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La igualdad se enfrenta a la pandemia

La igualdad se enfrenta a la pandemia

8 DE MARZO ·

EL DIARIO reúne a diez mujeres con funciones clave en la crisis sanitaria para reflexionar sobre el Día Internacional de la Mujer desde el lugar de visibilidad, responsabilidad y protagonismo en el que les ha colocado la gestión del covid

Marta San Miguel

Santander

Domingo, 7 de marzo 2021, 07:46

La Sociedad Española de Directivos de la Salud publicó esta semana un informe con el siguiente porcentaje: el 35 por ciento de los miembros en activo de dicha sociedad son mujeres, pero sólo tres de cada diez ejercen cargos directivos en organizaciones sanitarias. Es un desequilibrio similar al de otros sectores cuando se busca cuantificar la presencia femenina en altos cargos, sin embargo, en este caso, siendo el sector sanitario un ámbito «eminente femenino», la cifra abunda en la noción de techo de cristal que cada 8 de marzo vuelve a limpiar su superficie para ver a las mujeres que miran desde abajo, la realidad invisible que las impide ascender, elegir hasta dónde quieren llevar su carrera. ¿Y si el covid ha puesto de manifiesto algo hasta entonces aplazado? Si la crisis sanitaria ha sido en realidad una crisis de cuidados que ha paralizado la economía, ¿qué consecuencias va a tener en igualdad?

Diez mujeres se asoman a esta realidad con motivo del Día Internacional de la Mujer; cada una ha tenido un papel crucial durante la pandemia en el ámbito de la sanidad, la alimentación, la seguridad, la educación, la hostelería, la investigación o la empresa. Son el rostro que representa colectivos que en las diversas olas o sus consiguientes encierros, la realidad del covid ha colocado en un lugar de responsabilidad, visibilidad y protagonismo. Y desde ese lugar responden, con el fin de reflexionar si la pandemia va a dejar tras de sí cambios en materia de igualdad, si la carga invisible de cuidados que recae sobre todo en las mujeres pasará de ser una obligación subjetiva a una tarea compartida por toda la sociedad. ¿Son optimistas, pesimistas, o la solución para que el techo de cristal sea traslúcido los doce meses del año pasa por políticas que equiparen los cuidados tras haber sufrido la mayor crisis sanitaria de nuestro tiempo? Esta es su experiencia y su voz tras un año de pandemia.

Mónica Gozalo | Investigadora Microbiología en Valdecilla

«La pandemia ha llevado a las mujeres científicas a los medios»

Mónica Gozalo, viróloga, investiga en Valdecilla el covid. ROBERTO RUIZ

La pandemia ha puesto de relieve la cantidad de mujeres que estamos dedicadas a la ciencia, nos ha llevado a los medios y a darnos a conocer», dice Mónica Gozalo, viróloga e investigadora de Microbiología del Hospital Valdecilla. En términos de igualdad, añade, no sabe si una pandemia puede cambiar algo: «En otros ámbitos laborales en los que se ha tendido más al teletrabajo, quizá sí ha habido un cambio de roles entre hombres y mujeres que se quedan más en casa a trabajar, pero en nuestro ámbito no creo que haya tenido tanto peso, aunque sí a la hora de ponernos cara y mostrar a qué nos dedicamos y dónde estamos». ¿Supondrá algún cambio que la sociedad sepa cuántas mujeres están al frente de la investigación, de la ciencia, de la sanidad? «No lo sé, pero si puede animar a que las que vienen detrás piensen en la ciencia como una opción laboral futura, habrá servido de algo».

