La ilusión del despertar

A la modelo María Pardo sí le han traído lo que ha pedido: un ordenador para usar en Derecho, que es la carrera universitaria que está cursando. Otros en cambio esperan que, si no fue ayer, les traigan sus encargos cualquier otro día. Antonio Vilela, de la Asociación de Maltratados por la Administración (AMA), pidió que se solucione el problema para los afectados por los derribos; el antiguo expresidente de los hosteleros, Ángel Cuevas, que la hostelería continúe «por el actual buen camino», y el lotero Marcos Arrabal, que dio varios premios en Navidad, que pueda «seguir repartiendo suerte».

Por último, el capitán del Racing, Íñigo Sainz-Maza, ha pedido a sus majestades que le dejen marcar el gol que dé la salvación al equipo en Segunda División. Eso sí, puntualiza. «Si no soy yo, que sea cualquiera otro de mis compañeros».

Nunca ha escrito una carta a los Reyes Magos. Más que nada porque en Ucrania no existe la tradición. Sin embargo, Alina Husieva, como el resto de refugiados ucranianos que residen en la comunidad, se ha apuntado a la costumbre. Sólo que ella no ha pedido nada material. «Lo que me gustaría que me trajeran sus majestades es poder seguir viviendo en Cantabria. Esto es un paraíso», relata.

Husieva tiene 30 años, lleva uno casada y reside con su marido Maxim en el Hotel Isla Bella, en la localidad de Isla (Arnuero). Antes de tener que salir corriendo de Ucrania era profesora de inglés, con 13 años de experiencia, y traductora. «Por supuesto, también les he pedido que la paz regrese a Ucrania», añade.

Pero el primer deseo le obsesiona. Necesita un contrato de alquiler antes del día 15, si no tendrá que abandonar el hotel y marchar a otra provincia de acogida. «Nos piden tres nóminas y no tenemos y hay caseros que no quieren porque la ayuda que nos proporciona Cruz Roja para los alquileres no siempre llega a tiempo», señala.

Aun así, reconoce que ha pasado unas Navidades como nunca. «En Ucrania se celebra principalmente Año Nuevo, Navidad no tanto. Pero la gente del hotel nos ha preparado unas fiestas mágicas, con una comida exquisita. Estamos muy agradecidos», cuenta. Pero a lo que no se acostumbra es a la temperatura. «Dicen que aquí tampoco es normal este calor, pero se me hace muy raro que no haya nieve en las calles y que no haga tanto frío. Nos sorprende ver a Papa Noel a casi veinte grados de temperatura», concluye.

No ha sido el mejor día de Reyes para Antonio Vilela. El histórico presidente de la Asociación de Maltratados por la Administración (AMA) tuvo que desplazarse a Lugo, a la localidad de Sarriá, para atender a sus padres. «Son mayores y dependientes, pero tampoco me quejo. Tengo 64 años y poder disfrutar aún de ellos es el mejor regalo que he podido tener, mucho más cuando presientes que el final puede estar cerca», explica. Aun así, recuerda a Melchor, Gaspar y Baltasar lo que les escribió en la carta. «Les he vuelto a pedir, porque lo hago todos los años, que se haga justicia con los afectados por las sentencias de derribo», afirma. «No pedimos que nos den nada que no es nuestro, pero tampoco que nos quiten. Queremos vivir en paz en esta hermosa tierra que es Cantabria», añade.

Así que hace un llamamiento a las administraciones: «Las instituciones públicas tienen que cumplir con su deber. Tienen que dejar de hacer ese daño irreparable que sufrimos los afectados. Lo que más deseamos es que todo termine y que se haga de manera justa para todos», subraya. «Es que este maltrato es injustificable. Sólo queremos acabar con tanto sufrimiento», concluye.

Vilela solía pasar la noche y el día de Reyes con su mujer y con su hija. «Disfrutábamos mucho de este día en nuestra casa de Argoños. Pero estoy seguro de que, cuando regrese, algún regalo tendré bajo el árbol. No somos de grandes cosas. Lo clásico, colonias o algún pequeño capricho», relata. Mientras ese momento llega, aprovecha el poco tiempo libre para pasear por la famosa playa de Las Catedrales.

Desde que dejó la presidencia de la Asociación Empresarial de la Hostelería de Cantabria (AEHC), a Ángel Cuevas le suena mucho menos el teléfono. Dio un paso a un lado después de unos últimos años especialmente convulsos a cuenta del covid y su lucha con la Consejería de Sanidad. Así que han sido unas Navidades más tranquilas para él. Relativas, eso sí, porque los negocios hosteleros familiares no le dan demasiada tregua. «Por eso escribí a los Reyes y les pedí que la hostelería, tanto a nivel particular como para el colectivo, siga por el mismo surco de ahora», afirma.

Lo que sí ha tenido tiempo es para celebrar la noche y el día de Reyes como más le gusta. En Santillana del Mar. «Hemos hecho, como es habitual en nosotros, celebración doble. El día de la cabalgata nos juntamos para merendar-cenar. Lo pasamos en grande. Además, este año Santillana estaba preciosa con la iluminación de todas las calles», recalca. «Ayer volvimos a subir para comer todos juntos en casa de mi madre. Ese el mejor regalo, el que más ilusión nos hace a todos», añade.

