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Una de las pocas cuestiones que se han mantenido constantes con el paso de las diferentes olas del virus es que la secuencia de subidas ... y descensos sigue un patrón parecido. Una secuencia. Al estallar esos periodos, primero suben los contagiados, eso se manifiesta días (o semanas) después en un crecimiento de las hospitalizaciones en planta o en las unidades de cuidados intensivos y, finalmente, se traduce -ya con un alto número de personas graves- en un número preocupante de muertes. En las caídas se sigue ese proceso, pero a la inversa. Una bajada de contagios convive durante un tiempo con una cifra de ingresados que tarda más en reducirse y con un balance de víctimas que sigue siendo alto mientras se van reduciendo otros indicadores. Los datos de estos días en Cantabria parecen confirmar esa tendencia. La incidencia se desmorona desde hace unas semanas y, en el último balance, la cifra de ingresados baja por primera vez en dos meses de las cien personas. Eso sí, en el resumen diario siguen apareciendo fallecidos. En el relativo al sábado, uno más (aunque se comunicó otro deceso que se produjo el viernes, con lo que la cifra total oficial es de 769 personas).
En los hospitales cántabros hay ahora 96 pacientes ingresados (se ha producido un descenso de nueve en una sola jornada). De ellos, 64 permanecen en Valdecilla (trece de ellos en la UCI), 22 en Sierrallana, ocho en el Hospital de Laredo y otros dos en el de Reinosa. La cifra tiene un importante componente simbólico. Se baja de los cien. Eso no ocurría desde el 21 de diciembre del pasado año, cuando en el balance se notificaron 92 personas hospitalizadas. A partir de ahí los números mantuvieron durante semanas una complicada línea ascendente que dio muchos quebraderos de cabeza en los centros hospitalarios. Así, el 23 de enero se llegó a un tope en esta sexta ola de 241 ingresados.
Siguiendo con ese aspecto simbólico en el análisis de los datos, la incidencia acumulada en los últimos catorce días está próxima a romper otra barrera importante en su descenso (vertiginoso en los últimos días, aunque más lento que en otras comunidades autónomas). En un día baja de los 1.097 casos por cada 100.000 habitantes a los 1.039. Todo indica, entonces, que pronto estará por debajo de los mil si se mantiene la línea descendente (el número de positivos detectados el viernes fue de 277 y el sábado de 189). En cuanto al dato medido en función de la última semana (o sea, la incidencia acumulada a siete días) baja de 375 casos a 363.
En este sentido, conviene echar un vistazo a otro de los indicadores que aparece en el panel de datos diarios, el de la tendencia, que se sitúa en un -46%. Del mismo modo, por completar el análisis, la positividad se sitúa ahora en un 23,8%. Se trata de una cifra muy alta todavía, pero que ha ido decayendo de forma importante en los últimos días.
Con todo, el covid sigue dejando cada día su triste huella en forma de muertes. Según notifica Sanidad, el último caso por ahora fue el de un hombre de 89 años vacunado que falleció en el Hospital Marqués de Valdecilla.
En el balance oficial se explica, además, que se registró también el fallecimiento de una mujer de noventa años igualmente vacunada en el Hospital Sierrallana. Fue el pasado viernes, pero el sistema registró el dato con posterioridad (este periódico ya lo incluía ayer en su tabla). Así las cosas, desde que se registran las muertes vinculadas al coronavirus en la región, el dato oficial de fallecidos durante la pandemia es de 769.
Los contagios de coronavirus en las residencias cántabras continúan descendiendo. En una semana se han reducido a menos de la mitad, con 186, de los que 42 casos se dan entre los profesionales y los otros 144 entre los usuarios, con una docena de ellos hospitalizados. Se trata de 217 positivos menos que al cierre del balance de la semana pasada.
A día de hoy, el centro que más contagios covid registra en la comunidad es Padre Menni, en Santander, con 43, de los que 35 son usuarios y ocho son trabajadores; seguido ya de lejos por la mixta San José, de Villacarriedo, y Lusanz, en Santiurde de Reinosa, con 17 cada uno. De estos dos centros, la mixta San José tiene quince usuarios contagiados y dos trajadores, mientras que en Lusanz los 17 infectados son residentes, dos hospitalizados.
En cuanto a las aulas en los centros educativos, la región cerró la semana con solo cinco confinadas, una de ellas cerrada el mismo viernes, y con 50 alumnos en cuarentena, todos de Infantil y Primaria.
Con estos datos, la incidencia en Infantil y Primaria baja al 0,18%. En cuanto a los ciclos superiores (ESO, Bachillerato y FP), sigue sin haber ningún cierre completo ni parcial.
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