En su caso, el hecho de ser mujer no ha condicionado su trayectoria profesional, pero matiza que el suyo sólo es «un caso concreto» y mira más allá: «Soy soltera, no tengo hijos y no me he encontrado con dificultades ya que en mi entorno laboral, hombres y mujeres partimos de una base de igualdad tanto de salario como evolución de puestos de responsabilidad, pero si miro los casos de mis compañeras, es cierto las que luego somos las mujeres quienes nos involucramos más en el cuidado de hijos y de dependientes, e igual por eso tendemos a hacer menos guardias o limitarnos el acceso a esos puestos de responsabilidad para tener tiempo para otros ámbitos». Y ahí es donde se nota, dice, «la brecha salarial que puede haber entre hombres y mujeres; en que ellas piden excedencias para cuidar a los hijos, para cuidar de sus familiares mayores, reducciones de jornada, y eso, en los hombres, lo ves un poco menos. Ahora hay más mujeres en puestos de responsabilidad, al menos en el Servicio Cántabro de Salud, pero todavía hay mucho que mejorar en ese campo».

  • Licenciada en Medicina. Viróloga e investigadora del servicio de Microbiología de Valdecilla desde hace 15 años. En el servicio son 16 facultativos y 4 residentes, hombres y mujeres al 50%, y 30 técnicos de laboratorio, la mayoría mujeres.

Diana Mirones | Inspectora de la Policía Nacional

«El covid ha supuesto acelerar los cambios en nuestra institución»

La inspectora Diana Mirones, en la Jefatura de La Albericia. DANIEL PEDRIZA

La crisis del covid ha supuesto acelerar los cambios tanto estructurales como funcionales en nuestra institución», dice la inspectora Diana Mirones. «Hemos tenido que reasignar efectivos a nuevas funciones en virtud de las restricciones que se iban marcando desde Sanidad, se han reorganizado los servicios y ahora damos mucha más importancia a temas de riesgos laborales». ¿Hasta que punto la pandemia puede haber influido en el papel de la mujer? «Había funciones o valores latentes de las mujeres que se han puesto de manifiesto con el covid», dice, y cita el servicio de Prevención de Riesgos Laborales, liderado por la Inspectora Arancha Renedo: «Está jugando un papel fundamental para nosotros, coordinando e implementando los protocolos de seguridad e higiene y vacunaciones, que sin duda están siendo efectivos ya que no hemos tenido que lamentar hasta la fecha un número de bajas significativas que hayan trastocado el desarrollo de los servicios». Cuenta que durante la pandemia el suyo ha sido «uno de los colectivos que hemos estado más expuestos al seguir en la calle cumpliendo con nuestras funciones, lo cual nos ha visibilizado mucho más». Acudían a las calles «donde vivían ancianos que estaban solos pasándolo mal o niños que cumplían años y no podían celebrarlo».

Cuando Diana Mirones accedió al cuerpo en el año 2000, se encontró «con reacciones de todo tipo, desde el paternalismo desmesurado hasta la desconfianza que escondía una infravaloración, reacciones que reflejan una época y la situación que nos encontrábamos las pocas mujeres que ingresábamos». Ahora, dice, «estas reacciones han quedado en el olvido», y cada vez es «más habitual ver mujeres policía», de hecho cifra en un 19% del total de efectivos en la región. «En los últimos años, el 40% de las incorporaciones a la Escuela Nacional de Policía en la escala ejecutiva han sido mujeres (inspectoras), y en la escala básica (policías) han llegado casi al 30 por ciento».

  • Accedió a la Policía Nacional en el año 2000. Hoy en día, es la responsable en Cantabria de la Oficina Nacional para la Igualdad de Género. La presencia de mujeres es del 19% del total de efectivos en Cantabria, «y está aumentando cada año».

