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Cantabria vivió la semana pasada dos borrascas consecutivas con avisos rojos por oleajes, fuertes rachas de viento y abundantes lluvias que dejaron un reguero de incidencias en la región. Caídas de árboles que cortaron la luz o entorpecieron el tráfico ferroviario, carteles de supermercados que ... salieron volando o un sinfín de llamadas registradas por el 112 fueron algunas de ellas. El temporal remitió, pero los efectos aún se notan días después, sobre todo en las playas.
Solo había que darse un paseo por la de Valdearenas, en Liencres, para comprobar cómo la marea ha arrastrado durante estos días cantidad de árboles, troncos y quimas, además de basura que provenía de la costa como plásticos, botellas o papeles. Junto a ella, en la playa de Canallave, también se podía apreciar algún tronco de grandes dimensiones y otros restos que había depositado un mar todavía embravecido. Mientras, en Santander, en la zona del espigón situado frente al hotel Chiqui, dos operarios del Ayuntamiento repusieron y colocaron varias baldosas. Casi una treintena de ellas, comentaba uno de los trabajadores, que añadía que con este temporal «lo normal es que se rompa algo».
Bajo la atenta mirada de los curiosos, algunos hasta sentados en los bancos del paseo contemplando la escena, los operarios también arreglaron otros «seis o siete» bordillos dañados por el oleaje de las características barandillas azules de El Sardinero. Según comentaban estos trabajadores, iniciaron sus labores el jueves de la semana pasada en las proximidades del letrero turístico de 'Santander' y las están terminando en el paseo de Manuel Lago.
En las playas de la Primera, la Segunda y Mataleñas no había rastro del temporal. Había una explicación. Los compañeros de estos operarios adecentaron días atrás los desperfectos provocados por las borrascas Herminia e Ivo. Donde sí estuvieron limpiando ayer fue en el arenal de Los Bikinis. De nuevo, la misma fotografía que en Valdearenas, Canallave o Suances, con multitud de árboles, caloca, algas, palos y troncos que se podían ver a simple vista.
Desde por la mañana y hasta el mediodía dos operarios municipales con palas, y un tercero que los acompañaba con una grúa, realizaron trabajos de mantenimiento en la playa de Los Bikinis, que ayer presentó montañas de arena y profundos desniveles y socavones provocados por el oleaje y el temporal. Unos desperfectos que también se notaron en el paseo, ya que la arena campaba a sus anchas. Los contenedores acabaron semienterrados por la arena, que en el Balneario de La Magdalena se coló prácticamente hasta la cocina. La terraza de este local era una extensión de la propia playa. Sin embargo, todo ello no impidió que numerosas personas se acercasen a este arenal para disfrutar de un paseo, con el ruido del motor de la grúa de fondo, por la zona que ya estaba adecentada.
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