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E. Press
Santander
Martes, 13 de septiembre 2022, 17:57
Los hosteleros se preparan para afrontar un otoño marcado por la «incertidumbre» respecto al futuro y anuncios «nada halagüeños», con lo que «todo apunta» a que será «muy complicado» y «muy duro». Y lo hacen después de cerrar «un verano para recordar» si se compara ... con el de 2019, el último antes de la pandemia del coronavirus, ya que se han superado las previsiones iniciales y, por tanto, cierran la temporada «muy satisfechos».
Así lo han expresado este martes en Santander José Luis Yzuel, presidente de Hostelería de España, y Ángel Cuevas, hasta ahora presidente de la Asociación Empresarial de Hostelería de Cantabria, pues en la rueda de prensa que ambos han ofrecido de forma conjunta para hacer balance anual del sector ha anunciado que deja el cargo al frente de la AEHC después de siete años en él.
En su comparecencia ante los medios, en la Escuela Las Carolinas, sede de la agrupación regional y en la que han estado acompañados por 14 representantes más de hosteleros de otros tantos puntos del país (se ha celebrado en la capital cántabra una reunión del comité ejecutivo nacional), Cuevas ha analizado la evolución de la actividad en la comunidad autónoma desde enero hasta agosto de este 2022 y respecto al mismo periodo de hace tres años, el anterior al covid.
En este sentido, ha reconocido que los profesionales del sector han «visto el horizonte despejado» este ejercicio, del que ha hecho un balance «positivo» a pesar de que comenzó con una ola del coronavirus que implicaba restricciones sanitarias -horarios, mascarillas- y de los «altibajos» que se sucedieron hasta Semana Santa, desde cuando se ha «empezado a recuperar la actividad con total normalidad».
Esos primeros meses coincidieron con el inicio del aumento de los precios de las materias y de costes de producción aunque después el buen tiempo «ha ayudado mucho», sobre todo en los meses estivales en Cantabria, donde las sucesivas olas de calor han sido «bastante llevaderas» en comparación con otros puntos del país.
Así, ha aumentado el número de turistas, especialmente aquellos que reservan 'a última hora' -en torno a un 10-15% de los viajeros- y se han concentrado principalmente en la franja costera, lo que ha hecho que algunos pueblos del interior y de zonas rurales no hayan vivido «su mejor momento», ha precisado el hasta ahora presidente de los hosteleros de la región. Esta situación se ha dado también en el resto del país.
La mayor afluencia de visitantes se ha registrado en julio y agosto, meses en los que Cantabria se ha convertido en «uno de los principales motores de atracción turística» de España, llegando la ocupación al 93%, tres puntos más que en 2019 y por encima de las previsiones hechas al comienzo del verano.
La facturación en los alojamientos ha subido un 12% mientras que la rentabilidad lo ha hecho cerca de un 4%, diferencia que Cuevas ha explicado porque ante la «altísima» inflación se han subido los precios aunque de forma «ligera», sin llegar a cubrir los repuntes de materias y energías.
También ha tenido un balance positivo la restauración, aunque en menor medida que el alojamiento, ámbito en el que destaca la consolidación de las terrazas, por el buen tiempo y la pandemia.
Así, en los restaurantes no ha habido grandes variaciones respecto a hace tres años, si bien la facturación ha crecido un 6% en tanto que la rentabilidad de estos negocios lo ha hecho «ligeramente», para afrontar la subida de precios aunque «no ha sido suficiente».
La hostelería cántabra ha sido «prudente», en palabras de quien ha sido su presidente durante los últimos ocho veranos, pues ha aplicado una subida media de entre el 8 y 10%, cuando los costes se han encarecido cerca de un 25%. Pero «la mayoría» de los establecimientos no ha repercutido ese repunte, de ahí la menor rentabilidad, ha apuntado.
Por su parte, el ocio nocturno ha registrado mayor afluencia de gente joven en sus negocios, ya que la edad media de los clientes ha bajado respecto a otros veranos, situándose entre los 25 y 45 años. Además, esta actividad tampoco ha repercutido el aumento de los costes a la clientela.
En cuanto a los problemas del sector, tanto Ángel Cuevas como José Luis Yzuel han destacado la falta de personal -especialmente jóvenes-, que se suma al aumento de los costes de producción, entre los que destaca la factura energética, que se ha «triplicado» y que a su juicio tiene «difícil arreglo».
En este punto, el portavoz nacional ha planteado la posibilidad de que el Gobierno baje impuestos o destine el «montón» de millones de ayudas habilitadas para el sector y que han «sobrado» al no haberse repartido para apoyar de nuevo a esta actividad, que se enfrenta a un periodo de «extrema gravedad»
Así, la «incertidumbre» existente unida a «anuncios nada halagüeños -relacionados con la inflación o el temor a posibles cortes del gas- hace que los hosteleros estén »inmersos en una grave crisis de consumo« y les aboca a un otoño »complicado« ante el que se muestran »muy preocupados«, ha expresado Cuevas.
De cara al último trimestre del año, Hostelería de España pronostica pérdidas debido a los elevados precios de la energía y las materias que frenan el crecimiento esperado, a lo que también ha contribuido las dificultades de contratación (el 73% de los empresarios las tuvo para encontrar trabajadores en julio y un 68% en agosto).
Así, aunque los datos de ventas en restauración están solo un 5% por debajo de 2019, la cifra de la rentabilidad de los negocios es «muy» inferior a la de ese año.
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