Huelga del metal: «Hice mi papel, siempre discreto. No vine a la negociación, pero le dediqué horas»

–Intento siempre dejar que los interlocutores, en este caso Pymetal y los sindicatos, se sienten, dialoguen y cumplan con su obligación de renovar el convenio. Yo entré antes que el Ministerio de Trabajo porque empezaba a haber problemas en la industria de Cantabria y especialmente en Astander. Con la consejera de Empleo me convertí en conciliadora. La situación era muy crítica, con posiciones muy enfrentadas. Yo hice mi papel, siempre discreto. No pude venir, pero tuve una interlocución diaria y de varias horas al día. Todas las partes estaban en la confrontación y los paros estaban generando un problema ya no solo laboral, sino económico y social.

–El conflicto no se desbloqueó hasta que un alto cargo de Trabajo se sentó en la mesa.

–La ayuda del Ministerio de Trabajo fue buena y coincidió que la directora general estaba aquí por motivos privados. Permitió lo que Eugenia (la consejera de Empleo) y yo estábamos buscando, que era sentarse y hacer que donde había un problema se lograra una solución. En estos casos siempre se generan muchas expectativas por parte de todos, porque la patronal se mantiene en situaciones poco conciliadoras y los sindicatos alientan a un conflicto que muchas veces se puede resolver hablando. Por eso siempre pido que antes de llegar al choque, intentemos las mesas de diálogo. Para eso está el Ministerio de Industria y el Ministerio de Trabajo. En Industria hemos creado cierta confianza porque llevamos muchos conflictos solucionados (Alcoa, Vestas, Siro, los astilleros de Cádiz…), algo que nos ha dado herramientas para generar la confianza de todos los actores. Cuando tengo que coger un coche para ir a la fábrica, lo hago para tratar de conciliar el interés de todos: la defensa de los puestos de trabajo y la mejora de las condiciones laborales, pero que se concilie con la rentabilidad de la empresa.