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La Asociación Empresarial de Hostelería de Cantabria denunció ayer, miércoles, la «impunidad total» con la que se están extendiendo por la región la práctica del botellón y las actividades festivas irregulares (ferias, verbenas y discomóviles que incumplen la normativa sistemáticamente) con el consiguiente perjuicio ... que ello genera al sector al que representa, aunque también se acuerda del descanso que se hurta a los vecinos y de la mala imagen turística que se proyecta al exterior. Y no lo hizo una sino dos veces. La primera, lanzando un comunicado expresando esa queja y urgiendo soluciones al problema, y la segunda, reiterándose sus principales responsables en este mensaje al ser cuestionados al respecto.
Por el primer conducto, el comunicado enviado a los medios, la Asociación de Hostelería muestra su «preocupación» por la proliferación de actividades irregulares y botellones descontrolados que, según dice el colectivo, se están celebrando en Cantabria sin que hayan sido consideradas «las necesarias medidas de seguridad o de control».
En este sentido, el colectivo alerta de la competencia desleal que supone la organización de este tipo de eventos en concreto, «que ejercen su actividad sin contar con los permisos necesarios, al margen de los controles administrativos, especialmente aquellos vinculados a la seguridad». Además, los hosteleros denuncian la «impunidad total» con la que la práctica del botellón se extiende a lo largo de toda la región. «Una situación que se agrava sin que se concrete un plan de actuación claro y contundente que acabe con los problemas derivados del mismo», añaden los empresarios, que incluye entre ellos «la falta de seguridad, las molestias ocasionadas a los vecinos y la suciedad».
Sobre esto, los empresarios añaden que lo organizadores de ferias, discomóviles y verbenas «incumplen sistemáticamente la normativa vigente sobre contaminación acústica ya que se prolongan en horarios desproporcionados que alcanzan la madrugada, generando molestias vecinales y eliminando cualquier posibilidad de actividad de los locales reglados dentro de su horario legal».
«Estamos jugando con reglas distintas, y eso no nos parece justo», lamenta el presidente de la asociación, Eduardo Lamadrid, que recuerda que los negocios relacionados con la hostelería, en general, y con el ocio nocturno, en particular, tiene que superar no pocos trámites burocráticos para poder abrir sus puertas. «Estamos muy vigilados», subraya el presidente Lamadrid, que cree que es así como debe ser. «Sin embargo, llega el verano y con él llegan no solamente las fiestas populares de los pueblos, contra las que no tenemos nada, sino otras que terminan convirtiéndose en macrofiestas con miles de personas que 'abren' hasta las cinco o las seis de la mañana, sin control de ninguna clase», se queja el empresario reinosano, que, por otro lado, apunta a «los botellones descontrolados, como los que todos hemos tenido ocasión de ver en El Puntal». Para él, y para el resto de socios, «este tipo de actividades perjudican la imagen de Cantabria, porque ponen en cuestión la calidad de la gente que nos visita, y perjudica, claro, a los hosteleros de la región».
Por eso, y «antes de que en Cantabria empiece a ocurrir lo que ya estamos viendo que ocurre en otras comunidades autónomas», advierte el presidente, «es necesario adoptar las medidas correctoras que sean precisas para atajar este problema». Medidas que, a su juicio, pasan por un mayor control sobre este tipo de actividades irregulares. «Más control, más vigilancia y más sanciones», resume Lamadrid, que señala a las administraciones locales y regionales, esto es, a los gobiernos municipales de aquellos municipios donde proliferan los festejos masivos y la práctica del botellón, como principales responsables del cumplimiento de las leyes vigentes en el ámbito del ocio nocturno de Cantabria.
El comunicado de la Asociación Empresarial de Hostelería de Cantabria quejándose de la «impunidad total» con la que botellones y festejos irregulares se están extendiendo por toda la comunidad autónoma parte de Las Carolinas, residencia oficial del colectivo, pero tiene su origen allí sino en Madrid. Según explicó ayer a este diario el responsable del área de Ocio Nocturno de la asociación, Ángel Suárez, el texto forma parte de una iniciativa de la Federación Nacional de Empresarios de Ocio y Espectáculos (España de Noche), que el pasado lunes denunció –y animó a denunciar a sus asociados por todo el país– el «agravio comparativo» y la «presión administrativa» que están sufriendo sus locales ante la «impunidad» de las actividades festivas irregulares. «En el caso de Cantabria, estamos hablando de los botellones, como los que lamentablemente todos hemos tenido la ocasión de ver en El Puntal, y las macrodiscotecas descontroladas que se están organizando en muchas localidades, donde la situación se les está yendo de las manos».
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