Cuevas reconoce que el día de Reyes es especial para él. «Tengo la suerte de que siempre se acuerdan de mí, pero guardo especial cariño de dos regalos que me trajeron de niño. Uno era una pistola de pistones que al apretar el gatillo hacía ruido. El otro fue un carro de madera y un caballo», explica. «Este último, muchísimo más, puesto que con el tiempo me enteré de que sus majestades se lo encargaron a mi padre para que lo hiciese en Solvay, donde trabajaba. Eran otros tiempos», concluye.

María Pardo ha visto cómo los Reyes han cumplido con lo que les pidió en la carta. «Me han traído justo lo que necesitaba. Un ordenador para usar en la universidad», explica. La que fuera 'Miss Grand Cantabria' estudia la carrera de Derecho en la Universidad de Cantabria. «Para mí y para mi hermana, también para mis padres, el día de Reyes siempre es muy especial. Desde muy pequeñita lo he vivido con muchísima ilusión», cuenta. De hecho, aún recuerda las trastadas que hacía con su hermana en su deseo por pillar in fraganti a Melchor, Gaspar y Baltasar. «Era muy divertido. Siempre nos dormíamos en la sala esa noche y dejábamos juguetes esparcidos por el suelo para que tropezaran. Incluso harina para ver si al día siguiente había pisadas», relata.

Pero nunca lo consiguieron. «Es que eran muy listos, y entonces nos dejaban los regalos en nuestra habitación o en el sótano, que era donde teníamos nuestro salón de juego», continúa.

En cambio, en los últimos años esto ha cambiado. «Ahora son ellos los que no ponen pruebas a nosotras. Ahora hay que hacer una yincana para encontrar nuestros regalos que están camuflados entre el resto de los que hay simplemente como decoración por la casa. Es muy divertido», explica la modelo.

Este año le han dejado un ordenador para sus estudios. «Pero también les he pedido algo menos material, porque lo que necesito, por fortuna, ya lo tengo. Que me vaya bien en la universidad, que me sigan saliendo cosas de moda, que me gusta mucho, y que mi familia siga tan bien y tan unida como hasta ahora», subraya.

Los llaman los hermanos de la suerte. Regentan la administración de lotería 'La Anjana' de la calle Calvo Sotelo número 15. Se lo puso una trabajadora porque en el sorteo de Navidad volvieron a repartir premios por segundo año consecutivo: 220.000 euros, una serie del quinto premio y otros ocho décimos del cuarto. Es lo que más les gusta a Marcos y José Luis Arrabal. «Siempre suelo decir que nos dedicamos a llevar la ilusión allá donde podemos y a vender alegría», responde Marcos al teléfono. «Mira, en eso también nos parecemos a los Reyes Magos», añade entre risas.

Para él hoy también es un día especial. «He ido como todos los años a casa de mi madre a ver que había en la zapatilla. Y no me quejo, que siempre es muy espléndida con nosotros», relata. «Es que hace años que ya no escribo la carta. Cuando era pequeño sí que lo hacía. De un tiempo para acá siempre pido lo mismo: salud para todos. Para mí, para mi familia y para todo el mundo», apostilla. «Además, ayer también lo pasé trabajando. Aparte de la administración de lotería, hemos cogido un restaurante en Torrelavega, el Asador Lucio, y he tenido que acudir al servicio de comidas para echar una mano», explica.

«Este año espero poder seguir repartiendo suerte en la administración. Es una sensación increíble. Además, desde que la regentamos no nos podemos quejar. Hemos dado premios y eso sí que es la mayor satisfacción para un lotero. Cuando sucede, te sientes bien», señala.

Hay oficios que no saben de fechas ni festividades. El de futbolista profesional es uno de ellos, pero Iñigo Sainz-Maza no se queja. «Mi celebración del día de Reyes ha sido un poco atípica ya que la pasé en mi casa de Ampuero junto a mi familia, pero ayer por la mañana tuve que entrenar como un día normal», explica el capitán verdiblanco. «Dada la cercanía del partido contra la Unión Deportiva Las Palmas del domingo no alteré ni mi dieta ni mi rutina, así que la comida fue la de un día más dentro de lo que nos marca el nutricionista. Por la tarde recuperé con un poco de siesta. Este año ha tocado así», añade.

Por tanto, el roscón, ni probarlo. Eso sí, lo que ansía es que le traigan el regalo que ha pedido. No es material, pero sí muy especial. «Quiero marcar mi primer gol en la LaLiga SmartBank –la Segunda División en la que milita el club cántabro– y que tenga la misma importancia que el único que he conseguido en partido oficial con la camiseta del Racing. Fue el año pasado ante el Deportivo y sirvió para ganar en Riazor por cero goles a uno en un encuentro clave en la lucha por el ascenso», explica.

«Como me he portado bien les hice una petición más a los Reyes, una muy especial para mí: marcar el tanto que certifique nuestra permanencia, la próxima campaña, en Segunda División. Eso sí, en la carta les puse que si no lo consigo yo, que lo marque otro compañero, quien sea, pero que llegue ese gol para alegría de todo el racinguismo», afirma rotundo.