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Los hospitales cántabros tampoco operarán por las tardes la próxima semana. Y ya será la tercera consecutiva desde que los médicos decidieron renunciar a hacer ... programas especiales (jornada voluntaria enfocada a reducir el atasco de las listas de espera en cirugías, consultas y pruebas complementarias) como medida de presión para que el Servicio Cántabro de Salud (SCS) mejore las retribuciones que paga por esas horas extra. La protesta surgió a iniciativa del Sindicato Médico, que denunció que las tarifas que cobra el personal facultativo por las peonadas llevan «congeladas más de diez años», con «la pérdida de poder adquisitivo» que eso conlleva. El contexto, con unas elecciones a la vuelta de dos meses, se plantea como el momento idóneo para exigir mejoras, aunque desde enero se estaban cubriendo las peonadas con los precios antiguos. Tras comenzar el plante, el sindicato CSIF respaldó la «justa» reivindicación, a la que también se sumó Satse, reclamando para el colectivo de enfermería una subida paralela a la que se decida para los médicos.
Hace una semana se convocó una primera mesa sectorial en la que se abordó el asunto, pero que no sirvió para acercar posturas. En ella, el gerente del SCS, Rafael Sotoca, expuso la propuesta en la que «se estaba trabajando» antes de que estallara el conflicto, que contempla «una subida media del 5%». Pero el incremento, además de ser «insuficiente» a juicio de los profesionales, tampoco es uniforme (el rango va del 1% al 40%), que es la segunda de las demandas sindicales: «Que el aumento sea lineal y no genere tensiones entre los servicios que realizan programas especiales», como apuntaron desde CSIF.
Con la modificación que se plantea, hay procesos en los que sale más rentable hacer horas extra que antes, pero el Sindicato Médico insiste en que las cirugías que representan más volumen en las listas de espera y que, por tanto, son las más frecuentes en las peonadas, no tendrían una subida significativa en la actualización de precios prevista. Desde Sanidad, por otro lado, destacan el esfuerzo inversor que se prevé para descargar las abultadas listas de pacientes pendientes de pasar por quirófano con esta «autoconcertación» (3,2 millones de euros este año) y dejan claro que el 25% que reclama el Sindicato Médico es «totalmente inasumible». El consejero, Raúl Pesquera, insistió días atrás en que «el diálogo está abierto» y que esperaba «una solución pronto».
Pero aunque se convocara una segunda reunión negociadora este viernes para buscar el acuerdo que fue imposible la semana pasada y se lograra (siendo optimistas) zanjar el asunto, ya no daría tiempo a programar la actividad quirúrgica extraordinaria de la próxima semana. Es decir, cinco tardes más perdidas de jornada adicional, lo que supone que la lista de cirugías aplazadas o de pacientes que han visto frustrada su salida de las listas de espera ya se acercarían a los 200.
Como explicó Sotoca, la propuesta que trasladó a las organizaciones sindicales contempla un notable incremento de volumen de la actividad extraordinaria –un 30% más en Valdecilla, un 15% en Sierrallana y un 5% en Laredo– y la introducción de servicios nuevos con una alta demanda acumulada, caso de Neurocirugía y Cirugía Maxilofacial. Hasta ahora los programas especiales se centraban en las especialidades de Traumatología y Ortopedia, Oftalmología, Urología, Cirugía General y Cardiovascular, que son las que han dejado de operar por las tardes desde que se activó el plante médico. Pero además de las intervenciones canceladas, la renuncia a este trabajo extra añade cientos de perjudicados en el ámbito de pruebas complementarias (escáner, resonancia y ecografía) y de consultas, donde el seguimiento de la protesta hasta ahora había sido menor, respetando en la mayor parte de los casos la agenda citada.
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