Paloma Navas | Ex directora general de Salud Pública de Cantabria

Paloma Navas, en Liencres, ante la Unidad de Vigilancia y Rastreo. ROBERTO RUIZ

La crisis del covid no ha sido sólo una crisis sanitaria, sino de cuidados de pacientes, de mayores, de dependientes», dice Paloma Navas, y esto ha puesto de manifiesto dos cosas: «Que los cuidados están a la cola en cuanto a valoración social, remuneración y protección de normas y leyes, y en segundo lugar, que una crisis de cuidados es capaz de parar una economía completa», expone la gerontóloga. «Sabemos que el 85% de las cuidadoras son mujeres, y esa carga de 'cuidadoras informales' que asumen las mujeres sin ganar sueldo, ni estar reconocido ni cuantificado en el PIB, permite que el resto de la sociedad siga funcionando». ¿Cree que esa realidad va a cambiar tras el covid? «Nos hemos dado cuenta de la importancia de los cuidados, soy optimista en tanto que se ha puesto de manifiesto porque se ha parado la economía, pero sobre todo porque esa evidencia nos obligará a rediseñar los modelos de cuidados, hacerlos más justos y eficientes, dentro de un orden con el resto de actividades económicas que tiene un país».

En ese sentido, dice la que fuera directora general de Salud Pública, «me parece fundamental el papel heroico de las cuidadoras, limpiadoras o auxiliares de enfermería que han atendido a personas infectadas por covid; se han remangado y se han lanzado a la batalla sin ningún miramiento». Preguntada por su trayectoria profesional, es consciente de haber roto el techo de cristal: «Sabemos que las mujeres nos enfrentamos a mayores dificultades. Las he encontrado en mi camino, pero no me han frenado, y para eso es fundamental el modelaje», dice, y alude entonces a la saga de mujeres de su familia (madre ingeniera, abuela poeta, hermana arquitecta), pero también a su abuelo, su padre y la importancia de crecer entre hombres «que no tienen miedo ni desconfianza de las mujeres, que no las necesitan subyugadas, sino que quieren que desarrollen en plenitud. He sido muy afortunada por partir desde esos dos modelos».

  • Médica especialista en Medicina Preventiva y Doctora en Salud Pública por la Universidad Johns Hopkins, en EE UU, la nombraron directora general de Salud Pública en 2019, desde donde asumió la gestión del covid hasta enero de 2021.

Isabel Ibarra | Productora del Palacio de Festivales

«Ahora la sociedad está receptiva y las losas tienen que desaparecer»

Isabel Ibarra, en la producción del Palacio de Festivales. ROBERTO RUIZ

«Hay un antes y un después con el covid. Ha arrasado la vida como la conocíamos, pero también ha sacado lo mejor de cada uno y nuestra capacidad de adaptación ha respondido ante ello», dice Isabel Ibarra desde el Palacio de Festivales, donde el programa de la 'Cultura Contraataca' impulsó el primer concierto del país tras el confinamiento más duro (29 de mayo de 2020): Rulo tocó en la terraza que mira a Gamazo cuando aún nombrábamos la libertad por fases. «En el Palacio seguimos adelante pensando en el público y en los profesionales de la cultura con los que teníamos el compromiso», dice, ya que la pandemia les cogió con la programación recién comenzada. ¿Y ahora, cree que cambiará algo la situación el covid? «Confío que sí. Creo que ahora la sociedad está más receptiva que nunca, y que tenemos que ir a más», dice. «Ahora es más evidente el papel completamente igualitario al del hombre, y esas losas que llevamos las mujeres tienen que ir desapareciendo, y con el covid desde luego, porque el papel de la corresponsabilidad se ha visto mucho en la pandemia: el papel de la mujer ha sido fundamental en el cuidado de las personas y en el resto de campos», dice la responsable de Producción del Palacio, cargo que ocupa en funciones mientras se resuelve el proceso de promoción interna tras la jubilación de su antecesor en diciembre.

Mujer en la cultura: ¿ha influido en su trayectoria? «Cuando entré en el Palacio fue por un proceso de selección y aquí hay un convenio colectivo y todos somos iguales, tenemos los mismos derechos y cotizaciones para todos. No he tenido ningún problema por ser mujer tanto aquí como en mis trabajos anteriores, he tenido mucha suerte y me han tratado con mucho respeto ». ¿Se refiere a ello como una cuestión de suerte? «Exacto, porque sé que la realidad no es así y hay mujeres que no han tenido la misma suerte que yo, que siempre he tenido las mismas oportunidades de acceso a puestos y promoción».

