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Un conductor ha sido 'cazado' por agentes de Tráfico después de que hace días intentara escaparse de un control montado en la carretera N-611, en Cuchía (Miengo). Huyó con las luces apagadas, invadiendo el carril contrario y con una conducción «manifiestamente temeraria». Este conductor tiene 40 años y es vecino de la misma zona en la que se realizaba el control. Ahora, componentes de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil de Cantabria han procedido a la instrucción de diligencias en calidad de investigado como presunto autor de un delito contra la seguridad vial.
Los hechos tuvieron lugar sobre las 3.20 horas del pasado 5 de mayo, cuando la Guardia Civil tenía establecido un punto de detección de la conducción bajo los efectos del alcohol y las drogas en la N-611. Al llegar allí, ese conductor «hizo caso omiso a las señales de alto de un agente, acelerando el vehículo y comenzando una conducción temeraria», según explica la Guardia Civil.
Varios de los agentes que participaban en el dispositivo tuvieron que apartarse para evitar ser atropellados por ese coche que se iba saltando señales de stop, de ceda el paso, que estaba invadiendo el carril contrario e incluso apagando las luces para intentar no ser localizado.
Los componentes de la Agrupación de Tráfico presentes en el control recabaron diferente información sobre el vehículo y su conductor, para finalmente, tras la posterior investigación, conseguir identificarle y proceder este miércoles, día 29, a la instrucción de diligencias como presunto autor de un delito contra la seguridad vial.
El Grupo de Investigación y Análisis de Tráfico (GIAT) de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil de Cantabria instruyó diligencias el pasado año a 10 conductores por hechos similares a los relatados, y en lo que va de 2019 ya han investigado a otros 4, todos ellos como presuntos autores de delitos contra la seguridad vial.
Según la Guardia Civil, la casuística indica que estos conductores pretenden evitar las acciones de los agentes para la detección de la conducción bajo los efectos del alcohol y las drogas. «Evitar estos controles lleva a los conductores a que sus acciones se agraven al realizar una conducción temeraria, cometiendo entonces un delito contemplado en el Código Penal con penas de prisión de 6 meses a 2 años y la privación de conducir vehículos a motor y ciclomotores de 1 a 6 años», advierte el instituto armado.
Además, con estas acciones temerarias «ponen en evidente peligro la integridad física de los agentes y del resto de los usurarios de las vías, más aún al ocurrir la mayor parte de estos hechos en horario nocturno e incluso bajos los efectos de algún tipo de sustancia».
Del análisis realizado se ha llegado a la conclusión que en la mayoría de los casos los conductores que se dan a la fuga responden a un perfil de varones en una franja de edad entre los 25 y 45 años de edad.
Desde la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil se hace un llamamiento a la «serenidad ante los controles preventivos de alcohol y drogas», ya que ante un positivo la mayor parte de los casos finalizan en una denuncia administrativa, y por el contrario, las acciones anteriormente descritas constituyen siempre delito y acarrean un serio peligro para la integridad de las personas.
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