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El cáncer de próstata es el cáncer más frecuente en la población masculina en España y el tercero más mortal. Por ello, y con el ánimo de concienciar a la población, en especial la masculina, sobre la magnitud de esta enfermedad, la Sociedad Cántabra de ... Urología ha organizado junto a la Asociación de Creadores y a la del Pequeño y Mediano Comercio el desfile que esta tarde, a partir de las 19.00 horas, se celebrará en el Hotel Real de Santander. Cerca de cien hombres se han sumado a esta causa y mostrarán las colecciones de cuatro firmas con la intención de destinar la recaudación a programas de divulgación y educación sociosanitaria. Mario Domínguez, médico adjunto del Servicio de Urología y responsable de esta patología en Valdecilla insiste en que «es necesario que los hombres entiendan que encontrarse bien no les exime, especialmente a los mayores de 50 años, de interesarse por su salud prostática y que, como con cualquier otro tipo de cáncer, la prevención y el diagnóstico precoz siempre irán ligados a tener a una mayor cantidad y calidad de vida».
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Si las mujeres vamos al ginecólogo desde la adolescencia y tenemos interiorizado que es necesario hacernos citologías y mamografías, ¿por qué les da tanto apuro a los hombres referirse a sus genitales e ir al médico sabiendo que uno de cada cinco puede desarrollar un cáncer de próstata? Domínguez apunta que «culturalmente los hombres no estamos educados para reconocer que envejecemos urológicamente hablando, que nuestro cuerpo cambia y que esto puede afectar a nuestra forma de orinar o a nuestra sexualidad. Nos da vergüenza pasar por una exploración, exponernos, y lo que es peor, enfrentarnos a las posibles secuelas de un tratamiento».
Ahora bien, «debemos señalar que si todos viviéramos 100 años, casi todos nos moriríamos con cáncer de próstata, que no es lo mismo que de cáncer de próstata». De hecho, muchos hombres fallecen por tener una elevada edad u otras enfermedades, sin darle el cáncer de próstata problema alguno. «Es por ello que el foco debemos ponerlo principalmente en los varones con 10-15 años por debajo de la esperanza de vida media, ya que en la población más envejecida en general no causará problemas», razona. Además, «a día de hoy tenemos capacidad para diagnosticar mucho mejor».
Quienes estén familiarizados con esta enfermedad saben que en una analítica hay que estar atentos a las concentraciones del PSA. Si este antígeno está 'elevado', podría ser necesario realizar un estudio.
Mario Domínguez explica que ahora pueden valorar inicialmente (antes de decidir si realizar o no una biopsia) el estado de la próstata de una manera menos invasiva gracias a una resonancia o a aparatos de ecografía de microultrasonidos. «Con estas pruebas somos capaces de distinguir qué hombres, con el PSA elevado, requieren de una biopsia y quienes no, y además, en el caso de que finalmente sean diagnosticados de cáncer, podemos decidir mejor qué tratamiento ofrecerle y en el caso de la cirugía, hacerla casi a la carta del paciente».
«Al tener una población más envejecida pero con buen estado de salud y calidad de vida, casi la mitad de los hombres que operamos tiene en torno a 70 años», detalla Domínguez. Aun así, asegura que también tratan a un número no despreciable de hombres entre 50 y 60 años, y que los antecedentes familiares y la raza son factores de riesgo a tener muy en cuenta». ¿La raza? Sí, la raza. Científicamente está demostrado que los hombres afroamericanos, caribeños o judíos tiene más papeletas de sufrir un cáncer de próstata y a edad mas joven, que los caucásicos».
Los antecedentes familiares son uno de los parámetros que cada vez se tienen más en cuenta desde Urología, trabajando estrechamente con la Unidad de Oncología Familiar y el Consejo Genético de Valdecilla, para hacer un seguimiento a los ciudadanos que genéticamente tienen una predisposición mayor a desarrollar un cáncer.
Con todas estas premisas y con un diagnóstico positivo, su urólogo decidirá qué tratamiento le irá mejor. «Actualmente tenemos la seguridad de poder ofrecer diferentes tratamientos que van desde vigilar a algunos pacientes, ofrecerles un tratamiento focal de su enfermedad a otros o plantearles un tratamiento con cirugía robótica o tratamiento radioterápico con técnicas como la braquiterapia». Además, Domínguez señala que habrá que seguir haciéndose controles durante años, una vez tratado, porque «entre los cinco y los diez años de tratamiento, en un 30-50% de los pacientes la enfermedad reaparece; es lo que llamamos recidiva bioquímica».
El médico revela que en Valdecilla están empezando a utilizar el llamado PET-PSMA, «un escáner del Servicio de Medicina Nuclear que detecta precozmente si las células prostáticas se han extendido o no a otras partes del cuerpo y poder decidir con mayor seguridad qué tratamiento precisa cada paciente cuando la enfermedad reaparece».
«Antes de 2006, el tratamiento del cáncer de próstata metastásico se reducía a un tratamiento meramente paliativo. Ahora disponemos de fármacos que aumentan la esperanza de vida incluso más diez años, bien tolerados, algo que consigue que muchos de estos pacientes fallezcan con su cáncer y no de su cáncer. En estos pacientes, la multidisciplinaridad, es clave».
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