  • Hace 15 años entró a trabajar en el Palacio de Festivales. Tras 9 años en el departamento de Producción, actualmente es la responsable en funciones. El equipo programó y ofreció el primer concierto de España tras el confinamiento: Rulo.

Andrea Herrero | Encargada de supermercado BM

«El mundo se ha dado cuenta del papel fundamental de la mujer»

«La situación de las mujeres va a cambiar después de esta pandemia porque el mundo se ha dado cuenta del papel de las mujeres en la sociedad, desde el personal de supermercado que siempre estuvo ahí, a las sanitarias, las limpiadoras, a las que teletrabajan en casa con el cuidado de los niños y a la vez educándoles porque no podían ir a la escuela... Las mujeres hemos seguido trabajando en primera línea y se nos va a valorar aún más», dice Andrea Herrero. ¿Percibe ya algún cambio? «Durante la cuarentena muchísimos clientes nos daban las gracias, este trabajo que hacéis es impresionante, nos decían. La verdad es que lo valoraron mucho». Personalmente, confiesa, «no he sufrido ninguna traba por ser mujer en el ámbito profesional», pero nota «mucha diferencia con las mujeres que se dedican al cuidado del hogar, porque es un trabajo no remunerado y no se le da la importancia que realmente tiene: son mujeres que se dedican a la familia cien por cien».

Entró en el supermercado BM en 2017 para descargar camiones, «pero después me formaron en frutería, en panadería y hace un año me ofrecieron ser encargada de tienda, dije que sí, me formaron y aquí estamos, dándolo todo». ¿Le coincidió con la pandemia? «¡En mitad!». ¿Se lo pensó? «No, para nada, lo tenía claro», dice tras cuatro años trabajando en el supermercado BM de la S-20, en Santander. Su trayectoria laboral empezó con 17 años en el restaurante de sus padres, lo dejó para buscar su propio camino profesional. No tiene hijos, pero a su alrededor ver a otras mujeres y asume la desigual disponibilidad del tiempo; su cuñada tuvo que teletrabajar en casa con los hijos y necesitó ayuda de los abuelos: «Tener hijos condiciona y veo la diferencia».

«Ha sido fundamental el papel de las mujeres en la pandemia», dice la encargada del supermercado, de 31 años. Con ella, suman cuatro encargados: dos hombres y dos mujeres. ¿Esa paridad está buscada? «No, ha caído así», responde al frente de un equipo de 32 trabajadores, de los cuales sólo cuatro son hombres.

  • Empezó a trabajar en el negocio familiar con 17 años, pero en 2018 entró en el grupo BM. Tras formarse en varias secciones, en pleno confinamiento le ofrecieron el puesto de encargada del supermercado y desde entonces ocupa ese cargo.

Mariluz Roldán | Supervisora de Enfermería UCI, Valdecilla

«No he visto discriminación en mi ámbito por el hecho de ser mujer»

Mariluz Roldán, al frente de una UCI desde el inicio de la pandemia. ROBERTO RUIZ

