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José Luis Solórzano recuerda perfectamente el día que cambió su vida «de forma radical». Era agosto de 2018. Licenciado en Derecho y funcionario de carrera ... del Ayuntamiento de Torrelavega, «tenía 40 años cuando caí enfermo. Todo empezó como una gripe fuerte, que con el paso de los días iba a peor. En las analíticas no se veía nada, pero llegó un momento que no podía ni andar». Y lo cuenta un amante del deporte, que acostumbraba a salir a correr, que participaba en maratones, que no faltaba a la prueba del Soplao... «Y de golpe te encuentras así, totalmente incapacitado y sin saber por qué». A partir de ahí empezó el vaivén de consultas médicas (y diagnósticos fallidos) para descubrir «de dónde venía esto, tan repentino y tan grave». Hasta que a finales de ese mismo año se puso en manos de Ana Arnáiz, especialista de Medicina Interna en Sierrallana, a través de su consulta privada, y le hizo la pregunta del millón «nada más verme»: '¿Te ha picado una garrapata?'
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«Yo ni siquiera había sido consciente de esa picadura (a veces son casi invisibles), así que cómo imaginar que una garrapata me iba a arruinar así la vida». Las pruebas siguientes confirmaron la infección por la bacteria Borrelia (la pueden transmitir también otros insectos, mosquitos y avispas) y pusieron nombre a su mal: la enfermedad de Lyme. «Nunca había oído hablar de ella, pero hoy sé que desgraciadamente se están dando cada vez más casos –las estimaciones en España hablan de 40.000 nuevos al año– y que el gran problema es el desconocimiento que hay, las dificultades para llegar al diagnóstico y poder tratar la infección» antes de que «destroce el sistema inmunitario» y sus consecuencias sean más complicadas de revertir.
La garrapata
Es un ácaro cuya
picadura puede
provocar reacciones
alérgicas e
infecciones....
Abdomen
Cuantas más
sangre chupan
más naranja
se pone
Tamaño real
Cómo extraerla
Con pinzas de puntas redondeadas
1
Sujeta la garrapata con las
pinzas por la cabeza, lo más
cerca posible de tu piel.
2
Tira con una tensión
constante, suave y
perpendicular a la piel
hasta conseguir
su extracción
PIEL
Hacerlo mal puede originar
que parte de la garrapata
quede dentro y provocar
una infección
La garrapata
Es un ácaro cuya
picadura puede
provocar reacciones
alérgicas e
infecciones....
Abdomen
Cuantas más
sangre chupan
más naranja
se pone
Tamaño real
Cómo extraerla
Con pinzas de puntas redondeadas
1
Sujeta la garrapata con las
pinzas por la cabeza, lo más
cerca posible de tu piel.
2
Tira con una tensión
constante, suave y
perpendicular a la piel
hasta conseguir
su extracción
PIEL
Hacerlo mal puede originar
que parte de la garrapata
quede dentro y provocar
una infección
La garrapata
Piezas bucales
Las garrapatas son ácaros cuya picadura
puede provocarnos sensaciones de
incomodidad, reacciones alérgicas,
infecciones en la zona picada, parálisis
por inoculación de toxinas o transmitir
enfermedades infecciosas.
La estructura de su
boca está hecha para
aferrarse firmemente
a la piel y chupar la
sangre
Cuatro pares de patas
PIEL
Tirar de ella puede originar
que parte de la garrapata
quede dentro y provocar
una infección
Escudo
dorsal
Tamaño
Adulto
Abdomen
3,5 mm
Cuantas más
sangre chupan
más naranja
se pone
Son muy resistentes
al medio ambiente
por poseer varias
capas quitinosas
Larva
Ninfas
0,8 mm
Al chupar la sangre su
cuerpo se hincha y cuando
esta lleno (a los varios
días) se suelta
2,6 mm
1,4 mm
Tamaño real
1,7 mm
Tipos
Rhipicephalus sanguineus
Ixodes ricinus
La garrapata del perro
De 2 a 5 mm
Vive en zonas de montaña,
en prados y zonas de
árboles caducófilos.
