Los hoteles de Cantabria, como los vascos y asturianos pero más caros que los gallegos

En Cantabria, el precio de una habitación doble para esas tres noches oscila entre los 550-650 euros, prácticamente el mismo que para el País Vasco; en Asturias, se sitúa entre 550 y 700, y en Galicia se aprecia una sensible reducción, entre 350 y 500.

A primera vista, los atractivos de que pueden presumir las cuatro comunidades resultan bastante similares, con paisajes verdes que se funden con el azul del mar. Playas salvajes, pueblos con encanto y grandes parques naturales. La mezcla de tradición y vanguardia, un menú cultural para casi todos los gustos y una gastronomía de altura y consolidada pueden colmar las inquietudes de un visitante que pide algo más que un lugar bajo el sol donde tostarse. También hay que reconocer que aunque se distinga del turista de sol y playa, el viajero de la España Verde tampoco quiere pasar una Semana Santa viendo llover, y que las desfavorables previsiones meteorológicas probablemente se traduzcan en numerosas cancelaciones de última hora para este puente.

El verdadero boom de la España Verde llegó tras la pandemia: la perspectiva de viajar a espacios naturales, con horizontes amplios y sin aglomeraciones de gente, llenó todo el norte del país de gente con ganas de respirar tras el confinamiento. Los sofocos de los últimos veranos, con altísimas temperaturas, terminaron de convencer a muchos para elegirlo como destino de vacaciones.

Y, dicho, todo esto, ¿por qué elegir Cantabria entre todos los demás a igual precio, o incluso sien do una comunidad más cara? «El precio de los hoteles depende de la oferta y la demanda, y lo va marcando el mercado», explica Eduardo García, presidente de la Asociación de Agencias de Viaje y Operadores Turísticos de Cantabria. Habla de un sector con «ocupaciones excelentes» en toda España que se ha repuesto del bache del covid en tiempo récord. «Yo recuerdo que en puentes como los de Semana Santa o el 1 de mayo, Santander podía tener ocupaciones entre el 90 y el 100%, y ahora es algo generalizado en toda Cantabria. Es difícil saber por qué ha cambiado, pero es una realidad desde la pandemia: toda España tiene muy buenas ocupaciones, pero aquí es bestial. A partir de ahí, esta Semana Santa puede haber fluctuaciones por el tiempo, que influye mucho y puede suponer que se registren cancelaciones de última hora. Pero, en general, se puede decir que a Cantabria le va muy bien y creo que el motivo es que estamos de moda».

Al compararla con Asturias, con la que guarda muchas similitudes, «Cantabria dispone de unas puertas de entrada más ágiles como son nuestro aeropuerto Seve Ballesteros, con una importante red de comunicación tanto nacional como internacional, y las autovías A-67 y A-8 que facilitan el tráfico con la Meseta y con el corredor norte», apunta Eduardo Lamadrid, miembro de la Junta Permanente de la Asociación de Hostelería. «Respecto a las playas, Cantabria dispone de doce certificadas con la Q de calidad frente a las seis que aporta Asturias. También es un pueblo de Cantabria, Santillana del Mar, el que se ha hecho acreedor del título de pueblo más bonito de España en varias ocasiones según distintas publicaciones. En los últimos años, Cantabria crece sin ninguna duda en nuevos atractivos que constituyen un suma y sigue de calidad. Pensemos en las cuevas del Soplao, el Centro Botín y por supuesto Cabárceno, que a nadie deja indiferente y que mejora con nuevas aportaciones como sus telecabinas. El tamaño de esta comunidad nos permite recorrerla de norte a sur; de Santander capital a Reinosa; con el valle de Campoo y la estación de esquí de Alto Campoo; y de este a oeste. Ver Castro Urdiales con su precioso puerto y la comarca lebaniega con sus Picos de Europa y Santo Toribio de Liébana, llevándonos así una imagen panorámica de toda Cantabria. Como dice nuestro eslogan, es 'infinita' en posibilidades y también muy accesible», reflexiona Lamadrid.

Los precios de los alojamientos turísticos han experimentado una subida generalizada en España y en toda Europa en los últimos años, «porque hay una demanda muy fuerte y condicionada al entorno geopolítico, que a España le beneficia, porque tenemos una retención importantísima del turismo europeo y español», afirma el experto en turismo Luis Cubría, analista y estudioso del sector. El otro factor que influye en este encarecimiento es «el incremento de costes».

Cubría hace una lectura positiva de ese aumento de precios común a todas las regiones españolas. «Es positivo que, ante el incremento de costes, haya una fortaleza de la demanda que permita repercutir esos costes. El turismo es, ante todo, una industria, una actividad económica que tiene una repercusión y un impacto que no debe ser mayor que el beneficio económico, y en esa ecuación es importante que el beneficio crezca. Mayores precios también quiere decir más calidad en el servicio, mejores salarios, consolidación el empleo y, en definitiva, más beneficio para Cantabria».

«Tenemos que pensar en términos económicos: lo ideal es un turismo de calidad, tanto por nivel de ingresos como por educación, por su menor impacto; no se trata solo de que gaste mucho, sino también de que sea respetuoso con el entorno, que deje el espacio en buen estado, y que respete las normas y la convivencia. Y ese turista existe», concluye Cubría.