«No, no, rotundamente no, mi trayectoria profesional no ha estado marcada por ser mujer», dice Mariluz Roldán, supervisora de Enfermería en la UCI del Hospital Valdecilla. «Es más», añade, «el 90% o más de los profesionales sanitarios somos mujeres». Asegura que no se ha encontrado con ninguna situación de desigualdad desde que empezó su carrera, pero es consciente de que existen en otros ámbitos laborales más masculinos: ahí, sí que lo ve, «sobre todo en cuanto a promocionar a un hombre o una mujer en empresas privadas o más pequeñas, pero en mi ámbito de trabajo eso no ha existido nunca, y de hecho en la dirección del hospital la mayoría somos mujeres», subraya. «Conozco gente que el hecho de ser mujer les ha limitado promocionar en su trabajo, pero aquí tenemos 'suerte', y lo digo entre comillas, porque no debería ser una cuestión de suerte». Ha trabajado en hospitales de Madrid como el Ramón y Cajal, en el hospital Sierrallana, en Atención Primaria, «y no he visto nunca una discriminación por el hecho de ser mujer». ¿Cree que va a influir el covid en materia de igualdad? «No lo creo, se pasará la pandemia, pasará un año y nos olvidaremos de ello. Van a cambiar muchas cosas en el ámbito técnico de las empresas y en la forma de trabajar, pero no creo que a la mujer, en cuanto a igualdad de condiciones y oportunidades, ni nos mejore ni nos empeore».

Es supervisora de UCI en Valdecilla desde que le ofrecieron el puesto el 2 de febrero del año pasado, «cuando nadie se imaginaba lo que iba a pasar», dice. Dos semanas después, «cuando no sabía por dónde me venía el aire, empezó la pandemia». ¿Se arrepintió en algún momento de haber cogido esa responsabilidad? «No, para nada, y además estoy muy orgullosa de cómo ha trabajado todo el personal, en primera línea está la UCI, pero también el personal de todo Valdecilla. Estoy más orgullosa que nunca del hospital que tenemos y de los profesionales que lo hacemos».

  • Empezó en el hospital Valdecilla en 1998 y siempre ha trabajado en la UCI. El 2 de febrero de 2019 le ofrecieron ser supervisora y dos semanas después empezó la pandemia: «Nunca me he arrepentido de haber aceptado».

Gema Ruiz | Dirige el Restaurante El Redoble, en Puente Arce

«Esta crisis no ha cambiado nada, siguen las mismas desigualdades»

Gema Ruiz, al frente de El Redoble con su hermana María. SANE

«La pandemia ha afectado por igual a las mujeres, a los hombres, a los niños, los abuelos, pero después no ha cambiado nada, las desigualdades siguen en todos los ámbitos», dice la responsable del restaurante Redoble, en Puente Arce. «No nos ha hecho mejores, que tanto decíamos, creo que siguen los mismos egoísmos y desigualdades, y respecto a la mujer estamos igual que antes».

«En mi casa me educaron para ser independiente», responde a la pregunta de si en su trayectoria ser mujer le ha jugado una mala pasada: «Recuerdo algún caso cuando inicié mi carrera al salir de la escuela de hostelería hace 27 años, algún empresario mayor de la vieja usanza o casos de desigualdad en el que me ofrecían menos sueldo para el mismo puesto. La excusa era porque era joven, pero yo sabía que era porque era mujer». Dejó ese trabajo, pero enseguida reconoce que también ha encontrado «muchos hombres que me han contratado por el valor que tenía, nada más, y eso también me ha condicionado cuando he puesto mi propia empresa». Su opinión es que «en los últimos 25 años se ha avanzado mucho más hacia la igualdad en el ámbito profesional y empresarial que en el ámbito familiar o social», dice. «Observo que la desigualdad hacia las mujeres es más notoria en lo cotidiano respecto a cómo la sociedad, ya sea a través de la publicidad o la televisión, sigue tratando y juzgando a las mujeres de forma diferente a los hombres y es ahí donde creo que hay más discriminación».

Gema Ruiz abrió El Redoble en 1999 con un socio (hasta 2009). Entre tanto, su hermana María Ruiz estuvo vinculada a la empresa en la parte de repostería, pero nunca en dirección. Hasta que dio el paso, se formó y desde 2012 es la jefa de cocina: «Lleva conmigo el restaurante y está involucrada en toda la empresa. Es un apoyo importantísimo, sobre todo en la pandemia, cuando en el confinamiento empezamos con arroz para llevar y enfrentando las situaciones que han venido, hasta este fin de semana, que hemos vuelto a abrir».

