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El Hospital Mompía dejará de atender partos a partir del próximo 1 de enero de 2025 por primera vez en sus 26 años de historia. La comunicación ya es oficial. El director general, Pablo Corral, comunicó a sus trabajadores hace unos días «el cierre del ... área de Obstetricia». Una decisión «cuidadosamente evaluada» que «se ha tomado tras un proceso de análisis detallado», dice en el comunicado trasladado a la plantilla, que ha recibido la noticia con una mezcla de resignación e incertidumbre por el impacto de la medida. La justificación, indica Corral, es que «estamos enfrentando una significativa falta de disponibilidad de especialistas obstetras, lo que afecta directamente nuestra capacidad de mantener dicho servicio con los altos estándares de calidad y seguridad que exigimos en todo lo que hacemos en este hospital».
Dicho esto, deja la puerta abierta a una posible reapertura, «siempre y cuando cambien estas circunstancias». Pero mientras tanto, desaparece de la cartera de servicios de Mompía la asistencia al parto e incluso el seguimiento de los embarazos en el hospital, ya que tampoco cuenta ya con ginecólogos de guardia en Urgencias. Así que a partir de enero las embarazadas con seguro privado a cargo del equipo de profesionales del Igualatorio-AXA, así como de cualquier otra aseguradora que comparta la cobertura, tendrán que acudir a dar a luz a la sanidad pública, es decir, a Valdecilla.
El área de partos de Mompía fue uno de los primeros espacios renovados dentro del millonario plan de reforma acometido en el hospital en los últimos años, al que siguieron después la Unidad de Cuidados Intensivos, la de Reanimación o el servicio de Urgencias. Se entrenó a finales de 2016, dotado con tres salas de dilatación, con baño incorporado y una confortable habitación, situadas en paralelo a los dos paritorios y al quirófano para cesáreas.
Sí que es cierto que en los últimos años el volumen de partos atendidos en el hospital privado había caído de forma llamativa. Lejos quedan los 490 bebés nacidos en 2015, casi seis veces más de los contabilizados este último año. En concreto, de enero a octubre de 2024, se han atendido en Mompía solo 86 partos, una media de dos a la semana.
Una evolución negativa que no solo es consecuencia del descenso progresivo de la natalidad en Cantabria, sino que por el camino hubo otro factor que fue determinante: la apertura del área de partos del nuevo Valdecilla, que absorbió la actividad de la antigua Residencia, cuna de los cántabros durante casi medio siglo y cuyas instalaciones se habían quedado obsoletas. La puesta en marcha de la nueva maternidad de la sanidad pública no solo suponía el estreno de un bloque obstétrico totalmente nuevo y moderno, sino que introducía novedades en la organización y funcionamiento del servicio de Ginecología y Obstetricia de Valdecilla. Un cambio con el que no solo se ganaba en intimidad y comodidad en el proceso –en una misma estancia desde la dilatación al postparto–, sino que después la hospitalización empezó a ser en habitaciones individuales, con aseo con ducha propio y sofá para acompañante. Eso, sumado a la garantía de disponer de una Unidad de Neonatología, que ha sido la carencia que siempre ha tenido Mompía, acabó propiciando el trasvase de pacientes con seguro privado que optaban por dar a luz en el nuevo Valdecilla.
No obstante, la clínica privada, que se inauguró en 1998 como nueva sede del antiguo Sanatorio Madrazo, también ha tenido siempre una ventaja que han sabido valorar sus aseguradas en todo este tiempo: la tranquilidad de que en el momento del parto quien iba a atenderlas era su ginecólogo de confianza, acompañado de un profesional de anestesia y un pediatra de guardia.
Pero ahora, la escasez de profesionales obstétricos –solo cuatro siguen atendiendo partos a día de hoy– obliga a Hospital Mompía a prescindir de este servicio «por seguridad clínica y por responsabilidad», añade Corral. Desde la Dirección garantizan el empleo «a todas las personas que trabajaban en el área en cuestión» y defienden que este cierre «no significa una pérdida para nuestro hospital sino una adaptación a los cambios en la sociedad y en el sector de la salud», que a su vez «nos va a permitir destinar los recursos humanos de una manera más eficiente».
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