Los hosteleros premian a Cabárceno por su promoción turística de Cantabria

La gala no varió su organización y siguió el modelo tradicional de los últimos años. De hecho –y como ya es típico–, comenzó con el mensaje del presidente de los hosteleros, Ángel Cuevas. Durante su intervención, Cuevas sacó pecho de la construcción de una asociación «aún más fuerte», que ha conseguido sacar adelante «más de cien acuerdos en los últimos cuatro años» y que siempre va con «un proyecto debajo del brazo». Entre ellos, enumeró los servicios gratuitos que ofrece a sus asociados, como la formación en gestión hotelera, formación en cocina y coctelería, servicio de fotógrafo o servicio de traducción de cartas. «Mantenernos inquietos nos ha permitido subirnos al tren digital», subrayó. 

Sin embargo, Cuevas urgió a «arreglar dos asuntos clave si queremos avanzar». El primero de ellos hizo referencia a las viviendas turísticas ilegales y la necesidad de que la Consejería de Turismo saque adelante un decreto para regularlas, mientras que el segundo se centró en la falta de personal. «Un problema que queremos afrontar, por supuesto, con personal local de manera prioritaria», remarcó el presidente.

En este sentido, Cuevas anunció que ya han acordado con la Consejería de Empleo poner en contacto a los empresarios y los posibles trabajadores de Cantabria en febrero para «testar» por qué se produce la «contradicción» de que haya personas que buscan trabajo y, a la vez, los hosteleros busquen personal y no lo encuentren.

Lo mejor quedó para el final. El premio Horeca fue el último galardón de la noche y fue recogido por el director del Parque de Cabárceno, Miguel Otí. El también veterinario aseguró que el «mérito» de este reconocimiento reside «en el gran equipo que lleva trabajando más de 30 años en Cabárceno y de la empresa Cantur». Otí hizo hincapié en el valor del capital humano de la instalación, formada por cerca de 180 personas, «para que vengan los visitantes de fuera y dejen negocio en Cantabria». Y es que el Parque de Cabárceno es ampliamente conocido por el régimen de semilibertad de los animales que habitan en él, así como por los trabajos de investigación relacionados con la conservación de especies en peligro de extinción o con la educación ambiental. Al año recibe más de 600.000 visitantes, lo que lo convierte en la mayor atracción turística de la región.

El Premio Horeca consiste en una obra en bronce del escultor cántabro José Cobo Calderón. Desde que comenzó su entrega en 1982, lo han recibido instituciones como la UIMP y el Festival Internacional de Santander y personajes ilustres de la región, como Severiano Ballesteros, Ruth Beitia o Rulo.

La gala también reconoció la trayectoria de dos empresarios históricos del sector como Félix Gómez, de la Rana Verde, y José Daniel Ramos Abascal, de Cafetería Ramos, en San Vicente de la Barquera. También subieron al escenario a recoger el galardón a los Trabajadores Destacados Antonio Barranquero, del Grupo Quebec; Magdalena García Sanemeterio, del Hotel Isla Bella; y Jesús Macho, del Hotel Arillo de Noja. Por otro lado, Carlos Arias Eguren, del restaurante Emma, de Suances, recogió el diploma que lo distingue como Joven Empresario.

La novedad de este año es el premio Anfitriones, que nació en mayo con el objetivo de motivar a los empleados de los establecimientos participantes a llegar a la excelencia de los servicios. Participaron 31 restaurantes y, finalmente, el premio –que asciende a 3.000 euros– recayó en el Restaurante la Flor de Tetuán. Igualmente, Mariano Mora, propietario de los restaurantes La Radio, La Prensa y El Rinconcito, fue galardonado como Empresario del Año; y Coca Cola, como Empresa Comprometida. Además, Maite Rodríguez, de La Flor de Tetuán, recibió la Insignia de Oro y Brillantes de la asociación.