espectacular foto de la aurora boreal en Costa Quebrada

Ana del Castillo

Santander

Lunes, 13 de mayo 2024 | Actualizado 15/05/2024 08:59h.

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La Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA, en inglés) avisó la semana pasada de que una gran tormenta solar llegaría a la Tierra en los próximos días. Un fenómeno meteorológico que acabaría traduciéndose en auroras boreales en cielos poco acostumbrados a fogonazos de luz, como Cantabria, que fue testigo de ese momento en el que la interacción del viento solar y el campo magnético se fundieron hasta acabar con el pantone completamente rosa.

La espectacular fotografía que ilustra este reportaje se tomó el pasado viernes, 10 de mayo, a las 23.30 horas, en Costa Quebrada, por los fotógrafos cántabros Aitor de la Fuente y Virginia Yllera. Una pareja acostumbrada a seguir la actividad solar, «porque nos apasiona viajar a zonas árticas para tomar imágenes de auroras». De hecho, ya tienen programado un viaje a Islandia el próximo septiembre, «es que entre este año y el siguiente se espera el máximo solar, que ocurre aproximadamente cada 11 años».

Cuentan que estaban en casa cuando les llegó una alerta móvil que avisaba de un «G3/G4 y un Kp8», que viene a ser una escala para medir la actividad geomagnética, directamente relacionada con el avistamiento de auroras boreales. «Así que estando en el sofá viendo una película, subíamos de vez en cuando a la terraza que da hacia al norte y realizábamos una foto. Una de esas veces, para nuestra sorpresa, empezamos a ver en las imágenes un débil tono magenta en el cielo (no era visible a simple vista), pero entonces nos empezaron a llegar tomas de diferentes puntos de España de compañeros con esos mismos tonos».

Sobre las once y media de la noche, decidieron desplazarse hasta Costa Quebrada, a la zona conocida como 'La puerta de los Urros', para poder captar esa inusual luz rosada en Cantabria: «Cuando llegamos, la última gran sorpresa fue que ese color empezó a incrementarse y se convirtió en una aurora visible a simple vista».

Según la Organización Meteorológica Mundial (OMM), una aurora boreal es un fenómeno luminoso conocido como electrometeoro, que se manifiesta en las capas superiores de la atmósfera fruto de una tormenta geomagnética. Así, las auroras se forman cerca de los polos magnéticos, en regiones conocidas como óvalos aurorales. Durante las tormentas, intensificadas por el pico de actividad solar, el óvalo auroral puede expandirse temporalmente, permitiendo la observación de auroras desde latitudes más bajas.

Arcadio Blasco Loureiro, delegado territorial de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) en Cantabria, prefiere explicar este fenómeno señalando que «el viento solar, especialmente intenso durante los períodos cercanos a la máxima actividad solar, que se produce en ciclos de aproximadamente 10 a 12 años, es el motor de este fascinante espectáculo celeste. A diferencia de los fenómenos meteorológicos convencionales, las auroras boreales se forman a altitudes mucho más elevadas, generalmente entre 90 y 150 kilómetros sobre la superficie terrestre», destaca.

De ahí que los expertos hayan catalogado como «histórico» lo ocurrido hace unos días, con esos cielos rosas por toda la geografía nacional, incluso en latitudes aún más bajas, como en Andalucía.

Además de hacer magia en el cielo, estas tormentas solares pueden ocasionar problemas en las comunicaciones, la red de energía eléctrica, la navegación, la radio o las operaciones por satélite, dañando transformadores o provocando grandes apagones.

En octubre de 2003, última vez que se observó un fenómeno de este tipo en latitudes tan bajas, la tormenta geomagnética de nivel G5 (la máxima en un baremo de cinco puntos) provocó daños en transformadores de Sudáfrica y cortes de electricidad en Suecia.

Aunque la NOAA ha advertido de que no habrá otras tormentas durante los próximos días, no se descarta que el fenómeno pudiera repetirse en lo que queda de 2024 e incluso a lo largo de 2025.

«La observación de las auroras boreales es completamente segura y es una experiencia única que vale la pena disfrutar», señala la Agencia Estatal de Meteorología.

Basta con escribir en los buscadores de las redes sociales los hastags #Cantabria y #auroraboreal para comprobar que Virginia y Aitor no fueron los únicos que lograron captar el cielo rosa del viernes.