Homenaje a toda una vida de servicio público

Tras él, uno a uno los recién jubilados fueron recibiendo sus reconocimientos, en un acto celebrado en el exterior del edificio del Gobierno de Cantabria. Una de ellos fue Emma Astorga, que ha estado casi 50 años trabajando en el área de Recursos y Devoluciones de la comunidad autónoma y se jubiló el pasado mes de enero. «Ahora, jubilada, estoy muy bien pero he sido muy feliz en mi carrera. He estado muy bien a lo largo de los años, siempre muy a gusto con mis compañeros y con el trabajo», explica.

Por su parte, Sara Hoyo, empleada de Servicios durante 17 años en donde se jubiló en septiembre, aseguraba estar «muy bien». «Lo de vivir sin trabajar es una maravilla y que te paguen ya es una gozada», dice muy sonriente, además de destacar el valor que tuvo para ella el lograr un empleo público: «Yo venía de trabajar en la conserva de la anchoa y conseguir entrar en el Gobierno de Cantabria para mí fue lo más porque es otro tipo de trabajo.No tiene nada que ver», apunta. Además, añade que a lo largo del tiempo en que ha ejercido su profesión «he estado muy bien. Lo mejor de estos años han sido mis compañeras porque he conocido a gente maravillosa».

Jesús Ángel Hernández estuvo 23 años trabajando en el Servicio de Puertos, 28 en la administración, después de los cuales se jubiló el pasado cinco de abril. Y ahora dice que está «encantado de la vida», sin embargo, no puede evitar desprender un poco de nostalgia cuando habla de sus años de dedicación: «Me ha gustado mucho el trabajo en general. Había muy bien ambiente». En cuanto a su mejor momento, lo tiene claro, «mi mejor recuerdo es de cuando aprobé la oposición, en 1995.Fue un cambio de vida radical».

Lo de José Manuel Lainz, trabajador durante 20 años del Servicio Hidráulico de Aguas, ha sido jubilarse a tiempo para el homenaje, puesto que su retiro comenzaba hoy mismo. «Estoy muy contento. Pero bueno, me lo he pasado muy bien trabajando para el Gobierno. Sobre todo durante esta última época que he estado en la Autovía del Agua». Recuerda con añoranza cuando estuvo destinado en Meruelo, «entonces lo pasábamos bien trabajando. Éramos todos amigos, como una pequeña familia. La verdad es que ha cambiado mucho todo», apunta.