Puede alcanzar 1 cm.
Vive en toda las zonas.
Se activa en primavera y
principio del otoño
Hyalomma marginatum
Dermacentor marginatus
Ataca poco a las
personas Es frecuente
en el valle del Cidacos.
Alcanza 1 cm.
Muy vistosa al tener la zona
dorsal ornamentada.
Puede medir 1 cm.
Vive en el monte bajo.
Cómo extraerla
Siempre con pinzas de puntas redondeadas
Sujeta la garrapata
con las pinzas por la
cabeza, lo más cerca
posible de tu piel.
Tira con una tensión
constante, suave y
perpendicular a la piel
hasta conseguir
su extracción
Ciclo vital
1
Estos ácaros son capaces de
alimentarse de un ser humano
durante toda su vida
7
Atacan a
mamíferos
medianos
y pájaros
La hembra pone
cientos de huevos
en la hierba
2
Utiliza
gorra
Viste con
manga
larga
Lleva
la camisa
por dentro
3
Los huevos se
convierten en
larvas 4-6
semanas
después
Mete el
pantalón
por dentro
de la bota
Macho
Hembra
Cómo
evitarlas
4
Atacan a pequeños
mamíferos, roedores
y pájaros
5
Se resguardan en la hierba y se
convierten en nínfas en 4-6 semanas
6
Se convierten en adulto en 10-20 semanas
Para contribuir a su divulgación nació en Navarra la campaña Lymetro a metro (una carrera virtual de 10.000 kilómetros) que está recorriendo España para dar visibilidad a los problemas que sufren los afectados. Su impulsora, Naiara Olague, sabe que la tiene desde 2016: «Tardamos una media de cinco años en tener el diagnóstico, y el problema de esta enfermedad es que, si no se trata a tiempo, se cronifica». Y prevenirla no sería complicado: «Si te quitas la garrapata y te dan el antibiótico bien pautado, la enfermedad no se desarrolla».
¿Pero qué pasa si no has sido consciente de la mordedura? También fue su caso. Esa es una de las razones de que esté tan «infradiagnosticada». La segunda, por lo que se la conoce como «la gran imitadora», es que sus múltiples consecuencias «se pueden confundir con fibromialgia, esclerosis múltiples, artritis reumatoide...», y mientras tanto el tiempo pasa y el sistema inmunitario se debilita. Y la cascada de complicaciones crece «mientras la bacteria se disemina por todo el organismo», subraya Olague.
«Yo estaba trabajando en la oficina cuando de repente dejé de ver bien y empecé con un dolor de cabeza frontal muy fuerte.Después siguieron los pitidos de oídos, los dolores articulares... Tengo mucha sensibilidad a la luz y a los ruidos, fatiga, problemas neurológicos (desorientación, a veces me quedo ausente...) y con el tiempo ha derivado en otras patologías (cardiopatía, daño en la retina...)».
Tampoco ayuda la efectividad de los test de detección, que «sólo en el 30% de los casos refleja el positivo real, lo habitual es que salgan falsos negativos». Con todo eso en contra, el colectivo de afectados –no hay un registro oficial en España, pero la Asociación de Lyme Crónico tiene más de 700 socios– se mueve en un bucle sanitario de «desesperación», «porque la seguridad social ni conoce ni reconoce esta enfermedad», critica Olague, que tuvo que viajar a Bélgica para ser tratada. «Hay muy pocos médicos que conozcan bien esta enfermedad, que piensen en ella al ver nuestros síntomas, y suelen ser privados».