  • Con 27 años de trayectoria, en 1999 abrió con un socio El Redoble en Puente Arce. En 2012 fue su hermana María quien accedió a la dirección de cocina y hoy en día dirigen juntas este local que ha vuelto a abrir este fin de semana.

María Victoria Guardilla | Responsable CADLaredo

«El cuidado recae en las mujeres y esto necesita el apoyo de todos»

María Victoria Guadilla, responsable del CAD de Laredo. SANE

Lo que ha evidenciado la pandemia es que los cuidados los han llevado a cabo prioritariamente las mujeres», dice María Victoria GuadillAa, responsable del CAD de Laredo. «En nuestros centros, el personal mayoritario es femenino, pero también hemos visto que los cuidados que se han reflejado han sido en femenino, es decir, la mayoría de los familiares que llamaban eran mujeres, hijas que llamaban preocupadas por sus padres». Y añade: «La pandemia ha reflejado que los cuidados los hacen las mujeres y que esto necesita un apoyo de toda la sociedad: las residencias, los cuidadores, es gente que apenas era visible en la sociedad porque sus situaciones no se reflejaban, pero ahora han salido a la luz y se han puesto al descubierto con la pandemia». Antes, «la sociedad reflejaba otras cosas y el tema de la pandemia ha sido el cuidado», dice, «pero dentro de lo terrible que ha sido, hay que ser positivo en este sentido, porque esa labor se estaba haciendo y esto (la pandemia) ha ayudado para recibir apoyo de toda la sociedad. Los cuidados necesitan apoyo de todos los ámbitos que intervienen, de toda la sociedad y no sólo de las mujeres: las residencias y los cuidados estaban ocultos», afirma.

¿Qué consecuencia tiene que los cuidados sean eminentemente femeninos? «Es una traba para puestos de mayor responsabilidad, exige un esfuerzo que las mujeres hacen en todos los ámbitos de la vida, pero por ahora cuesta más y hay un techo de cristal». Su carrera en la Administración dura ya 38 años, siempre en cargos de dirección. «En la profesión sanitaria no me he encontrado con desigualdad, no hay diferencias como en otros ámbitos empresariales». Madre de familia numerosa, conciliar ha sido «a base de talón» con una persona en casa, y su marido trabajando fuera. Ahora, con 63 años, «toda la vida estudiando y luchando», está al frente del CAD de Laredo en plena pandemia, desde donde, antes de despedirse en la entrevista, cita a la socióloga Ángeles Perillán: «Ser mujeres en el primer mundo es difícil, pero serlo en el resto del mundo es heroico».

  • Después de 38 años de carrera en la Administración vinculada a cargos de responsabilidad, está al frente del CADde Laredo desde el año 2010, una residencia con 200 trabajadores en la que el 86% de los puestos los ocupan mujeres.

Marián Rueda | Directora Artes Gráficas J. Martínez

«En la pandemia muchas mujeres han sido el sustento de la familia»

Marián Rueda, en la empresa de artes gráficas que dirige. ROBERTO RUIZ

«En medio de la incertidumbre que se adueñó de nuestras vidas por el covid, comprobamos que, una vez más, las mujeres han estado en primera línea como trabajadoras de la salud, como organizadoras comunitarias, como cuidadoras, emprendiendo, como líderes de equipos, innovando y luchando como personal ejemplar junto a los hombres contra esta pandemia», dice Marián Rueda, directora de Artes Gráficas J. Martínez, una empresa familiar que nació en 1825 y que en mitad de la pandemia se lanzó a fabricar mascarillas cuando tuvieron que parar por primera vez en su historia la producción, y ante la escasez de protección que trajo el confinamiento. Creó la web mascarillasdecantabria.com y en la actualidad, Marián Rueda es la gerente de esa marca que convive con su negocio tradicional y fabrica dos millones de mascarillas al mes, un reto que asumió junto a Javier Cavada: «Con la pandemia se ha vuelto a evidenciar que las mujeres somos exactamente igual de valiosas que los hombres y muchas mujeres han sido el sustento de sus familias. Cuando retomemos la normalidad por completo surgirán las oportunidades para todos, y nosotras cada vez estamos más cerca de conseguir alcanzar la tan ansiada igualdad de oportunidades y libertades en el ámbito personal y profesional», dice.

