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Identificados los restos de un santanderino en una fosa común en Navarra
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Se trata de Julio Peña Díez, ferroviario de profesión y militante de la Izquierda RepublicanaNacho González Ucelay
Santander
Miércoles, 25 de enero 2023, 13:32
El banco de ADN del Gobierno de Navarra ha identificado a un cántabro, Julio Peña Díez, como una de las diez personas cuyos restos fueron ... exhumados en el mes de julio del año 2022 en las fosas encontradas en la localidad de Paternáin (Navarra), escenario, entre otros cercanos, como Cendea de Zizur u Olza, de un número indeterminado de fusilamientos y enterramientos clandestinos practicados entre el verano de 1936 y los primeros meses de 1937.
Nacido en Santander, casado, ferroviario de profesión y militante de Izquierda Republicana, Julio Peña Díez trabajaba en la Estación del Norte de Pamplona/Iruña cuando a finales de agosto de 1936 fue detenido y trasladado junto a una decena de compañeros hasta la localidad navarra de Paternáin, donde fueron asesinados y enterrados en tres fosas comunes.
Años después, en 1942, pese a ser público que habían muerto, a Peña Díez y sus compañeros se les abrió un expediente de depuración como trabajadores de la Compañía de los Caminos de Hierro del Norte de España, informe que se resolvió favorablemente para los afectados y cuyo sobreseimiento da idea de la escasa relevancia de las acusaciones vertidas contra ellos.
Con la del ferroviario cántabro son ya cinco las identificaciones llevadas a cabo en estas tres fosas comunes de Paternáin, destapadas en julio del pasado año por la Sociedad de Ciencias Aranzadi dentro del programa de exhumaciones del Instituto Navarro de la Memoria de la Dirección General de Paz, Convivencia y Derechos Humanos del Gobierno navarro.
A la suya se suman las de Gregorio Albo, Julio Butrón, Manuel Serón y Francisco Velaza, que, según apuntan todos los indicios, habrían sido trasladados a ese lugar junto a otras cinco personas que todavía no han sido identificadas procedentes de una o varias sacas de la Prisión Provincial de Pamplona en los meses siguientes al golpe militar de julio de 1936.
De acuerdo con el relato ofrecido en su día por el Gobierno navarro, las fosas, que están localizadas en una parcela de cultivo muy próxima a Paternáin, junto al camino que conduce a la cercana localidad de Ibero, fueron halladas después de que un vecino de la localidad recordara cómo su madre le contó una vez que allí, en el campo, habían matado y enterrado a un grupo de diez o doce personas.
El hombre precisó a las autoridades que la zona que le señalaba su madre estaba a la derecha del camino de Ibero, pero las prosprecciones que allí se realizaron dieron resultado negativo. Tiempo después, sin embargo, una investigación impulsada especialmente por miembros del Concejo de Paternáin descubrió que el trazado del camino había variado con respecto al que existía en 1936 y que el lugar de enterramiento podría estar no a la derecha del camino actual, como se pensaba, sino a la izquierda, como así resultó ser.
Una vez puestas en contacto con el propietario de esos terrenos, que solamente pidió esperar a que recogiera la cosecha, la Sociedad de Ciencias Aranzadi procedió a inspeccionar la zona, donde en menos de una hora de excavaciones localizó las tres fosas, dos de ellas con cuatro cuerpos y la tercera con dos.
Para poder averiguar la identidad de esa decena de personas, tarea en la que se encuentra inmersa actualmente tras la recuperación de todos los restos, la sociedad ha tenido que acudir al banco de ADN del Gobierno de Navarra, donde familiares de fallecidos durante la Guerra Civil que tenían la sospecha de que sus allegados podrían estar enterrados en algún punto de Paternáin dejaron voluntariamente sus muestras orgánicas a fin de que, si se producía cualquier hallazgo, fueran cotejadas con las de los restos que se recuperaran.
Mediante esa comparación de ADN, que se ha realizado en el laboratorio de Nasertic, es que ha sido posible identificar, de momento, a cinco de los diez cadáveres sepultados allí, el último el de Julio Peña Díez, cuyos restos serán entregados a sus familiares en el transcurso de un acto que se celebrará próximamente en Pamplona, ciudad en la que vivió y trabajó hasta su apresamiento y posterior fusilamiento.
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