![Oleada de robos en iglesias durante el estado de alarma](https://s2.ppllstatics.com/eldiariomontanes/www/multimedia/202004/02/media/cortadas/iglesiassaqueadas%20(5)-kK4F-U100769020516qhH-1248x770@Diario%20Montanes.jpeg)
![Oleada de robos en iglesias durante el estado de alarma](https://s2.ppllstatics.com/eldiariomontanes/www/multimedia/202004/02/media/cortadas/iglesiassaqueadas%20(5)-kK4F-U100769020516qhH-1248x770@Diario%20Montanes.jpeg)
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Ana del Castillo
Santander
Viernes, 3 de abril 2020, 07:11
Más de 20 iglesias y parroquias de Cantabria han sido profanadas desde que el Gobierno central decretó el estado de alarma. Los sacerdotes de los templos afectados creen que los ladrones, que al parecer ven en el confinamiento un nuevo negocio, son los mismos, ya que el 'modus operandi' se repite en todas las escenas: revientan la puerta, desordenan la sacristía, abren cajones y se llevan lo poco que queda en el lampadario y el cepillo. «No deben de estar al tanto de las noticias. Hace un mes que no oficiamos misa para fieles, así que no van a encontrar nada de recaudación», señala Daniel de las Cuevas, párroco de las iglesias de Ontoria y Mazcuerras, ambas desvalijadas.
La lista de las parroquias afectadas es extensa: Puente Viesgo, Mata, Barros, Cartes, Viérnoles, Barreda, Cóbreces, Novales, Golbardo, Villanueva de la Peña, Casar de Periedo, Ibio... Pero tanto la Policía Nacional como la Guardia Civil, que por el momento registran ocho denuncias de este tipo (tres tentativas y cinco robos) entre el 9 y el 30 de marzo, han abierto una investigación y descartan que se trate de un grupo organizado. «El objetivo de los robos en estas iglesias son los cepillos. Si fuera una banda de profesionales se llevaría las piezas para después venderlas a sus contactos, pero para eso hay que tener conocimientos de arte, saber qué retablos son importantes o la antigüedad del cáliz que tienen delante», señalan fuentes de la Benemérita.
¿Para qué quiero un Cristo del siglo XVI si no tengo comprador? Más bien se trata de alguien con «algún cable cruzado», dice el sacerdote José Ramón Lisaso. «Es algo raro porque se han llevado cubos de pintura de la iglesia de Cóbreces –están restaurándola desde hace seis años–, pero tienen respeto hacia lo sagrado, de mucho más valor».
El religioso José Luis Sánchez Crespo hace una visita cada día a todos sus templos. Sin embargo, el pasado 1 de abril algo rompió su rutina cuando llegó a la iglesia de San Lorenzo, en Casar de Periedo. «Me encontré todo patas arriba. Habían forzado la puerta y robado la poca recaudación que había en el cepillo, pero estaba todo destrozado», relata Sánchez.
En Ibio, en la iglesia de Santa Cecilia, entraron la noche del 15 al 16 de marzo de la misma manera. Reventaron la puerta, revolvieron el interior y se llevaron las pocas monedas que quedaban. «Es más el destrozo que te hacen que lo que se llevan. Ya tengo dos facturas de 200 euros cada una para arreglar las puertas», explica Adrián Sainz, sacerdote de Ibio, Villanueva de la Peña y Golbardo.
A Daniel de las Cuevas le pasa lo mismo. Calcula que en sus parroquias de Ontoria y Mazcuerras la suma de lo que se han llevado no llega a los 14 euros. «Vino la Científica y tomó huellas, así que ahora a esperar a que pase el coronavirus para arreglar las puertas que han destrozado», señala.
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