¿Cree que el covid traerá cambios en materia de igualdad? «Aunque queda mucho trabajo por hacer en materia de igualdad, hay algunos datos que son alentadores. En 2020 en España el 34% de cargos de responsabilidad directiva fue ocupado por mujeres. Esto supone un avance significativo, es la cifra más alta en los últimos 16 años, según el informe de Woman in Business», cita la empresaria. Con todo, insiste, «se debe garantizar el acceso equitativo a las oportunidades de desarrollo laboral, permitir el trabajo flexible, liberar a la mujer de las cargas que ha soportado históricamente y perseguir la igualdad total».

  • Directora y propietaria de Artes Gráficas J. Martínez, empresa familiar que nació en 1825, es también gerente de C&R Tecnología Cantabria, empresa con la que fabrican mascarillas quirúrgicas desde que empezó la pandemia.

Pilar Lobeto | Directora IES María Telo, en Los Corrales de Buelna

«Con o sin covid, hay más relación con las madres desde los centros»

Pilar Lobeto, directora del IES María Telo, de Los Corrales. NACHO CAVIA

«Las mujeres han estado en primera línea como cuidadoras en residencias, como médicas, como enfermeras, y ha servido para evidenciar el importante papel que hace la mujer como cuidadora, ¿pero dónde está el hombre como cuidador? Eso es lo que tendríamos que preguntarnos». Porque más que cambios, es esta pregunta lo que ha traído la pandemia para la orientadora educativa, al frente de la dirección del IES María Telo, en Los Corrales de Buelna. ¿Cree que el covid ha traído cambios en la igualdad? «Aunque en la educación telemática no ha habido diferencias con respecto a la educación presencial», sí menciona varios casos que fueron las madres quienes se quedaron en casa con los alumnos durante el confinamiento, algo que en su opinión tiene sentido más allá de la crisis sanitaria: «¿Quién suele tener más relaciones con los tutores? Las madres, generalmente, son con las que más relación tenemos desde los centros educativos, y esto es así con o sin pandemia».

En el ámbito educativo, aunque es un «ámbito privilegiado», la desigualdad y el techo de cristal existen. Cuando empezó en la dirección del centro hace nueve años eran pocas mujeres las que estaban en cargos de dirección: «Hoy en día somos muchísimas. De hecho, en el Valle de Buelna, por ejemplo, hay varios colegios y dos institutos, y en la actualidad somos todo mujeres. Y antes no era así. La educación es un entorno laboral lleno de mujeres profesoras y maestras, pero la dirección estaba en manos de hombres, y esto ha cambiado», dice.

«Hay muchas mujeres dedicadas a la enseñanza porque es una labor muy vinculada a los valores que se consideran femeninos de cuidado y atención, pero cuando tienes que ostentar un cargo es donde está el límite. Algunos alumnos dicen que no queremos, que queremos dedicarnos a otro tipo de cosas. Y la reflexión que hago con ellos es ¿y por qué no queremos? A lo mejor es así, a lo mejor no queremos, pero ¿por qué no queremos, por qué hemos llegado a este punto? Creo que ahí es donde está el cambio».

  • Orientadora educativa, empezó su carrera profesional en 1996. En la dirección del IES María Telo lleva desde 2011, este es su noveno curso en el centro de Los Corrales, que cuenta en el claustro con 60 docentes, de los cuales once son hombres.

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