El Idival detecta un segundo «y nuevo» pico de alergia en otoño por los plumeros

Es una de las primeras conclusiones a las que ha llegado la investigación que desarrolla el Idival, el instituto de Marqués de Valdecilla, en el marco del proyecto LIFE 'COOP Cortaderia', al que se sumó en 2023 para unir fuerzas entorno a la erradicación de esta planta invasora que ha colonizado Cantabria, España y Europa.

La preocupación por la invasión del plumero crece cada año porque ha generando un grave problema medioambiental, pero ahora también se alerta del daño que puede tener sobre la salud.

«Estamos profundizando en el impacto que esta planta invasora tiene en la salud de los ciudadanos, que se está agudizando cada año y queremos cuantificar el elevado coste sanitario que supone para el Estado, que no viene solo por la asistencia sanitaria, sino también por las medicaciones, consultas, absentismo laboral y escolar», explicó uno de los investigadores al frente del estudio, Alberto Gandarillas, que lleva un año analizando los niveles del aire de Santander.

En este sentido, el investigador hizo referencia a que existen estudios que estiman que la rinitis alérgica supone un coste de 2.500 euros por paciente y año en España. Por otro lado, el mayor porcentaje de consultas en alergología corresponde a casos de rinitis alérgica (54%) y de asma (23%), que afecta al 6% de la población europea de media, siendo más elevada esta proporción, en las ciudades costeras, debido a la humedad. «Todos estos síntomas alérgicos son la puerta a infecciones oportunistas, catarros, bronquitis y la irritación del sistema respiratorio», continuó Gandarillas.

La investigación se centra en comparar a pacientes que viven en zonas urbanas de Cantabria con otros que viven en municipios rurales, donde el plumero todavía no tiene una presencia arraigada.

«El gran problema de las alergias está surgiendo en los núcleos urbanos donde la humedad es elevada, como Santander. Al fin y al cabo, la terrible expansión de los plumeros en Cantabria se está atajando, principalmente, en parques naturales, pero prácticamente no se está haciendo nada en las urbes», lamentó Gandarillas, que manifestó su preocupación y, por ello, quieren alertar a la ciudadanía del alcance del problema. «En Santander hay mucho plumero en espacios públicos, como enfrente del Hospital Marqués de Valdecilla, donde existen terrenos repletos de plumeros, lo que es muy paradójico. La administración tiene que ponerse las pilas. Además, la ley obliga a eliminarlo, también a los particulares, pero no se hace y se vuelve a expandir», criticó el investigador.