José Luis Solórzano
Paciente con enfermedad de Lyme
De ahí que Solórzano destaque «la suerte de contar en Cantabria con la doctora Arnáiz: Si no llega a ser por ella, no estaría hablando ahora contigo», confiesa el torrelaveguense, «porque al nivel que iba de degeneración, la infección me hubiera matado». Después de meses encamado y encerrado en casa –le coincidió también con la pandemia– y un año de baja, «tuve que volver a trabajar, porque no me reconocieron la discapacidad permanente.Ahora estoy mejor y al menos puedo andar, pero no aguanto una jornada entera, por eso pedí la reducción», comenta. «Todavía tengo la infección activa». Y persisten sus secuelas. «Cinco años después, vino con el cuerpo lleno de dolor las 24 horas. Cuando llevas tanto tiempo con la enfermedad, al no haber curación, lo que intentamos es fortalecer nuestro sistema inmune para que pueda combatir esa infección», señala Solórzano, que más de una vez ha regalado a amigos y familiares las pinzas necesarias para quitarse uno mismo la garrapata y reducir así las probabilidades de que repitan su calvario. «Hay que extraerla entera, con cuidado».
El mensaje de «esperanza» llega de la mano de la médico Ana Arnáiz: «Es una infección curable, con tratamiento antibiótico, pero que necesita tiempo, aunque a veces quedan secuelas, parecidas a las que se describen cuando hablamos de covid persistente (cansancio, dolores musculares...)». El impacto dependerá del tiempo que tenga la bacteria para propagarse hasta que se la identifique y se la pueda combatir.
Ana Arnáiz
Especialista en Medicina Interna
«Porque se tiene en mente que es poco frecuente, que sólo se dan casos esporádicos, que se ve sólo en Estados Unidos, y para nada es así. En Europa están creciendo mucho los afectados, puede que en parte sea porque hay una mayor concienciación de la población y ahora se consulta cuando ocurren este tipo de picaduras; también desde el ámbito sanitario, tanto en Atención Primaria como en Especializada se contempla cada vez más esta posibilidad y se solicitan mayor número de test».Y otro factor añadido tiene que ver con «el calentamiento global, que hará aumentar los procesos zoonóticos», considera la internista.
¿Cuántos pacientes de Lyme puede haber en Cantabria? Esa cifra se desconoce. «Yo puedo ver al mes dos o tres casos nuevos, pero está claro que es la punta del iceberg. Habrá más sin diagnosticar». Arnáizreconoce que «algunas complicaciones pueden ser mortales (meningitis, bloqueo cardiaco...)». Sin perder de vista otro riesgo a tener en cuenta, y es que «la pérdida de calidad de vida que conlleva esa incapacidad que provoca tener Lyme a veces deriva en síndromes depresivos. Es un círculo vicioso». En este sentido, Olague recuerda «a dos compañeros, en Navarra y León, a los que la enfermedad de Lyme les ha costado la vida este año».
Naiara Olague
Paciente con enfermedad de Lyme
El recorrido virtual de la campaña Lymetro a metro empezó a principios de mayo en Navarra y llega hoy a Torrelavega, donde José Luis Solórzano cogerá el testigo. La meta: concienciar de los riesgos que entrañan las garrapatas («Hay estudios que apuntan que la mitad están infectadas», subraya la impulsora de la iniciativa, Naiara Olague) y reivindicar que «esta enfermedad crónica existe en España». «Cualquiera es susceptible de sufrirla», como apunta la médico Ana Arnáiz, porque «no se limita al ámbito rural, sino que son frecuentes los casos en personas que acostumbran a hacer deporte o salen de ruta por zona de bosque». Es el perfil que describe la doctora, que reconoce que «estamos ante una enfermedad que no es fácil de diagnosticar, porque muchas veces el paciente ni se acuerda o no es consciente de la picadura. Cuando llegan a la consulta ya llevan meses de evolución y han pasado por analíticas y pruebas radiológicas en las que no se ha podido determinar la causa de esos síntomas que suelen empezar como un síndrome gripal».
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